Kiko Matamoros: «Antes me corto la mano que volver a votar al PSOE»
Recibimos al afamado colaborador de televisión, que muestra su incomprensión con la «nueva masculinidad» y se confiesa ante un posible final de Sálvame
Kiko Matamoros (Madrid, 1956) es una persona real. Sí, parece una obviedad decirlo, quizá lo sea, pero acostumbrado a verle tantos años en televisión puede uno llegar a creer que Matamoros, como tantos otros personajes de fama catódica, es una parte más del decorado.
Si el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, Matamoros se hizo carne hace ya más de 66 años en Madrid y acudió a nuestra llamada, acompañado por su pareja Marta López Álamo, una tarde plomiza de enero. Si creen que lo conocen por verle en la televisión, posiblemente estén equivocados.
El animal televisivo, la fiera que habita libre en los platós de Telecinco, es otro distinto en las distancias cortas. Un Kiko sin cámaras, jorgejavieres, grandes exclusivas y maquillaje para los focos. Tímido, una voz con hilo fino, una mirada que se pierde en las fronteras del entrevistador, para evitar mirarle a los ojos. Confiesa ser un hombre tímido al que no le asusta la fama. Lee mucho, fuma mucho, ha vivido mucho, pero no demasiado.
Le brota el desconcierto con la «nueva masculinidad», reniega del PSOE «antes me corto la mano que volver a votarles», defiende que el aborto es ante todo un asunto de conciencia, ha visto los mismos juguetes rotos en la calle que en los platós y confiesa que si Sálvame se termina, podrá seguir viviendo. «Llevo 22 años dando la cara en la tele, tengo 66 años, hay 44 que he vivido sin televisión, estoy dispuesto a vivir 44 años más sin los platós».
PREGUNTA.- Un chaval de barrio que crece, alcanza la fama y el dinero, ¿qué mantiene del barrio o qué le queda del barrio?
RESPUESTA.- Todos estamos muy condicionados por los orígenes. Del barrio te queda nostalgia, alguna amistad y sobre todo el conocimiento de lo que era una forma de vida que no tiene nada que ver con la con la actual, y que para mí era envidiable.
P.- ¿Le ha enseñado más el barrio que los platós de televisión?
R.- En los platós de televisión he aprendido poco, me han enseñado las relaciones humanas, la formación que más o menos vas adquiriendo, pero en un plató de televisión, por lo menos en estos tiempos que corren, creo que hay poco que aprender.
P.- He escuchado que el primer trabajo que tuvo fue el de socorrista, luego estuvo 15 días vendiendo enciclopedias con un colega, ¿cuál de las dos profesiones le ha venido mejor en un plató de televisión?
R.- El de socorrista no, porque los primeros auxilios casi me los han tenido que practicar a mí, y lo de las enciclopedias tampoco, no suelo vender humo y las enciclopedias eran más instrumentos ornamentales de principio de los 70 que otra cosa. Teníamos que convencer a las madres de que eso era una herramienta fundamental para la formación de sus hijos y bueno, fue una forma de estafar al prójimo y estafarse a uno también porque creo que hay que hacer otras cosas.
P.- Es verdad, en mi casa también había enciclopedias que nunca nadie abrió, pero quedaban muy resultonas.
R.- No es que quedarán resultonas, es que era como un signo de apariencia y que por lo menos había una vocación cultural.
P.- Ahora ya ni eso, ahora ya ni enciclopedias tiene la gente en casa.
R.- No, ahora tienen Wikipedia donde puede entrar cualquiera y modificar la realidad y venderte la moto que le dé la gana. Fíjate, yo soy muy aficionado a los toros, yo tenía un Cossío en casa, la enciclopedia de los toros, que perdí tras mis separaciones y digo voy a ver cómo está el Cossío y por 200 euros podía comprar un Cossío completo.
P.- Le he escuchado, con alegría, estos días atrás cuando dijo que ha recuperado la fe, que ha vuelto a la casa del señor.
