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Síntomas de artritis reumatoide en mujeres: señales que requieren atención inmediata

Este trastorno autoinmune es un claro ejemplo de cómo las enfermedades no afectan igual a hombres y mujeres

Síntomas de artritis reumatoide en mujeres: señales que requieren atención inmediata

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica que afecta mayoritariamente a mujeres. Pero lo más preocupante no es solo su prevalencia, sino cómo el género influye negativamente en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento médico. Así lo advierte la Dra. Loreto Carmona, reumatóloga del Instituto de Salud Musculoesquelética (Inmusc), en el marco del Observatorio de Igualdad de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Dolor más intenso y diagnóstico más lento

Las mujeres con AR presentan una enfermedad más activa, acompañada de mayor dolor, fatiga y limitaciones funcionales. Sin embargo, sus síntomas suelen subestimarse o atribuirse a cuadros como la depresión o la fibromialgia. Esto retrasa el diagnóstico y limita su acceso a tratamientos eficaces. “Desafortunadamente, las mujeres pueden ser diagnosticadas más tarde porque sus síntomas se subestiman”, denuncia la Dra. Carmona. Este sesgo tiene un impacto directo en su calidad de vida y pronóstico.

Sexo, género y salud: una diferencia que importa

La especialista insiste en no confundir sexo (aspectos biológicos como hormonas o genética) con género (roles sociales y conductas). “Las expectativas de género pueden afectar tanto la medición de la enfermedad como las decisiones sobre el tratamiento”, afirma Carmona. Por ejemplo, mientras los hombres suelen tener un daño articular más severo, las mujeres padecen con más frecuencia osteoporosis, fibromialgia y depresión, condiciones que muchas veces se invisibilizan.

La artritis reumatoide (AR)
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica que afecta mayoritariamente a mujeres.

Tratamientos con diferente eficacia según el género

Las diferencias también se reflejan en la respuesta a los tratamientos. Los hombres responden mejor a algunos fármacos biológicos, como los anti-TNF, mientras que las mujeres pueden experimentar más efectos adversos. Además, factores sociales como el rol tradicional de cuidadoras o el tiempo limitado para acudir a consultas médicas también afectan la adherencia terapéutica de las mujeres. A esto se suma que muchas no comunican sus síntomas con la misma claridad o credibilidad ante el personal sanitario, por temor o por haber sido desoídas anteriormente.

Uno de los grandes déficits señalados por la Dra. Loreto Carmona es la persistente ausencia de análisis diferenciados por sexo y género en los ensayos clínicos sobre artritis reumatoide y otras enfermedades reumáticas. Aunque las mujeres representan la mayoría de las personas afectadas por estas patologías, su experiencia sigue estando infrarrepresentada en la evidencia científica que guía las decisiones médicas.

“La mayoría de los estudios no analiza adecuadamente las diferencias entre hombres y mujeres, lo que impide saber con certeza cómo responden ellas a los tratamientos o qué efectos secundarios pueden aparecer”, alerta Carmona. Este enfoque neutral en apariencia, pero en realidad sesgado, invisibiliza las particularidades biológicas y sociales que influyen en la evolución de la enfermedad y en la eficacia de las terapias.

¿Qué hábitos incorporar en tu día a día para prevenir la artritis?

Lista con cinco hábitos clave, según Mayo Clinic, que puedes incorporar en tu rutina diaria para ayudar a prevenir la artritis, especialmente útil para mujeres, quienes son más propensas a desarrollar esta enfermedad autoinmune:

1. Mantente en movimiento: actividad física regular

El ejercicio moderado —como caminar, nadar, yoga o pilates— ayuda a mantener las articulaciones flexibles, fortalece los músculos que las rodean y reduce la inflamación. La OMS recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad física para adultos.

2. Cuida tu alimentación: dieta antiinflamatoria

Opta por una dieta rica en frutas, verduras, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva (similar a la dieta mediterránea). Reduce el consumo de azúcares, grasas trans y alimentos ultraprocesados, ya que estos pueden favorecer la inflamación sistémica.

3. Controla el peso corporal

El exceso de peso incrementa la carga sobre las articulaciones, en especial rodillas, caderas y columna, y puede activar procesos inflamatorios. Mantener un índice de masa corporal saludable es clave tanto en la prevención como en el manejo de la artritis.

4. No fumes (y limita el alcohol)

El tabaco está vinculado al desarrollo de la artritis reumatoide, además de empeorar su evolución. El alcohol, en exceso, también puede desencadenar brotes inflamatorios y alterar el efecto de ciertos medicamentos.

5. Escucha tu cuerpo y prioriza el descanso

El estrés crónico y la falta de sueño pueden debilitar el sistema inmunológico. Dormir al menos siete u ocho horas y adoptar prácticas como la meditación o el mindfulness puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la respuesta del cuerpo.

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