El metaverso de Gucci avanza a gran velocidad: la casa italiana firma un acuerdo con 10KFT
En tan solo unos meses el metaverso se ha convertido en el ‘place to be’ de las empresas de moda de lujo, con Gucci a la cabeza
Cathy Halck, conocida como ‘la madrina del Metaverso’ –trabaja como consultora en Silicon Valley– lo definió como «la convergencia entre nuestras vidas físicas y digitales. Internet liberado de los escritorios y los teléfonos para rodearnos por completo». Según sus palabras esta nueva realidad resulta, cuanto menos, misteriosa por lo intangible, o al menos parece ser así para todos los que no somos parte de los centennials.
En la industria de la moda, sin embargo, lo que hace tan solo 10 años parecía una quimera –Internet estaba lleno de artículos sobre por qué las marcas de moda, sobre todo las de lujo, se resistían a crear tiendas online– es hoy una realidad en la que todos quieren estar. Solo hay que ver cómo, en los últimos tiempos, cada vez más marcas se han adentrado en el gaming, algunas obligadas por el confinamiento y por la incapacidad para crear experiencias físicas.
A esto se le suma, además, el auge imparable del sector de los videojuegos, algo que sin duda atrae a los agentes de moda, siempre ávidos de novedades. Los ejemplos son numerosos: Moschino con Los Sims, Valentino y Marc Jacobs con Animal Crossing o Balenciaga con Fortnite –a finales del 2020, la firma liderada por Demna Gvasaglia ya había presentado su colección de otoño/ invierno a través de avatares virtuales–.
A principios del mes de marzo Gucci –que, como Balenciaga, funciona bajo la batuta del grupo Kering– daba un paso más allá anunciando un partnership con 10KTF, un proyecto de NFT que incluye un mundo virtual –«Nuevo Tokyo»– con accesorios de moda a la venta y un personaje ficticio llamado Wagmi-San –un juego de palabras cuyas siglas se traducen como We’re gonna make it, «todos vamos a lograrlo» en español. A través de Gucci Vault –la tienda conceptual en línea creada a partir de la visión de Alessandro Michele– la casa italiana presentó algunos detalles que confirman su asociación 10KTF en Twitter y Discord (plataforma en la que Gucci Vault tiene una cuenta).
Desde el momento en que la noticia vio la luz la pregunta que circulaba entre los fans más jóvenes de la firma era cuál sería la recompensa final de la que, de momento solo se sabe que se trata de «un NFT único y personalizado imaginado por el director creativo de Gucci, Alessandro Michele, y cuidadosamente elaborado por Wagmi-San». Además, esto supone un gran paso en la estrategia digital de la etiqueta que, por primera vez, producirá una prenda NFT.
10KTF, por su parte, ha colaborado antes con otras compañías de lujo como Louis Vuitton que, en 2021, permitió a los participantes en Louis The Game –un juego independiente construido para conmemorar el 200 aniversario de la casa– acceso a NFTs gratuitos como recompensa.
Un imperio de moda digital (y exclusivo)
Acceder, sin embargo, a NFTs no es algo que esté al alcance de todo el mundo. De la misma manera que el acceso a determinados productos de las marcas de lujo está reservado para unos pocos, los bienes intangibles del metaverso no son para todos los públicos. Prueba de ello es la larga lista de requisitos que tanto Gucci como 10KTF compartieron en sus redes sociales. En primer lugar, era condición imprescindible inscribirse en una «lista de permitidos» para poder optar a uno de los 5.000 pases disponibles además, algunos de esos pases estaban reservados de antemano para amigos de Gucci y 10KTF. Por otra parte, para canjear uno de estos pases, la gente tiene que poseer un NFT de alguno de los proyectos anteriores incluidos, y pagar 1 ETH, o unos 2.700 dólares. El acceso a la lista de permitidos se concedió a aquellos que demostraron su participación en la comunidad, incluidos los miembros de la comunidad de Gucci Discord que han alcanzado el título de «exploradores» –basado en el compromiso–, o aquellos que poseen un NFT de 10KFT.
Incomprensible para una gran parte de los usuarios, el mercado de moda digital se ha convertido en un negocio en el que todas las compañías quieren participar. El metaverso permite a las marcas desarrollar historias de sostenibilidad, de proteger el planeta y de diseños insólitos que nunca se llevarán a cabo porque, sencillamente, son irrealizables.
El mundo del metaverso cuenta, además, con su propia semana de la moda alojada en Decentraland, un universo virtual que funciona por parcelas (compradas con criptomoneda) y en el que las marcas pueden vender sus productos digitales. Además, a diferencia de los desfiles tradicionales poco accesibles para la gran mayoría de ciudadanos, Decentraland y MVFW serán accesibles para todos los que puedan iniciar sesión en el metaverso. Cualquiera podrá exhibir sus diseños y sentarse en primera fila. Las compañías que desarrollan moda digital están experimentado un crecimiento exponencial de sus negocios, sin embargo, el consumidor no avanza a la misma velocidad a la que lo hace el sector.
Además, queda por ver si, para convertirse en ese negocio lucrativo que prometen, serán capaces de resolver asuntos como la autenticidad, clave en el mundo del lujo, o la privacidad de sus clientes porque, si ya en la web 2.0 la inteligencia artificial se encarga de recoger nuestros datos y bombardearnos con productos acordes a nuestros gustos, cabe preguntarse qué cantidad de información recogerán las marcas y cómo se combatirá la publicidad encubierta que serán capaces de devolvernos a cambio.