Miriam Collado, psicóloga: «Para aumentar tu autoestima, cumple con las promesas que te haces»
La seguridad no nace contigo, se construye con pequeñas acciones diarias, constancia y valentía

Miriam Collado | Redes sociales
Sentirse suficiente no es un lujo emocional, es una herramienta poderosa que moldea la forma en que habitamos el mundo. Según un estudio de la Universidad de Georgia, las personas con una autoestima elevada tienden a ganar más dinero, conseguir mejores oportunidades laborales y establecer relaciones afectivas más estables. En definitiva, disfrutan de una vida más plena en las tres áreas más deseadas: amor, salud y economía. Lo más revelador es que este éxito no depende de haber ido a la universidad más prestigiosa ni de un coeficiente intelectual brillante. Depende, sobre todo, de la percepción de merecimiento.
Miriam Collado, psicóloga experta en autoestima y desarrollo personal, lo explica con claridad: «Para aumentar tu autoestima, cumple con las promesas que te haces a ti mismo». Porque cuando fallamos a nuestra propia palabra, no solo sentimos decepción, también empezamos a erosionar la confianza interna. En cambio, cuando cumplimos lo que nos decimos, incluso si es algo pequeño, levantarse a la hora que prometimos o dar ese paseo diario, reforzamos la idea de que somos personas confiables para nosotros mismos. Y eso es un pilar fundamental de la autoestima.

Más allá del ego: la autoestima como filtro de realidad
Las personas con alta autoestima no creen que todo les saldrá perfecto, pero sí se consideran capaces de intentarlo, de aprender, de adaptarse. Este pensamiento positivo activa redes neuronales que permiten identificar más oportunidades, mientras que una baja autoestima actúa como un filtro limitante: en vez de ver opciones, el cerebro busca excusas, minimiza logros y perpetúa estancamientos. «Cuando tú crees que no mereces más, tu cerebro solo buscará excusas para mantenerte en la misma situación que ya sabes que ni te gusta ni quieres», afirma Collado. Es decir, el cerebro no trabaja solo con la realidad, sino con la interpretación emocional que hacemos de ella. Por eso, la autoestima no es un tema “blando” o de autoayuda ligera. Tiene efectos concretos y medibles: en tu capacidad para emprender un proyecto, negociar un sueldo, poner límites, terminar una relación dañina o cuidar tu salud.
La autoestima se entrena, no se hereda
El gran mito que persigue a la autoestima es creer que es algo con lo que se nace. La realidad, sin embargo, es que se construye día a día, a través de decisiones y acciones que la refuerzan o la debilitan. Es un músculo emocional que necesita práctica, constancia y honestidad. Miriam Collado propone una lista de hábitos sencillos, pero transformadores, para cultivar la autoestima desde lo cotidiano:
- Cumple lo que te prometes, aunque parezca algo mínimo.
- No te hables con dureza; piensa si lo que te dices se lo dirías a alguien que quieres.
- Haz algo cada día que te recuerde que puedes confiar en ti.
- Deja de compararte con vidas que no conoces por dentro.
- Celebra tus avances, incluso si no hay público.
- Pedir ayuda es señal de valentía, no de fracaso.
- Aléjate de personas que siembran duda o culpa en ti.
- Permítete fallar sin convertirlo en un drama personal.
- Haz cosas que disfrutes, aunque no te hagan “más productivo”.
- Cuida el tono con el que te hablas, especialmente cuando te sientas mal.
- Rodéate de contenido que te inspire y personas que te eleven.
- Toma decisiones basadas en tus valores, no en el miedo o en complacer a otros.
- Guarda tus logros por escrito, para recordarlos cuando tu mente los quiera borrar.
- Expresa lo que sientes: escribe, habla, no te lo tragues.
- Mueve el cuerpo todos los días, aunque sea un poco; es una vía directa para elevar el ánimo.
Autoestima: un compromiso contigo
No se trata de convertirnos en una versión idealizada de nosotros mismos, sino de reconocer que ya somos dignos, incluso con nuestras contradicciones. Construir una autoestima sana no significa ignorar errores o debilidades, sino asumirlos desde la comprensión, no desde la culpa. Tener autoestima no es decir “yo puedo con todo”, sino “puedo intentarlo”, “puedo aprender”, “puedo cuidarme”. Y como insiste Collado, todo comienza con algo tan sencillo como honrar tu palabra contigo mismo. Porque cuando tú te demuestras que cuentas contigo, el mundo empieza a creerlo también.