R.- Lo que va uno más que creyendo es descreyendo, va soltando lastre ideológico. No lo sé, no me gusta banalizar sobre esto, se puede entender la existencia de Dios desde un punto de vista científico y se puede entender desde el punto irracional de la fe. Después de darle algunas vueltas creo que Dios es todo lo que nos rodea, la física cuántica dice que el universo está absolutamente unido, hay átomos que para nosotros no son perfectibles, pero entre donde tú tienes tus posaderas y la silla en la que estás sentado hay millones de átomos que unen absolutamente todo, yo creo en esa fuerza creadora.
P.- ¿Cree más en la fe de un Dios antes que en la Iglesia?
R.- Mira, la formación judeocristiana creo que tiene bastantes cosas positivas, mi madre era muy religiosa y es la mejor persona que he conocido, creo en eso, creo en el poder sanador de determinadas creencias.
P.- Sabe que ha habido una reciente polémica en torno al aborto. Un tema en el que también entra, para determinadas personas, el tema de la fe, de la posición moral de cada uno, ¿cuál es su posición sobre este asunto?
R.- Sobre el aborto ahí una declaración que hizo Luis Eduardo Aute, que no era un tipo precisamente sospechoso, y dijo que le parecía el más execrable de los crímenes, yo en ese sentido creo que tiene que quedar en la conciencia de cada uno. Entiendo que hay motivos que pueden justificar una intervención quirúrgica para no hacer daño a un ser que viene al mundo y también entiendo que puede haber gente que tenga problemas de conciencia en esa dirección o en la otra. Respeto mucho la libertad y el aborto es un tema de conciencia, es un asunto moral, pero no me corresponde a mí juzgar ni a unos ni a otros, cada uno sabrá en su fuero interno las necesidades por las que llega a tomar esa decisión, pero a mí lo que sí me gustaría es que pudiera existir, al menos, la capacidad de sopesar las consecuencias que a futuro eso puede tener en la vida de alguien, eso sería lo ideal, y a partir de ahí que cada uno tomara una decisión.
P.- ¿Cuál es el peor pecado del ser humano?
R.- La ignorancia, la ignorancia consentida, la ignorancia cultivada.
P.- La proclamación de la ignorancia, el no leo y lo digo.
R.- Claro, el tonto que presume de ser tonto ya es un tonto al cuadrado, hay gente que te tira a la cara el no haber leído un libro en su puta vida como si estuviera alzando la Copa de Europa.
P.- ¿Cuál fue el primer libro que leyó?
R.- Torotumbo de Miguel Ángel Asturias, no era un libro para mí, pero estaba en la biblioteca de mi padre.
P.- Al lado de la enciclopedia.
R.- [ríe] No, pero es cierto que hay cierta tradición de escritores en mi familia, por parte de mi familia materna, por ejemplo, todo el mundo sabe que soy o era, desgraciadamente, primo hermano de Almudena Grandes. Siempre ha habido una vocación lectora en mi casa, mi madre nos leía cuando comíamos, aunque más bien era para tranquilizar a las fieras y que no nos matáramos, pero sí, de ahí creo que nace un poco mi vocación por la lectura.
P.- Es difícil intentar resumir la figura de Kiko Matamoros, porque es una de las personas, diría que más famosas de España, primero porque lleva muchos años haciendo en televisión y después haciendo muchas horas en la televisión.
R.- Soy el colaborador de televisión de este país que más horas ha hecho de televisión en los últimos siete años con absoluta seguridad.
p.- Claro, la gente tendrá una idea preconcebida de quién es Kiko Matamoros, pero solo tus amigos más cercanos, tus seres queridos te conocen realmente, ¿qué es lo que más le sorprende a la gente cuando te conoce cara a cara?
