La Sociedad Internacional de Cefalea anuncia nuevos fármacos para combatir la migraña
La ciencia ofrece ahora una respuesta más eficaz, segura, humana y esperanzadora para millones de personas

Migrañas | Canva
Una nueva era en la prevención y tratamiento de la migraña se abre paso en España con la llegada de los llamados gepantes, una familia de fármacos orales que han demostrado reducir la frecuencia, duración e intensidad de los ataques, e incluso, en algunos casos, evitar por completo el dolor de cabeza característico de esta enfermedad neurológica. La Sociedad Internacional de Cefalea (IHS, por sus siglas en inglés) ha dado un paso decisivo al recomendar, desde el 25 de abril, que estos medicamentos se usen como primera línea de tratamiento preventivo, y no como última opción.
En su reciente cobertura para La Vanguardia, el periodista científico Josep Corbella destacó el impacto potencial de este cambio clínico, recogiendo las declaraciones de la neuróloga Patricia Pozo-Rosich, referente internacional en cefaleas y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Para Pozo-Rosich, este giro representa «un cambio muy importante para las personas con migraña», que hasta ahora debían esperar a que fracasaran múltiples tratamientos antes de acceder a terapias más eficaces.
De los anticuerpos a los gepantes
Durante años, tratar la migraña fue una tarea frustrante: pocas opciones y escasa eficacia. Todo cambió con el descubrimiento del CGRP, una sustancia implicada en la inflamación y dilatación de los vasos cerebrales. Este hallazgo permitió desarrollar tratamientos específicos: primero llegaron los anticuerpos inyectables y, más recientemente, los gepantes, versiones orales mucho más cómodas.
En España ya se comercializan rimegepant y atogepant, dos gepantes que han demostrado ser eficaces tanto para prevenir como para tratar los ataques de migraña, sin riesgo de abuso ni efectos secundarios graves. Un avance prometedor para los cinco millones de personas que padecen migraña en el país, la mayoría mujeres. Sin embargo, más del 40% de los casos sigue sin diagnosticar, según la Sociedad Española de Neurología. «La migraña sigue siendo una enfermedad estigmatizada», señala la neuróloga Patricia Pozo-Rosich, del Hospital Vall d’Hebron. Pero la evidencia científica y los nuevos tratamientos están comenzando a cambiar ese relato: la migraña es real, incapacitante, y tratable. Y estos avances ofrecen por fin una esperanza tangible para quienes la sufren.
¿Cómo actúan los gepantes?
La clave del éxito de estos nuevos tratamientos radica en su capacidad para bloquear la acción del CGRP, un péptido que, durante los ataques de migraña, se libera de forma excesiva provocando inflamación y dilatación de las arterias intracraneales. Los gepantes interfieren en este proceso desde el inicio, evitando que la cascada inflamatoria se active. En algunos pacientes, incluso actúan antes del dolor, aliviando síntomas prodrómicos como la sensibilidad a la luz y al sonido, la dificultad de concentración o el cansancio. Un estudio publicado el 12 de mayo en Nature Medicine sobre el gepante ubrogepant, aún no aprobado en Europa, sugiere que este tipo de fármacos podría también mitigar esos síntomas previos al dolor. Aunque aún no hay datos concluyentes sobre los gepantes ya disponibles en España, se abren nuevas posibilidades terapéuticas.

Acceso limitado pese a su eficacia
Actualmente, la sanidad pública en España solo financia los gepantes para pacientes que sufren al menos ocho días de crisis al mes y que no han respondido a tres tratamientos preventivos previos. Sin embargo, tanto la Sociedad Americana de Cefalea como la Sociedad Internacional de Cefalea (IHS) recomiendan su uso desde el inicio en casos moderados o severos, debido a su alta eficacia y perfil de seguridad favorable. El precio sigue siendo un factor limitante: el atogepant, indicado como preventivo diario, cuesta 25 euros por pastilla; el rimegepant, que puede utilizarse como tratamiento agudo o preventivo intermitente, asciende a 29 euros por dosis. A pesar de ello, los expertos coinciden en que el beneficio para los pacientes es indiscutible.
«Estos fármacos son un avance para que la migraña deje de ser una enfermedad discapacitante, que es lo más importante para quienes la padecen», destaca la neuróloga Patricia Pozo-Rosich, una de las voces más reconocidas en el estudio de la migraña en España. Como ocurre con todo tratamiento, los resultados no son iguales para todos los pacientes. En torno a un 25% experimenta una mejora significativa, con una reducción de los ataques a menos de una cuarta parte. Otro 50% reporta una mejora parcial, mientras que el 25% restante no percibe efectos relevantes. Aun así, el balance general es positivo. Si las autoridades sanitarias españolas adoptan las recomendaciones internacionales, estos medicamentos podrían dejar de ser la última alternativa para convertirse en una herramienta clave en el tratamiento temprano y personalizado de la migraña.