Fumar en cachimba, un riesgo para la salud similar al del cigarrillo

La moda de las cachimbas, shishas y pipas de agua lleva varios años instalada en nuestro país. Si bien es cierto que siempre ha habido locales donde se podía fumar en este tipo de pipas. Generalmente en teterías, no ha sido hasta hace cuatro o cinco años cuando han comenzado a popularizarse en toda clase de lugares de moda. Restaurantes, locales de copas y bares se han sumado a esta moda. En apariencia más inocua que fumar los clásicos cigarrillos, pero la realidad está más que alejada de esa sensación.

Muchas de estas pipas de agua necesitan de una pequeña pieza de carbón con el que iniciar la combustión. La realidad es que este carbón tampoco es inocuo. Además de diferentes saborizantes que pudieran ser más o menos naturales, también se inhalan otras sustancias. Hablamos, por ejemplo, de monóxido de carbono, metales pesados y otros compuestos tóxicos. Bajo este formato y con nombres como nargile, narghile, hookah o boory se han consumido durante siglos este tabaco. Especialmente frecuente en las culturas levantinas y de Oriente Medio, ahora popularizadas en todo tipo de locales.

Además del hecho de esta combustión, son muchos los casos en los que estas cachimbas se acompañan de tabaco real —lo cual supone la ingesta habitual de nicotina—. Aunque no vengan bajo la forma comercial de un cigarrillo y se eviten parte de los elementos nocivos que en él figuran, también se debe analizar que el formato de la cachimba implica una mayor absorción de humo.

Fumar cachimbas: un riesgo incluso mayor que el cigarrillo

A ello se refieren desde Mayo Clinic, donde explican que «los fumadores de cachimba pueden inhalar mucho más humo de tabaco debido al gran volumen de humo que aspiran durante una sesión». Mientras que un cigarrillo puede durar cinco minutos, una sesión compartida de cachimba puede durar más de una hora.

Evidentemente, también el hecho de compartirla reduce la cantidad de ‘caladas’ que damos. Sin embargo, al aspirar una mayor cantidad de humo por bocanada multiplicamos la cantidad que inhalamos. Además, la perdida de la consciencia del hecho de fumar por estar en un ambiente distendido también supone un riesgo.

Un hecho que también ha servido como base de estudio para ciertas universidades. Una de estas pruebas la llevó a cabo la Universidad de Texas El Paso. En ella sugieren que «el episodio de fumar tabaco de narguile contiene sustancias químicas significativamente más dañinas en comparación con un solo cigarrillo».

No es la única manifestación frente a los riesgos de esta forma de fumar que pasa como más saludable. La Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) también levantó la liebre en 2019 en una publicación que habla de los riesgos de este consumo.

Un problema desde la combustión hasta el pulmón

De nuevo, sobre la mesa, nicotina, hidrocarburos policíclicos aromáticos (PAH en inglés), compuestos orgánicos volátiles y monóxido de carbono se multiplican durante estas sesiones. Encontramos en ellos sustancias cancerígenas como nitrosaminas, hidrocarburos aromáticos, aldehídos volátiles y benceno. Componentes que, por ejemplo, también hemos visto entre los riesgos de quemar incienso en casa, otra fuente de residuos nocivos para el aparato respiratorio que tienen, en apariencia, una consideración de inocuos.

En este caso, fumar en pipa de agua, explicaba la AHA, «el humo del tabaco de la pipa de agua, tanto el de la corriente principal como el de la corriente lateral, contiene componentes similares a los generados por los cigarrillos, el uso de las pipas de agua podría provocar de forma similar cambios cardiovasculares a corto plazo, además de efectos cardiovasculares a largo plazo».

Mencionan así mismos mecanismos a los que se produce con la combustión del cigarrillo tradicional. Es el caso de «la activación simpática, la disfunción vascular, la inflamación sistémica y el estrés oxidativo», mencionan. Además de eso, también citan «la resistencia a la insulina, el aumento de la coagulación y la trombosis». Una realidad menos estudiada científicamente pero que todo hace indicar que puede ser potencialmente igual de peligrosa.

Cáncer, EPOC o mononucleosis, entre los riesgos de fumar cachimbas

Además, aluden a otro añadido. «Deben tenerse en cuenta otros componentes específicos del consumo de tabaco en pipa de agua que emite el carbón vegetal encendido, como los altos niveles de CO y benceno». Sustancias preocupantes que además se ven multiplicadas por el formato de consumo. De ello ha hablado también la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, la cual advierte de que el riesgo de este consumo «supone inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo».

Vista como una forma inofensiva y distraída de fumar, la propia SEPAR advierte del in crescendo de esta forma de inhalar tabaco y otras sustancias suponen. Para ello, un dato preocupante: «el 28% de los jóvenes europeos de entre 15 y 24 años las han usado alguna vez».

Conclusiones que, trasladadas a una consulta médica, se convierten, según la misma fuente en «factor de riesgo para el desarrollo de cáncer o de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)». Como colofón, no relacionado con el aparato respiratorio, la dinámica del consumo de estos tabacos, supone un riesgo de infecciones.

Huelga decir que en los tiempos de Covid-19, el hecho de compartir este tipo de pipas, shishas o narguiles suponen un aumento de las probabilidades de contagio. No es la única patología, claro. También pueden serlo otras enfermedades infecciosas como la mononucleosis, la hepatitis o diversos tipos de hongos, como las cándidas.