Déficit de magnesio: cinco hábitos que tienes que tener en cuenta
Este elemento es clave en cientos de procesos corporales, y su carencia puede tener consecuencias en nuestra salud
El magnesio es un mineral esencial para el buen funcionamiento del organismo, pero muchas veces no le prestamos la atención que merece.
Este elemento es clave en cientos de procesos corporales, y su deficiencia puede tener consecuencias importantes en nuestra salud, incluso sin que lo notemos de inmediato.
Sin embargo, y según cuenta un artículo de Vogue algunos hábitos cotidianos pueden estar afectando negativamente tus niveles de magnesio sin que te des cuenta.
¿Qué hábitos afectan al déficit de magnesio?
El magnesio, un mineral esencial para la salud, interviene en más de 300 funciones biológicas, desde la producción de energía hasta el equilibrio hormonal y la relajación muscular.
El déficit de magnesio es sorprendentemente común y, en muchos casos, pasa desapercibido en los análisis de sangre convencionales, ya que únicamente el 1% de este mineral se encuentra en la sangre, mientras que el 99% está almacenado en el interior de las células.
Según Belén Acero, farmacéutica experta en nutrición, esto dificulta detectar una deficiencia real y subraya la importancia de adoptar hábitos que favorezcan niveles adecuados.
1. La sudoración y la práctica deportiva
El ejercicio es fundamental para la salud, pero también puede agotar los niveles de magnesio debido a la sudoración. Este mineral es crucial para la contracción y relajación muscular, y su carencia puede causar calambres, fatiga y debilidad.
Los deportistas, especialmente aquellos que realizan actividades intensas, deben reponer magnesio mediante suplementos o alimentos ricos en este mineral tras el ejercicio.
2. El consumo excesivo de procesados y azúcares refinados
La alimentación típica occidental, rica en productos procesados, se asocia con una pérdida significativa de magnesio. Según la doctora Isabel Viña, hasta el 90% del contenido original de magnesio en los alimentos se elimina durante el procesamiento.
Incorporar alimentos naturales como frutos secos, semillas, legumbres y vegetales de hoja verde es clave para revertir este efecto.
3. Uso de ciertos medicamentos
Algunos medicamentos interfieren directamente con la absorción de magnesio. Entre ellos, se encuentran los anticonceptivos, el omeprazol, ciertos diuréticos y medicamentos para enfermedades pancreáticas o hepáticas.
Además, condiciones como la enfermedad celíaca o el Crohn afectan la capacidad del organismo para absorber magnesio de los alimentos. Consulta con tu médico si estás en tratamiento con estos fármacos para evaluar la necesidad de suplementación.
4. Alimentación inadecuada y suelos desmineralizados
A pesar de llevar una dieta equilibrada, la desmineralización de los suelos agrícolas ha reducido el contenido de magnesio en los alimentos en un 20-30% en los últimos 60 años.
Esto hace imprescindible priorizar alimentos como las espinacas, el brócoli, las almendras y las semillas de chía o calabaza. Además, reducir el consumo de alcohol también puede ayudar a mantener niveles saludables de este mineral.
5. Estrés crónico
El estrés es uno de los mayores enemigos del magnesio. Este mineral regula la respuesta del cuerpo al estrés y participa en la producción de GABA, un neurotransmisor que calma el sistema nervioso.
Sin embargo, altos niveles de estrés incrementan la pérdida de magnesio, creando un círculo vicioso que puede afectar la salud mental y física.
La deficiencia de magnesio está vinculada con una menor producción de melatonina, lo que impacta negativamente en la calidad del sueño y aumenta la ansiedad. Practicar técnicas de relajación, como la meditación, y cuidar la calidad del sueño pueden ayudar a romper este ciclo.
¿Cómo prevenir el déficit de magnesio?
Adoptar hábitos saludables es esencial para prevenir su carencia. Estas son algunas recomendaciones:
- Incluye alimentos ricos en magnesio: añade a tu dieta vegetales de hoja verde, frutos secos, semillas y legumbres.
- Reduce el consumo de procesados y azúcar: opta por alimentos frescos y naturales.
- Hidrátate correctamente tras el ejercicio: considera bebidas deportivas enriquecidas con magnesio si tu actividad física es intensa.
- Gestiona el estrés: incorpora ejercicios de relajación, como yoga o mindfulness, en tu rutina diaria.
- Consulta a un profesional de la salud: si sospechas que puedes tener un déficit, habla con un experto para evaluar la necesidad de suplementación.