Este es el tratamiento más efectivo para la fibromialgia, según un informe de la OCU
Con este síndrome los cambios en los hábitos y el cuidado a uno mismo son críticos para mejorar la calidad de vida
Dolor persistente, resultados médicos normales y sin una causa obvia. A muchas personas que la sufren se les considera incluso como enfermos mentales. Y es que así es la fibromialgia, un síndrome que puede afectar gravemente la calidad de vida.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia afecta a entre el 3% y el 5% de la población. Es un gran desafío tanto para los médicos como para quienes la padecen, explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
No se trata de una enfermedad típica, sino de una condición que deteriora la calidad de vida y que en ocasiones puede ser incapacitante en términos funcionales. Los expertos la consideran un síndrome, lo que viene siendo una dolencia mal entendida.
Los síntomas más comunes de la fibromialgia
Según el informe de la OCU, el síntoma principal de la fibromialgia es el dolor musculoesquelético, que puede variar mucho en su manifestación. Otros síntomas comunes incluyen el cansancio y los problemas para dormir.
¿Cómo es este dolor? No sigue un patrón definido y es una experiencia compleja y única para cada paciente. Su intensidad y gravedad pueden cambiar debido a factores emocionales, psicológicos y sociales.
De hecho, quienes tienen fibromialgia pueden experimentar períodos de dolor intenso alternados con otros más tolerables.
El resto de los posibles síntomas tampoco facilitan un diagnóstico claro:
- Cansancio
- Problemas para dormir
- Dificultad para concentrarse, problemas de memoria
- Alteraciones del estado de ánimo o ansiedad
Además, pueden presentarse otros síntomas como:
- Sensación de rigidez (especialmente en cuello y espalda)
- Entumecimiento
- Hormigueo en brazos y piernas
- Molestias digestivas
- Mareos o sensibilidad extrema al ruido y a otros estímulos ambientales
Irregularidades de este síndrome
- Su diagnóstico es complicado, ya que las pruebas médicas no suelen arrojar resultados concluyentes.
- El escepticismo de algunos médicos, quienes a veces la consideran una manifestación de una enfermedad mental (aunque, afortunadamente, esto es cada vez menos común).
- Su inicio y fin no están claramente definidos.
- La influencia del género: aunque no se conocen las razones, la fibromialgia afecta más a mujeres que a hombres, en una proporción aproximada de tres a uno.
Todo esto hace que muchas personas con fibromialgia tengan dificultades para ser reconocidas como enfermos, se sientan incomprendidas o, en su búsqueda de una solución, terminen siendo víctimas de engaños y recurran a pseudoterapias o productos milagrosos.
¿Cuáles son las causas?
Según el estudio de la OCU, debido a las características del dolor, durante años se ha especulado que detrás de la fibromialgia podría haber algún trastorno musculoesquelético o que afectara a los tejidos blandos del cuerpo, posiblemente de tipo inflamatorio.
Sin embargo, nunca se han encontrado pruebas que lo confirmen. Por ahora, se desconoce la causa de la fibromialgia y solo existen hipótesis.
La hipótesis más respaldada actualmente sugiere que la fibromialgia se debe a una alteración en el procesamiento de las señales dolorosas por parte del sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal).
Esto resultaría en una reducción del umbral de tolerancia al dolor, haciendo que las personas con fibromialgia sientan cualquier estímulo doloroso de manera amplificada, e incluso perciban como dolorosos estímulos que normalmente no lo son.
Este mecanismo podría ser similar al de otros síndromes con características compartidas con la fibromialgia, como la cefalea tensional o el síndrome del intestino irritable.
¿Cómo intentar controlarla?
Estas son las recomendaciones que NIH MedlinePlus da para mitigar las dolencias.
- Haz ejercicio de forma regular. Al principio puede ser doloroso moverte, pero la investigación muestra que aumentar gradualmente la actividad física puede reducir el dolor. Comienza con movimientos suaves como el tai chi o el yoga, sugiere la Dra. Crofford. «En la fibromialgia, la comunicación entre el cerebro y el cuerpo es anormal, pero el ejercicio regular ayuda al cerebro a acostumbrarse a los movimientos del cuerpo».
- Entiende que no existe una píldora mágica. «Para el dolor crónico, no hay una solución fácil», explica el Dr. Clauw. Al igual que con otras enfermedades crónicas como la diabetes o el asma, debes desempeñar un papel activo en el control de los síntomas haciendo cambios en tu estilo de vida.
- Reduce el estrés. «Es importante identificar los factores desencadenantes del estrés, ya que este puede empeorar la fibromialgia», dice la Dra. Crofford. Ella recomienda la terapia cognitivo-conductual para manejar el estrés emocional y la depresión. Estas estrategias incluyen evitar el diálogo interno negativo, aprender a relajarte, priorizar tareas para conservar energía y enfrentar el dolor cuando se intensifica.
- Duerme lo suficiente. La fatiga y el dolor de la fibromialgia están relacionados y se agravan mutuamente. Esto se debe a que los neurotransmisores que controlan el dolor también regulan el sueño, el estado de ánimo y la memoria, explica el Dr. Clauw. Por eso, es fundamental dormir lo suficiente siguiendo estos buenos hábitos: acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, reduce las siestas y haz ejercicio.