Cómo lavar correctamente la fruta: una experta explica por qué el agua no es suficiente

Cuando compramos frutas y verduras, muchas veces creemos que un simple enjuague con agua es suficiente para dejarlas completamente limpias y seguras para su consumo. Sin embargo, según la experta en nutrición Ana Navarro, este método no elimina todos los residuos dañinos que pueden estar presentes en la superficie de estos alimentos. Desde pesticidas hasta bacterias e incluso restos fecales, lavar las frutas solo con agua puede no ser suficiente para proteger nuestra salud.

Los peligros ocultos en la superficie de las frutas

Las frutas y verduras pasan por muchos procesos antes de llegar a nuestra mesa. Desde la cosecha, transporte y almacenamiento hasta la manipulación en supermercados o mercados locales, estos alimentos están expuestos a una gran cantidad de contaminantes. Algunos de los más comunes incluyen:

• Pesticidas y herbicidas: productos químicos utilizados en la agricultura para proteger los cultivos de plagas y malezas. Algunos de estos compuestos pueden ser perjudiciales si se consumen en grandes cantidades.
• Bacterias y microorganismos: durante su manipulación, las frutas pueden contaminarse con bacterias como Salmonella o E. coli, que pueden causar infecciones alimentarias.
• Residuos fecales: en algunas ocasiones, la falta de higiene en la manipulación de los alimentos puede resultar en la presencia de restos fecales, lo que representa un riesgo para la salud.

¿Por qué el agua no es suficiente?

El agua corriente ayuda a remover parte del polvo y la suciedad visible en la superficie de las frutas, pero no es capaz de eliminar de manera efectiva los residuos de pesticidas ni las bacterias. Algunos compuestos químicos utilizados en la agricultura son hidrofóbicos, lo que significa que no se disuelven fácilmente en agua. Esto hace que sea necesario recurrir a otros métodos de limpieza que puedan descomponer y eliminar estos residuos de manera más eficaz.

¿Cómo lavar correctamente las frutas y verduras?

Para asegurar la eliminación de la mayor cantidad posible de residuos, la experta Ana Navarro recomienda el siguiente método:

1. Sumerge las frutas en agua: llena un recipiente grande con agua suficiente para cubrir completamente las frutas.
2. Añade media taza de vinagre: el vinagre tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a eliminar bacterias y otros microorganismos presentes en la superficie de los alimentos.
3. Añade dos cucharadas de bicarbonato de sodio: este ingrediente ayuda a eliminar pesticidas y residuos químicos gracias a su acción alcalina.
4. Deja reposar por 15 minutos: este tiempo permite que los ingredientes actúen sobre los residuos adheridos a la fruta.
5. Enjuaga con agua fría: finalmente, retira las frutas del agua con vinagre y bicarbonato y enjuágalas bien con agua corriente para eliminar cualquier residuo de la solución de limpieza.

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Beneficios de esta técnica de lavado

El uso de vinagre y bicarbonato para limpiar las frutas ha demostrado ser altamente efectivo para reducir entre el 80% y el 96% de los residuos dañinos presentes en la superficie. Entre los beneficios de este método destacan:

• Eliminación efectiva de pesticidas: los compuestos alcalinos del bicarbonato ayudan a neutralizar y descomponer algunos pesticidas.
• Reducción de bacterias y virus: el vinagre tiene propiedades antimicrobianas que contribuyen a reducir la presencia de microorganismos patógenos.
• Mayor seguridad alimentaria: al disminuir la presencia de residuos perjudiciales, se reduce el riesgo de intoxicaciones y enfermedades transmitidas por alimentos contaminados.

¿Qué frutas requieren un lavado más minucioso?

Si bien todas las frutas y verduras deben lavarse correctamente, algunas requieren mayor atención debido a su superficie o a la forma en que se cultivan. Algunas de ellas son:

• Fresas y frutos del bosque: suelen tener más residuos de pesticidas y su textura hace que sea más difícil limpiarlas con solo agua.
• Manzanas y peras: muchas veces tienen una capa de cera añadida que atrapa pesticidas y suciedad.
• Uvas: su piel delgada las hace susceptibles a acumular químicos.
• Verduras de hoja verde: lechuga, espinaca y kale pueden tener residuos de tierra y pesticidas en sus hojas.