Verruga plantar vs. fascitis: diferencias, síntomas y tratamientos
Los problemas en los pies son una de las causas más comunes de consulta médica en podología y dermatología
Entre las afecciones más frecuentes se encuentran la verruga plantar y la fascitis plantar, dos problemas que suelen confundirse debido a que ambos generan molestias en la planta del pie. Sin embargo, se trata de condiciones distintas, con causas, síntomas y tratamientos específicos.
¿Qué es la verruga plantar?
La verruga plantar es una lesión cutánea causada por el virus del papiloma humano (VPH), específicamente los tipos 1, 2 y 4.
Este virus ingresa al cuerpo a través de pequeñas fisuras en la piel, generalmente por contacto directo con superficies contaminadas en áreas húmedas como piscinas, gimnasios o duchas públicas.
La verruga plantar suele aparecer en las zonas de mayor presión de la planta del pie, como el talón o la base de los dedos, y es más común en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Entre sus síntomas están:
- Crecimiento elevado en la piel: se manifiesta como un bulto rugoso y pequeño en la planta del pie.
- Dolor al caminar o al aplicar presión: al estar en áreas de apoyo, la verruga plantar puede causar molestias al caminar o estar de pie.
- Presencia de puntos negros: estos son pequeños vasos sanguíneos que han crecido en el interior de la verruga, un rasgo característico de este tipo de lesión.
- Cambios en la textura de la piel: la piel alrededor de la verruga puede volverse dura o gruesa debido a la presión constante.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, un tejido que va desde el talón hasta la base de los dedos y actúa como soporte del arco del pie.
La inflamación se produce debido al esfuerzo repetitivo, el sobrepeso, el uso inadecuado de calzado o actividades que ejercen demasiada presión sobre el talón y la fascia, los síntomas más comunes son:
- Dolor agudo en el talón: el dolor se siente principalmente en la zona del talón y suele ser más intenso al levantarse por la mañana o después de estar mucho tiempo sentado.
- Molestia en la base del pie: la inflamación de la fascia plantar provoca molestias a lo largo del arco del pie.
- Dolor que disminuye con la actividad: aunque puede empeorar con actividades de alto impacto, muchas personas sienten alivio temporal al comenzar a caminar.
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¿Y qué tratamientos tienen?
El tratamiento para la verruga plantar puede ser prolongado, ya que el VPH suele ser resistente. El doctor Carlos Luque, podólogo y especialista en enfermedades virales de la piel, señala que es importante “no intentar eliminar la verruga en casa con métodos caseros, ya que esto puede provocar infecciones y complicaciones.” Luque recomienda consultar con un profesional para evaluar opciones como:
- Crioterapia: congelación de la verruga con nitrógeno líquido para destruir el tejido infectado.
- Ácido salicílico: aplicado tópicamente para eliminar las capas de la verruga.
- Láser: en casos persistentes, el láser puede eliminar las verrugas más profundas.
- Cirugía menor: en algunos casos, se recurre a la excisión quirúrgica cuando otros métodos no funcionan.
Por el contrario, el tratamiento de la fascitis plantar suele centrarse en reducir la inflamación y fortalecer el pie. La doctora Isabel Gómez, fisioterapeuta especializada en afecciones del pie, menciona que «el uso de plantillas personalizadas y ejercicios específicos de estiramiento pueden ayudar significativamente a reducir el dolor y prevenir recaídas.» Entre los tratamientos más comunes están:
- Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: se enfoca en la fascia plantar y el tendón de Aquiles.
- Plantillas ortopédicas: ayudan a redistribuir el peso y reducir la presión sobre el talón.
- Terapia de ultrasonido: para reducir la inflamación en la zona afectada.
- Infiltraciones de corticoides: en casos graves, para aliviar el dolor de forma rápida.
Consejos de prevención
Algunas sugerencias para cuidar y evitar este tipo de problemas son:
- Higiene y cuidado en zonas húmedas: para evitar la verruga plantar, es esencial usar calzado en áreas comunes como duchas y piscinas y secar bien los pies.
- Calzado adecuado: para prevenir la fascitis plantar, el uso de zapatos con buen soporte y acolchado es fundamental, especialmente para quienes pasan mucho tiempo de pie.
- Evitar el sobrepeso: mantener un peso saludable reduce la presión en los pies y el riesgo de fascitis plantar.
- Estiramientos regulares: especialmente útiles para prevenir la tensión en la fascia plantar.