R.- Hombre, alguna información tengo porque afortunadamente tengo otra vida que no es la televisión, pero me importa especialmente la idea que tienen de mí la gente que me interesa, mi pareja, mis hijos, mis amigos, en ese sentido ellos saben perfectamente quién soy. En la televisión, al menos en el trabajo que hago, hay mucho de actor, los buenos tenemos ese componente, los malos se proyectan tal y como son, entonces tenemos que impostar estados de ánimo o exagerar la vehemencia a favor de obra, pero es cierto, hay gente que cuando me conoces se sorprende.
P.- ¿Es usted un hombre tímido?
R.- Sí.
P.- Me ha dado esa sensación.
R.- Muy bien, tendrías que ser psicólogo.
P.- No, es que yo también soy tímido y quizá nos reconocemos entre tímidos, ¿hay mucho tímido en la comunicación?
R.- Sí, además haces esfuerzos por esconder la timidez con lo cual resultas a veces invasivo o borde, pero no es más que. consecuencia de eso.
P.- ¿La fama puede llegar a acojonar?
R.- A mí no, puede llegar a molestar en un momento dado, pero yo no soy de esos que se quejan de la fama. A mí la fama no me crea problemas al revés, me aporta a veces satisfacciones, halagos, abrazos de la gente que va por la calle, el camionero que te grita «eres un tío cojonudo».
«Estamos pasando del hombre prepotente al hombre impotente»
P.- ¿Cuándo fue el primer día en el que se dio cuenta de que era famoso? Yo es que me imagino, por ejemplo, algún día en que estaba comprando y se da cuenta de que la gente le empieza a mirar más de la cuenta.
R.- Lo que pasa es que como no es un tema de un día para otro, vas percibiendo cómo la gente se gira y tal, también me pasa mucho esto de estar en algún local y la gente está como muy respetuosa, de repente ya se lanza el primero a pedirte una foto y luego vienen 40 detrás. Sí existe, a veces, lo de que has tenido una mala tarde, consideras que has dicho cosas que a lo mejor eran poco convenientes y al día siguiente tienes como una especie de paranoia pensando que todo el mundo por donde va pasando está diciendo «mira el perro este lo que dijo ayer» [ríe].
R.- ¿En España uno no es suficientemente famoso hasta que Hacienda no le busca las cosquillas?
R.- Creo que Hacienda le busca las cosquillas a todo Cristo, lo que pasa es que al final nosotros tenemos un departamento o la Agencia Tributaria tiene un departamento que fiscaliza absolutamente todos los pasos que damos que sean públicos, cualquier aparición en televisión hacen así (hace una X en el aire) ponen un palote y apuntan día 13 de no sé cuánto, aquí estaban por la noche en este programa o en este otro, tienen facilidad para saber dónde estás. Al sector nos ha pegado duro, sí, porque cambiaron la ley y la norma y lo aplicaron con carácter retroactivo.
P.- Pero, ¿cree que se le ha perseguido por ser usted quién es?
R.- Creo que me tienen muchas ganas porque no me he mordido la lengua y eso les ha debido molestar, pero no tengo ningún problema.
P.- Una de las cosas que más me gusta cuando veo Sálvame es el momento en que Kiko menciona algún libro, no de una manera forzada, si no con referencias que vienen al caso, ¿Ha hecho Kiko Matamoros más por la cultura algunas tardes en Sálvame que programas que llevan años hablando de literatura?
R.- A mí en El Mundo y en El País, más de tres o cuatro veces, me han dicho que era el mejor prescriptor literario de este país, pero no por mis cualidades, si no porque tengo un altavoz que llega en un momento dado a tres millones de personas que pueda haber en ese momento. Hoy, el único escaparate que hay en ese sentido es el de Página Dos, que no creo que lleguen a verlo más de 100.000 espectadores. Una vez, después de estar un tiempo convaleciente tras una operación, volví a la televisión y, entre otras cosas, dije que en la convalecencia había leído Ordesa de Manuel Vilas y esa noche fue ya número uno en Amazon, eso es importante, pero es importante no en el sentido de lo que yo pueda prescribir, a mí me gusta apoyar a los autores españoles, es importante en el sentido de que hay un público que está ahí que ve Sálvame y que está olvidado.
