Consigue un maquillaje diario perfecto siguiendo la teoría de los diez pasos

Uno de los mayores placeres que existen en este mundo es apagar el despertador por las mañanas para disfrutar de unos minutos extra de sueño. Sin embargo, este deseo muchas veces es imposible porque la rutina llama a nuestra puerta y debemos de prepararnos para afrontarla con la mejor cara. Para ello, es fundamental ese momento dedicado al maquillaje que, si no eres muy experta, puede llevarte más tiempo del que debería.

¿Cuánto tiempo tardas en maquillarte cada mañana? No hablamos de un make up para un evento especial, sino del diario que forma parte de tu rutina. Los expertos nos dicen que se puede llevar a cabo un maquillaje con un resultado profesional y completo y que no lleve más de diez minutos.

No solo es importante conocer el tiempo necesario, también es fundamental saber todos los pasos que son necesarios y, sobre todo, en qué orden deben de llevarse a cabo. Los maquilladores hablan de una rutina en la que se pueden distinguir diez fases distintas. ¿Y todo ello en tan solo diez minutos? Pues parece que sí es posible.

Si necesitas una mano a la hora de maquillarte, hoy en THE OBJECTIVE contamos con la ayuda de la experta en maquillaje Cristina Lobato. Ella será la encargada de enumerar los 10 pasos necesarios que debes de seguir para lucir un maquillaje y una piel perfecta los siete días de la semana. ¡Y lo mejor! Con los mejores trucos y secretos profesionales para ahorrar esos segundos que podrás disfrutar  cada mañana bajo las sábanas.

1) Prepara la piel

De nada sirve ser un experto en maquillaje si el lienzo sobre el que trabaja no tiene el aspecto que debería. No podemos saltarnos ni un paso de la rutina de belleza que tu piel necesita. Eso significa hacer uso de limpiador, tónico, sérum, contorno de ojos y bálsamo labial. «Es muy importante que todos estos productos de cuidado sean específicos para tu tipo de piel», explica la maquilladora.

Si tienes dudas del orden que deben seguir tus productos cosméticos, piensa que siempre se deben de aplicar del más líquido al más denso. En el caso de dudas, solo tienes que echar un vistazo a algún tutorial que te sacará de dudas al instante.

2) El corrector

Es bastante habitual que nuestro rostro no tenga un tono completamente uniforme. La piel puede tener discromías o alteraciones de color debidos a diferentes causas como manchas solares, granitos o la aparición de las ojeras. Para solucionarlo, el primer gesto del paso a paso para lograr un maquillaje perfecto es confiar en el corrector.

Aplica el corrector antes de la base de maquillaje porque es posible que haya manchas que necesites disimular. Para hacerlo debes utilizar tonalidades que luego neutralizarás con la base para que no se vean los contrastes de color. Tienes que aplicar el corrector en las zonas con más imperfecciones, hazlo en pequeñas cantidades y con la yema de los dedos para que se funda a la perfección con tu piel.

En el caso de las ojeras, cúbrelas dependiendo de la tonalidad que tengan. Puedes usar desde tonos más beige hasta otros más asalmonadas o anaranjados que son los idóneos para cuando las ojeras son más oscuras.

3) Bases de maquillaje

Deberías saber ya una de las reglas de oro del maquillaje: el tono de la base debe ser lo más parecido al tono o subtono de tu piel. Aquí te presentamos una breve guía para que sepas acertar:

• Subtono frío: son esas pieles que se enrojecen con facilidad y que son reactivas o sensibles al sol. Son pieles finas, claritas y rosadas para las que las bases de maquillaje más adecuadas son las que tienen un subtono rosa.
• Subtono cálido: hablamos de esas pieles con pigmentaciones amarillentas o doradas. La inmensa mayoría de las españolas entran dentro de esta clasificación ya que tienden a ser más cálidas. Las bases de maquillaje adecuadas para este tipo de piel son de subtono amarillo.
• Subtono neutro: son las pieles que pueden presentar zonas con diferentes pigmentaciones y que tienden al color beige. En estos casos, la base maquillaje que utilizaremos serán de subtono beige.

4) El iluminador

El siguiente paso de nuestra rutina de maquillaje exprés debe de centrarse en los iluminadores. Existen de varios tipos y hay que saber cuándo recurrir a unos o a otros, pero lo perfecto es utilizar correctores de baja cobertura.

