La casa real británica ha emitido este martes un comunicado en el que tildan de «preocupantes» las acusaciones racistas reveladas por Meghan Markle y el príncipe Harry en su entrevista con Oprah Winfrey el pasado domingo.
En contexto: la institución rompe su silencio tras las especulaciones de las últimas 48 horas. En la entrevista, la duquesa de Sussex afirmaba que ciertos miembros de la familia real británica expresaron dudas sobre el color de piel que tendría su primer hijo con el príncipe Harry, Archie, revelando además que durante ese embarazo tuvo pensamientos suicidas y afirmando que la casa real se negó a ayudarla.
«Los asuntos planteados, especialmente el de la raza, son preocupantes. Aunque algunos recuerdos pueden variar, (estos problemas) son tomados muy en serio y serán tratados por la familia en privado», señala un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham. En la nota, la reina Isabel II asegura que toda la familia está «entristecida al conocer en toda su dimensión lo duros que han sido los últimos años para Harry y Meghan».
En el escueto mensaje real, que se esperaba con impaciencia tras las revelaciones de la explosiva entrevista con Oprah Winfrey emitida por la televisión estadounidense en la noche del domingo, se asegura que Enrique, Meghan y su hijo Archie «siempre serán miembros de la familia muy queridos». Según los medios británicos, ésta será la única reacción oficial procedente del Palacio de Buckingham a las palabras de los duques de Sussex.
El Gobierno británico ha permanecido en silencio al respecto de las acusaciones vertidas en la entrevista, aunque la oposición laborista ha pedido una investigación sobre las «graves» denuncias de racismo en el seno de la Casa de los Windsor. Meghan relató a Winfrey cómo un miembro de la familia real inquirió sobre cuál sería el color de Archie cuando la duquesa, de origen birracial, estaba embarazada y Harry confirmó que el racismo que sufrieron fue «en gran parte» la razón por la que ambos decidieron abandonar el Reino Unido.