No sé por qué no tiene TVE un programa ameno y formativo de carácter cultural, TVE o incluso las televisiones privadas, que igual que se les obliga a apoyar el cine y se hacen auténticos bodrios, que luego pueden ser éxitos de taquilla estupendos, se les obligue a apoyar la cultura de una forma un poquito más seria y más beneficiosa para el común de los mortales. Hay gente que, a lo mejor por esa falta de promoción y de interés oficial, no alcanza a disfrutar de su vida como hubiera podido disfrutar de haber tenido la ocasión de leer, de conocer autores.
P.- ¿Qué personaje del mundo del corazón diría que tiene un interés sincero por la cultura? No vale Jorge Javier Vázquez.
R.- ¿Por qué no vale Jorge?
P.- Porque de él ya es sabido, alguien que nos sorprenda, por ejemplo, que María Patiño lea a Schopenhauer.
R.- No creo que María Patiño, aunque lea. Pero Gema López es buena lectora, hablando de compañeros, a veces nos recomendamos libros.
P.- También me interesan los placeres culpables, ¿cuáles son los placeres culpables, los productos culturales de baja estofa, de Kiko Matamoros?
R.- Abrazo todo lo que tenga relación con la mafia, luego es posible que a lo mejor me enganche una serie y me desenganche, pero de entrada estoy receptivo a cualquier caramelo de este tipo y luego tengo que confesar y confieso que me hace mucha gracia alguno de los productos de Santiago Segura.
P.- ¿Series turcas no ve?
R.- Vamos, no me jodas, no tengo mucho tiempo en mi vida como para dedicarlo a eso, me valoro más.
P.- ¿Y no se atreve a dar el paso a publicar algo? Sé que escribe, pero para usted.
R.- Honestamente, a veces, estructuro algo, he tenido ofertas para hacerlo.
P.- ¿Le han puesto un fajo de billetes encima de la mesa?
R.- No un fajo, pero si me han dicho que lo que necesite, pero me da mucho pudor y me da mucho respeto y me pone de muy mala leche cuando veo que algo se vende, simplemente, por el nombre de quien lo ha escrito, pero, no sé, no descarto publicar algún día. Vivimos en una casa donde vivió y murió Manuel Becerra y a veces fantaseo con escribir algo como si Manuel Becerra pudiera aparecerse por las noches, sentarse en el sofá a mi lado y tener conversaciones acerca de la deriva política de este país.
P.- ¿Qué entiende Kiko Matamoros por «nueva masculinidad»?
R.- Ah, está muy bien, porque Kiko Matamoros no entiende qué es la nueva masculinidad, es decir, te lo digo porque es que curiosamente hace una semana ha salido el hit de Shakira.
P.- ¿No le ha gustado?
R.- Lo que no entiendo es la lectura que se hace de eso, es decir, toda la puta vida lo que hemos escuchado es que los hombres no lloran, qué cosas, y ahora resulta que las mujeres no lloran. Los hombres no lloran era una aberración, ahora «las mujeres no lloran, las mujeres facturan» es un himno al feminismo, una señora que se dedica a atacar a otra y eso se saluda como una reivindicación feminista, ¿qué hay mujeres de primera y mujeres de segunda, según seas artista o no?, ¿no hizo Shakira lo mismo con Piqué?, ¿no tenían los dos una pareja?, ¿esta señora tan feminista no era la que iba a ir al Mundial de Qatar y al final se cayó del cartel por las presiones sociales? Estoy escuchando unas idioteces estos días.
P.- ¿Le cabrea?
