Un estudio de Nutrition Reviews vincula la curcumina con efectos neuroprotectores en el Parkinson
Este compuesto activo emerge como una alternativa prometedora por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios

Mujer con parkinson | Canva
El envejecimiento poblacional es una realidad que avanza a pasos acelerados en todo el mundo. Con este fenómeno demográfico, también se incrementa la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como el Alzheimer y el Parkinson. Estos trastornos, caracterizados por el deterioro progresivo de las funciones cognitivas y motoras, representan un desafío creciente para la salud pública mundial.
En este contexto, la investigación científica ha centrado su atención en estrategias preventivas y terapéuticas que puedan ralentizar o incluso revertir los efectos del envejecimiento cerebral. Uno de los enfoques más prometedores es el uso de compuestos bioactivos naturales. Entre ellos, la curcumina, un polifenol presente en la cúrcuma, ha ganado notoriedad por su potencial terapéutico multifuncional. Un reciente estudio titulado Relationship of Curcumin with Aging and Alzheimer and Parkinson Disease, the Most Prevalent Age-Related Neurodegenerative Diseases: A Narrative Review, publicado en marzo de 2025 en la revista científica Nutrition Reviews, explora de forma detallada la relación entre la curcumina, el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas más comunes.
Beneficios de la curcumina en el Parkinson
Los síntomas del Parkinson incluyen temblores, rigidez muscular, bradicinesia (lentitud de movimientos) y alteraciones en el equilibrio. El estudio señala varios mecanismos a través de los cuales la curcumina podría ejercer un efecto protector en el Parkinson:
1. Reducción del estrés oxidativo
La curcumina es un potente antioxidante que puede neutralizar los radicales libres y reducir el daño oxidativo en las células neuronales. En modelos animales de Parkinson, se ha observado que la curcumina disminuye los niveles de peroxidación lipídica y mejora la actividad de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD) y la catalasa.
2. Actividad antiinflamatoria
La inflamación crónica del sistema nervioso central es un componente clave en la progresión de la enfermedad de Parkinson. La curcumina modula la actividad de citoquinas proinflamatorias, inhibiendo así la activación de la microglía, células inmunes del cerebro responsables de la inflamación neuronal.
3. Inhibición de la agregación de proteínas tóxicas
Una de las características más típicas del Parkinson es la acumulación de unas estructuras anormales en el cerebro llamadas cuerpos de Lewy. Estos están formados, en gran parte, por una proteína llamada alfa-sinucleína, que se pliega mal y se agrupa de manera tóxica. La curcumina podría ayudar a evitar que esta proteína se agrupe, lo que impediría la formación de esos depósitos dañinos.

4. Estimulación de la neurogénesis y plasticidad neuronal
Algunos estudios preclínicos indican que la curcumina puede favorecer la neurogénesis (formación de nuevas neuronas) y mejorar la plasticidad sináptica, lo cual es clave para mantener la función cognitiva y motora en pacientes con Parkinson.
El envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas
El envejecimiento es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. A medida que el cerebro envejece, se incrementan los niveles de estrés oxidativo, inflamación crónica y daño celular, procesos que contribuyen a la muerte neuronal y al deterioro cognitivo. Según el estudio de Yurt Turer y Sanlier (2025), estos procesos pueden ser contrarrestados por compuestos naturales con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, como la curcumina. La revisión analiza la literatura científica disponible y concluye que este polifenol puede modular múltiples mecanismos patológicos implicados en el deterioro neurodegenerativo.