¿Por qué las personas con estabilidad emocional sienten menos dolor físico?
El Dr. Ponce ha trabajado años en la intersección de la fisioterapia, las emociones, y el resultado es sorprendente
En su libro El miedo duele. Anatomía de las emociones, el Dr. David Ponce, fisioterapeuta y osteópata, explora un concepto fascinante: la relación entre nuestras emociones y el dolor físico.
Según Ponce para un artículo del ABC Bienestar menciona que, el miedo, la ansiedad, la angustia y otras emociones relacionadas tienen un impacto directo en cómo experimentamos el dolor. Pero, ¿por qué algunas personas parecen sentir menos dolor físico que otras?
El Dr. Ponce ha trabajado durante años en la intersección de la fisioterapia y las emociones, y sus investigaciones han revelado que el equilibrio emocional tiene un papel fundamental en cómo nuestro cuerpo percibe el dolor.
Según sus estudios, el dolor no es solo una respuesta física, sino también una reacción influenciada por nuestro estado emocional.
La estabilidad emocional, aunque es un concepto difícil de alcanzar y mantener de manera constante, parece actuar como un amortiguador frente al dolor físico.
¿Cómo somatiza el cuerpo cuando tienes estrés?
El miedo es una de las emociones que más puede afectar nuestra salud física. A menudo, el miedo está vinculado a pensamientos sobre lo que puede suceder en el futuro, como la incertidumbre, la posibilidad de enfermedad o la pérdida de seguridad.
Aunque este miedo es, en su mayoría, una creación mental, su impacto es real. El cerebro humano no distingue entre lo que es real y lo que es imaginado. Si una persona vive constantemente en un estado de miedo o ansiedad, su cuerpo puede experimentar cambios hormonales que favorecen la aparición de dolores físicos.
El Dr. Ponce explica que el miedo genera la liberación de sustancias como adrenalina y cortisol, que son útiles en situaciones de estrés, pero que si se liberan en exceso pueden tener efectos dañinos.
El cortisol, por ejemplo, suprime el sistema inmunológico, lo que puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades, inflamaciones y dolores crónicos.
En su libro, Ponce resalta cómo un minuto de estrés puede reducir las defensas del cuerpo durante horas, afectando negativamente a la salud general de una persona.
De hecho, estudios han relacionado el estrés crónico con el desarrollo de enfermedades graves, como ciertos tipos de cáncer, debido al daño constante al sistema inmunitario.
La conexión entre la estabilidad emocional y el dolor
El Dr. Ponce señala que dos personas con la misma patología pueden experimentar niveles de dolor muy distintos dependiendo de su estabilidad emocional.
Las personas emocionalmente estables son más capaces de manejar el dolor de manera más eficaz, ya que su sistema nervioso no está sobrecargado por las respuestas emocionales extremas, como la ansiedad o la depresión.
De hecho, la estabilidad emocional permite una mayor resiliencia frente a los dolores físicos, ya que el cuerpo no entra en un estado constante de alerta y reacción ante el estrés.
La estabilidad emocional no significa estar completamente libre de emociones negativas, ya que la vida está llena de altibajos. Sin embargo, la clave está en aprender a gestionar esas emociones y mantener un equilibrio.
Según Ponce, la inestabilidad emocional prolongada, especialmente el miedo crónico, puede desencadenar una serie de reacciones en el cuerpo que amplifican la sensación de dolor.
¿Qué relación tiene el dolor físico con las emociones?
Las emociones no solo afectan la percepción del dolor, sino que también pueden estar directamente relacionadas con áreas específicas del cuerpo.
El Dr. Ponce identifica ciertas conexiones entre los tipos de dolor y las emociones que lo acompañan. Por ejemplo, los dolores de cabeza, las tensiones en la zona cervical y las molestias en la mandíbula están asociadas con el estrés y la ansiedad.
La depresión, por otro lado, tiende a afectar la zona dorsal y el tórax, mientras que el miedo se relaciona principalmente con la parte lumbar.
Estos vínculos entre el cuerpo y las emociones son la base de la medicina osteopática, que busca tratar al paciente de manera integral, no solo aliviando los síntomas físicos, sino también abordando las emociones que podrían estar influyendo en esos dolores.
El enfoque osteopático se centra en la conexión entre los órganos, los músculos, los huesos y otros sistemas corporales, reconociendo que un desequilibrio en una parte del cuerpo puede estar relacionado con un malestar emocional.
La mente y su poder sobre el cuerpo
El concepto de que la mente puede influir en el cuerpo no es nuevo. De hecho, el Dr. Ponce cita a Nietzsche, quien afirmaba que «el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional«.
Esto significa que, aunque todos experimentamos dolor en algún momento, nuestra capacidad para manejar ese dolor depende en gran medida de cómo reaccionamos ante él emocionalmente. Las personas con una mentalidad más positiva y equilibrada tienen más herramientas para manejar el dolor, lo que les permite disfrutar de una mejor calidad de vida.
En su práctica clínica, Ponce también ha observado que algunas personas, que parecen no tener emociones o han reprimido sus sentimientos durante años, son las que más sufren.
Aunque externamente pueden parecer calmadas, su cuerpo refleja una tensión interna que se manifiesta en rigidez muscular y dolor crónico.
Esto subraya la importancia de ser conscientes de nuestras emociones y de aprender a gestionarlas de manera saludable para evitar que se conviertan en un factor que agrave nuestro bienestar físico.