R.- No es que me cabreé, me da pena porque veo la manipulación que hay en torno a todo este discurso y de verdad que es que se habla para tontos. Escuchaba el otro día a Cristina Fallarás orgullosísima, el otro día una psicóloga de no sé dónde diciendo que esto era una victoria del feminismo y al que le parezca mal es que es un machista, entonces, ¿si a una le ponen los cuernos, a otra la puede arañar, la puede vejar públicamente? Yo estoy muy perdido: hay un espacio que se ha denunciado cuando lo ha ocupado el hombre y resulta que lo positivo es que lo ocupe la mujer, creo que se nos ha ido un poquito la brújula aquí.
Estamos pasando del hombre prepotente al hombre impotente, creo que deberíamos entender la feminidad y la masculinidad como dos cosas distintas porque lo son biológicamente y a partir de ahí, llegar a puntos de entendimiento y de conocimiento de que cuál tiene que ser el papel de cada sexo en esta sociedad. Otra cosa, que a nivel profesional o nivel salarial, los techos de cristal hay que romperlos, evidentemente. Ahora, no me vendan ustedes gilipolleces, que una señora tenga un ataque de despecho y arrastre a otra por el suelo, le ponga la música toda leche a la suegra al lado y que eso sea se aplauda y se diga que está estupendo, pues yo no sé si vivimos en un mundo que ya se ha vuelto absolutamente idiota o el idiota soy yo, pero desde luego yo me bajo de esto, me apeo en la próxima porque no lo entiendo y no tengo capacidad para entenderlo.
«Las nuevas identidades se han creado para darle sentido a la existencia de los idiotas»
P.- Pero entonces cuando le hablan de nueva masculinidad dice que no lo entiende.
R.- No, yo sí sé de lo que quieren hablar algunos de la nueva masculinidad, pero la nueva masculinidad no es ponerse a fregar platos, que también. La nueva masculinidad tiene que ser algo que encaje con el papel para el que biológicamente el hombre ha nacido y la feminidad para la que ha nacido la mujer. Al final la nueva masculinidad va a consistir en que el hombre se quede embarazado o que nos pongamos tetas para ser todos iguales y esto es una idiotez, todos tenemos un diferencial biológico y eso forma parte de nuestra personalidad, los niveles de testosterona no están ahí gratuitamente, no podemos ser todas las mujeres legionarias y los hombres ama de casa, habrá que, en función de las necesidades de los núcleos familiares, pues repartir las tareas. Cuando la ministra de Igualdad decía que las primeras víctimas de una guerra son las mujeres, ¿pero de qué me estás hablando? Si precisamente las mujeres y a los niños son a las que se les ha permitido salir del país y los que se van a quedar ahí a que los maten, aparte de muchísima población civil, son los hombres y ha sido así toda la vida. Parece que no se puede tener ningún reconocimiento a eso, se está falseando la verdad, se está falseando la historia y se está falseando una realidad científica.
P.- Una de las cosas que, según he leído, reclama esa nueva masculinidad es que el hombre muestre sus vulnerabilidades, ¿en qué es vulnerable Kiko Matamoros?
R.- Pues en lo mismo que una mujer, es decir, emocionalmente vulnerable en lo que sea. Antes de irme a Supervivientes veía las imágenes de los niños ucranianos, les veía saliendo de sus casas, perdiendo sus vidas, dejando atrás a sus padres y se me saltaban las lágrimas y cuando vine tuve la suerte de que me metieron un día en un hotel donde estaban refugiados los niños de Ucrania por la Cruz Roja. Me pasé las 24 horas asomado a la ventana viéndoles y lloraba porque les veía disfrutar y me emocionaba y lloraba y estoy a punto de llorar, ahora que me acuerdo, pero es que es todo una falacia, es decir, nos están arrancando la posibilidad de seres sintientes, ¿somos unos monstruos ahora? Cuántos hombres se han dejado la vida por sacar adelante a sus hijos, a su mujer y, ¿qué les estamos diciendo ahora? Les decimos que han sido unos gilipollas, que eran unos machistas. Creo que hay formas, infinitamente más racionales, de dar pasos hacia adelante que no pasen por negar las virtudes a la historia. Entiendo que es un debate perdido y estoy convencido de que si esto lo escucha no sé quién pues pondrá los pies en la pared y dirá que soy un machista, bueno, pues dígame usted lo que le dé la gana.