En el mercado podremos encontrar  iluminadores fluidos que son hidratantes y de cobertura ligera y traslúcida que aportan un suave velo perlado. Estos iluminadores los aplicaremos siempre en la zona alta del pómulo hacia la sien, la nariz y barbilla. Eso sí, hay que tener en cuenta nuestro tipo de piel ya que existen casos en los que estas dos zonas son bastante conflictivas porque tienden a presentar esos antiestéticos brillos producidos por el exceso de grasa.

Los iluminadores en polvo suelen ser algo más brillantes que los fluidos porque, por lo general, tienen mayor concentración de pigmento. La maquilladora recomienda utilizarlos durante las horas de menos luz solar o en entornos con luces más cálidas.

A la hora de usar el iluminador, también es muy importante tener en cuenta nuestro tono de piel. Para las pieles más cálidas, Cristina Lobato recomienda los tonos más bronces o con matices más dorados. Para aquellas más frías o pálidas, además de los tonos ligeramente dorados, también es una buena opción elegir colores más rosados.

5) Polvos de maquillaje

Vamos llegando al ecuador de nuestro maquillaje y es hora de sellar toda la base que hemos logrado hasta el momento para asegurarnos un resultado de larga duración. Para ellos vamos a usar polvos selladores que habrá que matifizar al gusto de cada una. Nuestra recomendación es trabajar en esas áreas más conflictivas, a las que comúnmente denominamos ‘zona T’, y que son la frente, la nariz y la barbilla.

6) Maquillar la mirada

Una vez que tenemos la piel perfecta, es hora de empezar a trabajar otras áreas del rostro. El siguiente paso se centra en nuestros ojos y comienza aplicando una prebase para lograr que las sombras que vayamos a utilizar posteriormente se mantengan intactas durante horas y, además, potenciemos su color.

Después de la prebase, maquilla la mirada con las sombras de ojos que más te gusten. El siguiente paso es utilizar la máscara de pestañas y, a continuación, maquillar las cejas para disimular cualquier imperfección. Si no te gusta el resultado de una ceja maquillada, puedes optar simplemente por limpiarla con un bastoncillo y agua micelar. De esta manera conseguirás eliminar cualquier resto que haya podido quedar de la base de maquillaje.

7) Polvos de sol

Los polvos de sol son un elemento perfecto para perfeccionar el maquillaje y lograr un aspecto más saludable y juvenil. Eso sí, hay que tener cuidado para evitar efectos indeseados. No correrás ningún peligro si eliges un tono o dos (como máximo) por encima del tono de tu propia piel.

8) El colorete

El colorete que debemos usar en nuestro maquillaje también dependerá de nuestro tono de piel. Para aquellas pieles más blancas, la mejor opción es escoger polvos satinados ultraligeros con tonos ligeramente rosados o melocotón. En cambio, para pieles medias u oscuras se pueden utilizar mates o irisados porque ambas alternativas terminarán siendo muy favorecedoras.

También hay que tener en cuenta tus gustos personales. Si eres de las que se mueren por los tonos irisados, los más favorecedores son los tonos ocres y dorados.

9) Los labiales

Vamos terminando nuestro maquillaje perfecto para el día a día y lo vamos a hacer prestándole la máxima atención a nuestra boca. Existen varios trucos en este terreno como, por ejemplo, escoger un primer para suavizar el labio y prolongar la duración del color al máximo.

Además, si tienes líneas de expresión o los contornos no están muy definidos, el primer va a evitar que el labial se mueva y permanezca en todo momento perfecto.

10) La bruma facial

La guinda del pastel la vamos a poner gracias al uso de la bruma facial. Se trata de ese toque final que necesitas para fijar el maquillaje y que el trabajo que has realizado se mantenga intacto durante toda la jornada.

En el caso de los meses de calor, la bruma es un sistema perfecto para refrescar cada vez que lo necesites. Por ello, es un buen truco elegir formatos pequeños que puedas llevar en el bolso todo el día y a los que puedes recurrir siempre que lo necesites.

Ahora ya conoces los diez pasos infalibles para que cada mañana puedas lograr un maquillaje profesional en pocos minutos. Vete preparando el cronómetro para comprobar si consigues terminar en un tiempo récord e igualar la marca de cualquier experto en make up.