Los alimentos que eliminan las arrugas y la flacidez, según una médico nutricionista
Con la edad, la renovación de las células basales se ralentiza, lo que hace que la piel se vuelva más seca y rugosa
Lograr una piel sana puede parecer un objetivo difícil de alcanzar. Nuestro ritmo de vida acelerado, la falta de una rutina adecuada de cuidado facial y una alimentación deficiente causan numerosos problemas en la piel.
Comprender las características de nuestra piel y distinguir entre una piel saludable y una que no lo está, es un método que permite establecer una rutina de cuidado facial específica.
¿Cómo saber que tengo la piel saludable?
Existen varios tipos de piel (normal, seca, grasa, mixta, sensible) y cada uno necesita cuidados específicos. No obstante, hay ciertos rasgos comunes en todas las pieles saludables.
Firmeza al tacto
Una piel sana es compacta, lisa, suave y firme al tacto. No se arruga ni se distiende fácilmente. Enfermedades o una mala alimentación pueden debilitar las proteínas dérmicas (colágeno y elastina), afectando la firmeza y provocando flacidez.
Tono uniforme
Independientemente del color de la piel blanca, morena, cobriza, una piel saludable tiene un tono uniforme sin decoloraciones, manchas o despigmentaciones.
Sin embargo, el envejecimiento, la exposición a factores externos e internos como el sol, la alimentación y enfermedades, pueden alterar la actividad de los melanocitos, resultando en una distribución irregular de melanina.
Hidratación
Una piel que parece seca o escamosa no está bien hidratada, lo que indica falta de humedad. Mantener la piel hidratada es crucial para evitar su resquebrajamiento.
Piel suave
Una piel sana se caracteriza por ser suave y lisa al tacto, sin áreas ásperas, resecas, escamosas o irregulares, incluso en zonas expuestas al desgaste como los codos.
Exceso de grasa
Las glándulas sebáceas producen aceites naturales para proteger la piel, pero una piel sana no debe ser ni excesivamente seca ni excesivamente grasosa.
La sobreproducción de sebo puede causar acné, acumulación de bacterias y células muertas, creando un ambiente propicio para infecciones.
Existen alimentos para una piel más firme
Según María José Crispín, médica nutricionista de la Clínica Menorca, tener una piel firme y sin flacidez es un indicador de buena salud cutánea. Con el tiempo, la flacidez afecta a ciertos tipos de piel y estructuras faciales más que a otras.
Para tener una piel más elástica y sin arrugas, necesitamos proteínas como el colágeno y la elastina. Además de consumir proteínas, es esencial contar con otros nutrientes para formar colágeno, como la vitamina C y el magnesio.
Según la doctora Crispín, para mejorar la elasticidad de la piel y combatir las arrugas, es importante incluir en nuestra dieta alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteínas. Algunos de estos alimentos son:
- Frutas cítricas (como kiwi, frambuesas y naranjas): contienen vitamina C esencial para la formación de colágeno, pero deben consumirse crudas.
- Espinacas: ricas en zinc, vitamina C y vitamina A. Previenen la pérdida de firmeza, aportan luminosidad a la piel y actúan como protector natural contra los rayos UV.
- Coco: rico en zinc, que ayuda en la síntesis de proteínas y desarrollo de colágeno.
- Salmón: rico en ácidos grasos omega-3, que ayudan en la producción de colágeno y combaten la flacidez, proporcionando soporte y firmeza a la piel.
- Sardinas: ricas en coenzima Q10, aumentan la energía de las células y de la piel.
- Semillas de lino: excelentes fuentes de ácidos grasos que mejoran la tersura y elasticidad de la piel.
- Pepino: Contiene silicio, que previene las arrugas al retener agua en las células, asegurando así que reciban todos los nutrientes necesarios.
- Brócoli: contiene antioxidantes como las vitaminas C y E, que estimulan la producción de colágeno y protegen la piel de la radiación solar al crear una barrera enzimática.
- Zanahorias: ricas en vitamina A, aumentan el colágeno de la piel y favorecen la renovación celular.
- Huesos de pollo, cerdo, ternera: contienen proteínas ricas en colágeno, que mejoran la piel. Suelen consumirse en caldo, proporcionando colágeno puro.