P.- ¿A usted no le importa lo que le digan?
R.- No me puede importar. Mira, yo en mi cuenta de Instagram tengo una cita de Pío Baroja que viene a decir que soy un hombre independiente y que los insultos de los criados no me hacen mucha mella, no me pueden hacer con mella. Primero, porque los que escriben en las redes sociales, pero es que, generalmente, escriben desde la frustración, el rencor, su propia incapacidad cultural y mental, hay que ser muy imbécil para dedicar tu vida a insultar a los demás en las redes sociales. Hay auténticos profesionales de esto, hay que ser, pero muy necio, póngase una película, váyase al Retiro, monte en bici, atienda a su abuela, a su madre…
P.- Le quiero preguntar por la televisión, ¿Hay lucha de clases en Sálvame?
R.- Pues mira, la misma que había en La parada de los monstruos, te quiero decir, yo recuerdo que de muy jovencito íbamos los veranos a la sierra y se hacía la feria de Collado Villalba, entonces bajábamos de otros pueblos limítrofes y había un circo y luego había casetas donde se podían ver a la enana tragasables, al hombre forzudo, a la mujer barbuda, a las hermanas colombinas que eran dos pobrecitas gordas mórbidas, a la mujer araña. Afortunadamente, todo eso ha desaparecido, pero hay nuevas formas de espectáculo porque en esencia no hemos cambiado. A lo mejor dentro de unos años alguien ve Sálvame y lo ve con el mismo ojo crítico que puedo ver yo esas barracas de feria donde se exhibían algunos seres deformes. La esencia es la misma porque funciona. ¿Por qué funciona lo de Shakira? Porque es una guerra familiar.
P.- Es un drama también.
R.- Sí, claro pues como el teatro de los griegos.
P.- Los ricos también lloran.
R.- No, pero si ya no son los ricos, es que, desde los griegos a Shakespeare, a Lorca, el teatro que verdaderamente ha movido a la gente es el drama familiar, en el que se establece esa conexión entre el dolor y la familia.
P.- La pregunta que todo el mundo parece hacerse, ¿Y si se acaba Sálvame?
R.- Pues si se acaba Sálvame se acaba Sálvame, no se acaba el mundo. Se va produciendo modificaciones en el formato, algunas sin mucho éxito, se han retomado otras fórmulas que se habían abandonado, no lo sé, pero en cualquier caso todo tiene un principio y un final.
P.- ¿No le tiene miedo a estar sin televisión?
R.- Llevo 22 años dando la cara en la tele y, verdaderamente, estoy acostumbrado a eso y me gusta, pero tengo 66 años, te quiero decir, hay 44 que he vivido sin televisión, estoy dispuesto a vivir 44 años más sin los platós.
P.- ¿Cuánto tiene la televisión de droga o de adicción?
R.- Para el que la ve, muchísima.
P.- ¿Ha visto gente que mata por salir y que muere si no está?
R.- Hombre, he visto gente que se va por 15.00 euros una semana a Honduras a pasar hambre, claro que lo he visto, hay gente que tira a su pareja y la vuela por los aires con tal de llegar a la Isla de las Tentaciones y darse a conocer. Sí, para mucha gente, sobre todo jóvenes, su objetivo es ser famoso y la tele es un trampolín que lo puede facilitar.
P.- ¿Ha visto muchos juguetes rotos en la televisión?
R.- Y en la calle. Lo que pasa es que en la televisión pueden ser públicos, pero ¿cuántos juguetes rotos hay aquí abajo en el bar de la esquina?
P.- Sería interesante preguntarlo.
R.- Pues date una vueltecita y cuando te hagas cliente habitual, seguro que descubres tres o cuatro que van todas las tardes a la una y salen a las 9 arrastrando los pies.
