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¿Me puedo morir de una arritmia cardiaca? Estos son los síntomas más frecuentes

Aunque algunas no tienen repercusiones graves, otras pueden provocar complicaciones bastante críticas

¿Me puedo morir de una arritmia cardiaca? Estos son los síntomas más frecuentes

Hombre con dolor en el pecho | Canva

Las arritmias cardiacas son alteraciones en el ritmo del corazón que pueden variar desde algo benigno y pasajero hasta condiciones graves que ponen en riesgo la vida.

Entender qué es una arritmia, sus síntomas más comunes y cuándo representa un peligro, es esencial para cuidar nuestra salud cardiovascular.

¿Qué es una arritmia?

Una arritmia es una irregularidad en el ritmo del corazón, ya sea porque late demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de forma desordenada.

Estas anomalías se deben a fallos en el sistema eléctrico que regula los latidos del corazón. Aunque algunas arritmias no tienen repercusiones graves, otras pueden provocar complicaciones como insuficiencia cardiaca, accidentes cerebrovasculares o, en casos extremos, muerte súbita.

¿Me puedo morir de una arritmia cardiaca?

La respuesta es sí, aunque no todas las arritmias son mortales. Y es que las más peligrosas, como la fibrilación ventricular o la taquicardia ventricular, interrumpen el flujo sanguíneo y pueden llevar a un paro cardiaco si no se tratan rápidamente.

Por otro lado, muchas arritmias, como las arritmias sinusales, son benignas y no requieren tratamiento médico urgente.

Arritmia sinusal: este tipo de arritmia es una variación del ritmo cardiaco asociada principalmente con la respiración. Es más común en personas jóvenes y, en la mayoría de los casos, no tiene consecuencias graves. Sin embargo, es fundamental diferenciarla de otras arritmias más serias a través de un diagnóstico médico.

Síntomas de la arritmia

Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y gravedad de la arritmia, pero los más frecuentes incluyen:

  • Palpitaciones: sensación de que el corazón late rápido, fuerte o de manera irregular, como si «saltara» un latido o estuviera acelerado sin razón aparente. Estas pueden ser momentáneas o persistir durante más tiempo, y a menudo son el primer indicio de una arritmia.
  • Mareos o sensación de desmayo: una arritmia puede alterar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca vértigo o episodios de casi desmayo (lipotimia).
  • Falta de aire o dificultad para respirar: la incapacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente puede reducir la oxigenación del cuerpo, haciendo que tareas simples como caminar o subir escaleras se vuelvan agotadoras.
  • Dolor o presión en el pecho: en algunos casos, la irregularidad del ritmo cardiaco genera molestias en el pecho que pueden ser leves o intensas, simulando un ataque cardiaco.
  • Fatiga inexplicable: la sensación de cansancio extremo, incluso tras haber descansado adecuadamente, puede ser un síntoma de arritmia debido a la ineficiencia del corazón para llevar suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo.
  • Pérdida del conocimiento o síncope: en situaciones más graves, la falta de flujo sanguíneo adecuado al cerebro puede provocar desmayos. Este síntoma suele indicar un riesgo importante que requiere atención médica inmediata.
  • Paro cardiaco repentino: aunque poco común, en algunos casos extremos, la arritmia puede llevar a la interrupción total del latido del corazón, lo que constituye una emergencia médica que requiere intervención inmediata para salvar la vida del paciente.

Es importante destacar que algunas arritmias son asintomáticas y solo se detectan durante un examen médico rutinario o un electrocardiograma.

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Dolor fuerte en el pecho

¿Qué hacer ante una arritmia?

Si experimentas alguno de los síntomas mencionados, lo ideal es buscar atención médica. Un especialista en cardiología podrá realizar pruebas como un electrocardiograma, un monitoreo Holter o un estudio electrofisiológico para determinar el tipo de arritmia y su gravedad.

Tratamiento:
El manejo de una arritmia puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida (como reducir el consumo de cafeína, alcohol o tabaco).
  • Medicamentos antiarrítmicos.
  • Procedimientos médicos, como la ablación por catéter.
  • En casos severos, el uso de dispositivos como marcapasos o desfibriladores implantables.

Prevención y control

Mantener un corazón saludable es esencial para prevenir arritmias cardiacas, aunque no siempre es posible evitar factores genéticos o enfermedades subyacentes.

Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables puede reducir riesgos como la hipertensión y el colesterol alto.

También es importante limitar el consumo de sal, grasas saturadas, cafeína y alcohol, mientras se priorizan alimentos ricos en potasio y magnesio.

El ejercicio físico regular, adaptado a cada persona, fortalece el corazón, y la gestión del estrés mediante técnicas de relajación, sueño adecuado y apoyo emocional contribuyen significativamente a la salud cardiovascular.

Las visitas periódicas al médico, con pruebas como electrocardiogramas o análisis de sangre, son clave para detectar problemas a tiempo.

Controlar condiciones subyacentes como hipertensión, diabetes u obesidad reduce el riesgo de arritmias. Evitar hábitos nocivos como el tabaco y las drogas también es fundamental.

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