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Dolor mandibular: el Dr. Cardona revela problemas que pueden ser más que estrés y bruxismo

Lo que suele atribuirse a sobrecarga o al mal descanso podría ser un trastorno que requiere atención especializada

Dolor mandibular: el Dr. Cardona revela problemas que pueden ser más que estrés y bruxismo

Dolor mandíbula | Canva

Por mucho tiempo, el dolor mandibular y el bruxismo —ese rechinar o apretar de dientes, comúnmente asociado al estrés— han sido vistos como respuestas emocionales del cuerpo a la tensión acumulada. Sin embargo, el Dr. Eduardo Cardona, experto en Medicina Estética y creador de The Cardona Method®️, plantea una advertencia clara: no todo dolor en la mandíbula tiene origen emocional, y podría tratarse de un problema funcional más profundo, como el trastorno de la articulación temporomandibular, mejor conocido como TMJ (por sus siglas en inglés: Temporomandibular Joint).

Durante un episodio del Diario de Belleza Podcast, que comparte con la periodista Doreen Gutiérrez, el Dr. Cardona explicó cómo este trastorno suele pasar desapercibido o malinterpretado, cuando en realidad afecta directamente una estructura clave para funciones cotidianas como hablar, masticar o tragar: la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo.

Más allá del estrés: señales de alerta

“¿Has notado dolor al abrir la boca, crujidos o chasquidos al masticar, rigidez al despertar o incluso dolores de cabeza frecuentes? No siempre es estrés”, advirtió el Dr. Cardona. Según el especialista, estos síntomas podrían estar vinculados con un mal funcionamiento del TMJ, lo que puede generar un efecto en cadena sobre músculos faciales, cervicales e incluso en la estética del rostro. Entre las causas más comunes, el experto menciona:

  • Bruxismo crónico
  • Mala postura (especialmente por el uso excesivo del celular o computador)
  • Tensión muscular persistente
  • Factores anatómicos o traumáticos

Cuando esta articulación no se mueve de forma adecuada, pueden aparecer dolores faciales, limitación en el rango de apertura bucal, desbalances musculares y hasta asimetrías faciales, lo que impacta tanto en la calidad de vida como en la imagen personal.

Un tratamiento odontológico con enfoque multidisciplinario

Cardona subraya que el tratamiento del TMJ debe estar liderado por odontólogos capacitados en el funcionamiento de esta articulación, aunque reconoce que se puede trabajar de forma interdisciplinaria con fisioterapeutas, quiroprácticos y médicos estéticos. “El abordaje debe ser profundo y preciso. Esto no es solo estética: es salud funcional”, sostuvo. Uno de los tratamientos que ha ganado popularidad en los últimos años es el uso de neuromoduladores como la toxina botulínica (botox). Este recurso, bien utilizado, puede aliviar la hiperactividad muscular en zonas como el masetero, el temporal y el pterigoideo, disminuyendo el dolor y mejorando la función mandibular.

Dolor de mandíbula

Como efecto secundario —y muy buscado en el mundo de la estética—, la inyección de botox puede suavizar el tercio inferior del rostro, afinando la mandíbula y armonizando el perfil facial. Sin embargo, el Dr. Cardona alerta sobre un mal uso de esta herramienta: “Aplicaciones mal dirigidas o excesivas pueden provocar efectos contraproducentes, como dificultad para masticar, pérdida de fuerza muscular o alteraciones en la sonrisa”.

Un enfoque integral más allá del botox

Aunque los neuromoduladores son una herramienta valiosa, Cardona insiste en que el tratamiento del TMJ no debe reducirse a inyecciones. La solución ideal contempla un plan integral que puede incluir:

  • Férulas o guardas nocturnas para evitar el bruxismo mientras se duerme
  • Fisioterapia especializada
  • Ajustes quiroprácticos
  • Terapias de relajación y manejo del estrés
  • Corrección de hábitos como la postura corporal o la costumbre de masticar chicle constantemente

“El cuerpo da señales, y hay que escucharlas”, apunta el Dr. Cardona. “Chasquidos, dolor facial, rigidez al despertar o incluso cambios en el contorno del rostro son señales de alerta. Consultar con un especialista puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y años de molestias sin diagnóstico”.

Salud, estética y bienestar emocional

Para este especialista, el TMJ es un claro ejemplo de cómo la estética y la medicina funcional pueden —y deben— ir de la mano. “El rostro es una carta de presentación, pero también un mapa de cómo estamos por dentro. El TMJ no solo afecta la forma en que lucimos, sino cómo nos sentimos y nos relacionamos con el mundo”, concluye. Así, lo que muchos asumen como un simple “mal dormir” o una consecuencia del estrés diario, podría ser en realidad una condición tratable con un enfoque profesional y responsable. El mensaje es claro: si hay señales, hay que actuar. Y siempre con la guía de especialistas que vean más allá de la superficie.

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