P.- Siempre se ha manifestado como hombre liberal que votaba la izquierda, no sé si ya eso lo has dejado.
R.- Dije el otro día una cosa en la tele que no se ha recogido mucho, dije que me corto antes la mano que volver a votar al PSOE.
P.- Tal cual.
R.- Tal cual, sigo siendo liberal, pero no soy idiota.
P.- Entiendo que comprendió a Sabina cuando dijo aquello de que no era tan de izquierdas.
R.- No solo comprendo a Sabina, comprendo a mucha gente. Creo que fue Savater el que, después de las primeras elecciones cuando Podemos sacó cinco millones de votos, dijo que no sabía que había tantos tontos en este país, también Sánchez Ferlosio, reconocido intelectual por la izquierda hasta que dejó de convenirle, tuvo palabras muy duras para Podemos, dijo que lo que eran es un grupo de resentidos y de envidiosos. No creo que haya sido cuestión de tiempo para Pedro Sánchez el descararse y justificar cualquier cosa con tal de mantener su parcela de poder, eso no le puede valer a nadie y al que le valga es porque tiene intereses en que eso se produzca o porque verdaderamente no sabe por dónde le da el aire.
«Leer un libro entre dos personas es como echar un polvo»
P.- ¿El mejor ministro que ha nombrado Pedro Sánchez es Máximo Huerta?
R.- ¿Porque ha sido el más breve?
P.- Es una maldad mía.
R.- No lo sé, es bastante contradictorio que se sancione de esa forma a una persona, que yo a lo mejor no le hubiera elegido como ministro de Cultura, porque ha sido sometido a una revisión de la declaración de la renta y se le ha reclamado unos pagos, pero, por otro lado, ¿por qué cojones indultamos a delincuentes condenados?, ¿por qué Griñan no entra en la cárcel? Porque tiene un cáncer de próstata, ¿cuántos hay en la cárcel con cáncer?
P.- Supongo que habrá unos cuantos.
R.- Ahí tienes a Gil Silgado que está operado de cáncer de colon, que es bastante más complicado que el cáncer de próstata y se le operó en la cárcel, a pesar de los escritos del médico de la cárcel en la que está recomendando que se le dé la libertad, pero parece que hay una justicia que funciona de forma desigual. Yo no quiero que esté nadie en la cárcel, pero que estén en la calle unos golpistas y que esté en la cárcel un señor que ha perdido no sé si son casi 40 kilos desde que ingresó en una situación complicadísima, pues a mí no me da la vida para entender esto.
P.- Siendo un hombre que ha vivido mucho la noche madrileña, tengo una curiosidad, ¿alguna vez se ha encontrado a Froilán?
R.- Sí, y a la hermana, pero no he cruzado palabra con ellos.
P.- ¿No se le han intentado colar en ninguna cola como pasó con Froilán?
R.- No he vivido ningún episodio que me llamara la atención, los he visto de lejos, me han parecido gente normal. Lo que pasa es que no se habla de cuando su madre, el Rey y la otra hermana era jóvenes y eran muy fiesteros, pero eso no se contaba.
P.- ¿Crees que ha habido mucha hipocresía con usted y con el tema de cuando contó su adicción a la cocaína? ¿Habrá habido muchos que se drogan y que le han señalado?
R.- Me importa poco, en el momento que lo hago público lo hago público.
P.- ¿Pero los ha habido?
P.- Bueno, ahí están las estadísticas y las encuestas. Eso puede llegar a ser un problema para muchísima gente, me molestó que luego se utilice eso para agredirte, pero ya te digo que no me agrede, pero desgraciadamente es un problema que está ahí y que se podría combatir con más información.
P.- Sobre amor, ¿ama ahora mejor que antes o ama distinto?, ¿le ha cambiado la forma de amar?
R.- Claro, con el paso de los años eres infinitamente menos egoísta, creo que, por primera vez en mi vida entiendo el amor, el amor en una relación de pareja, empiezo a entender que el amor tiene que ser fundamentalmente generosidad con tu pareja y tienes que complementarte. Yo vampirizo un poco a mi pareja, su energía, su ilusión, son 40 años de diferencia los que tenemos y creo que ella a su vez pues también se beneficia en algo de su relación conmigo, pues de algún conocimiento que yo le puedo trasladar, ideológicamente, culturalmente, compartimos muchas horas de lectura, a veces leemos libros a la vez en la cama.
P.- ¿Cómo se lee un libro entre dos? Se pone en mitad, entiendo.
R.- Efectivamente, se pone en medio y se pregunta uno al otro si ha terminado.
P.- ¿Pero leéis en voz alta?
R.- No, esto es como echar un polvo, o sea, hay que tener un ritmo, entonces si llegan los dos a la vez sería lo ideal, pero si no, pues alguno tiene que esperar.
P.- Le gustan mucho los toros y el fútbol, bueno más que el fútbol, el Real Madrid, diría.
R.- Yo diría que soy más madridista que futbolero.
P.- ¿Veremos algún día a un torero o un futbolista que diga que es homosexual?
R.- Los ha habido.
P.- ¿Pero no lo han dicho?
R.- Eso es un cliché, Mondeño que fue un grandísimo torero, que fue monje, tenía un novio guapísimo y no lo escondía y todo el mundo del toro y todo el mundo, en general, lo sabía. Hubo un torero en los años 30 americano, creo recordar, que es Sidney Franklin que era abierta y manifiestamente homosexual y no lo escondía y la gente, ese público tan execrable que va a los toros, no le llamaba «Mondeño maricón», al revés, se partía las manos aplaudiendo sabiendo perfectísimamente su condición sexual. Hay una serie de historias mal contadas y deformaciones de la realidad que trabajan a favor de obra en el sentido de que al final los toros acabarán desapareciendo en España y acabarán siendo una fiesta nacional francesa.
P.- [ríe]
R.- Sí, lo digo absolutamente convencido pues como los franceses han abrazado todo lo que merecía la pena que venía de fuera, lo hicieron con Aznavour, con Picasso, como lo han hecho con Fernando Arrabal, con Luis Ocaña. Nosotros somos bastante paletos y tendemos a rechazar a todos que viene de fuera y acabamos incluso rechazando lo que es nuestro.
«Los toros acabarán siendo una fiesta nacional francesa»
P.- La penúltima, ¿cuál ha sido el milagro o los milagros de tu vida?
R.- El milagro de mi vida ha sido la aparición de Marta, de mi pareja, porque es hay que tener mucha suerte a estas alturas del partido donde está uno un poco desilusionado si va perdiendo con que de repente te pite el árbitro cuatro penaltis a favor, que es lo que me ha pasado y entonces eso lo considero casi un milagro.
P.- ¿Cómo fue la primera vez que la viste?
R.- Un flechazo, en la discoteca Oh my club.
P.- Curiosidad, ¿qué bebe?
R.- Pues whisky con agua, buenísimo y encima es diurético.
R.- La última, ¿todo lo que le gusta a Kiko Matamoros es ilegal, inmoral y engorda?
R.- [ríe] Ilegal no, hay muchas cosas que me gustan que son legales y precisamente porque son legales no me gusta la ilegalidad que se practica desde la supuesta legalidad. Inmoral, eso ya depende de cada uno porque la moralidad es algo que cada uno maneja en base a sus parámetros y decide lo que es ético y lo que no. Y, por último, que engorde un montón de cosas, el dulce me vuelve loco, lo que pasa es que a pesar de mi edad pues sigo entrenando todos los días como un loco.
P.- ¿Ha estado bien su visita a El purgatorio?
R.- Pues sí, creía que hacía más calor, pero muchas gracias por esta visita anticipada.
P.- Pero usted irá al cielo.
R.- Sí, pero después de un tiempo.