Candidiasis vaginal: infección íntima que se dispara en verano y cómo evitarla
Prevenirla es posible si cuidamos nuestra microbiota de forma integral, es decir, no solo a través de tratamientos locales

Natalia Durán, dietista integrativa especializada en microbiota y enfermedades autoinmunes | Cedida
Con la llegada del verano, muchas mujeres experimentan un aumento de molestias íntimas que van más allá de lo anecdótico. La candidiasis vaginal, provocada por el hongo Candida albicans, es una de las infecciones más comunes en esta época del año. Según un estudio realizado en Bélgica con más de 12.000 mujeres, la prevalencia de esta infección se incrementa significativamente en los meses estivales, alcanzando un 15,5 % en junio, julio y agosto, frente al 14 % registrado en invierno
Las causas de este repunte son multifactoriales: el calor, la humedad, el uso prolongado de bañadores mojados y los cambios en la dieta y el estilo de vida veraniegos alteran el equilibrio natural de la microbiota vaginal, facilitando la proliferación de Candida albicans. «Muchas mujeres no saben que la candidiasis recurrente no es solo un problema local, sino una señal de desequilibrio en su microbiota intestinal y vaginal», explica Natalia Durán, dietista integrativa especializada en microbiota y enfermedades autoinmunes. «Cuando la flora protectora se debilita, ya sea por estrés, antibióticos, azúcares en exceso o cambios hormonales, la Candida encuentra el terreno perfecto para multiplicarse. Por eso, tratar únicamente con óvulos o cremas no es suficiente: hay que ir al origen del desequilibrio», advierte.
Estrategias naturales para fortalecer la microbiota vaginal
Durán, que cuenta con una comunidad de más de un millón de seguidores en redes sociales y años de experiencia clínica, subraya que la prevención es clave, especialmente en los meses de verano. Para ello, propone tres estrategias naturales respaldadas por la ciencia para fortalecer la microbiota vaginal y evitar molestias recurrentes.
1. Omega-7: nutrición para una mucosa vaginal fuerte
El aceite de espino amarillo, rico en omega-7, ha demostrado ser un aliado para la salud íntima femenina. Un ensayo clínico publicado en Maturitas mostró que su suplementación mejora la integridad de la mucosa vaginal, aliviando la sequedad, la irritación y otras molestias íntimas. «El omega-7 nutre y regenera la mucosa, lo que la hace menos vulnerable a infecciones como la candidiasis. Es especialmente útil en mujeres que sufren inflamación o sequedad vaginal, que puede empeorar con el cloro de las piscinas, la sal del mar o el uso de ropa ajustada en verano», explica Durán.

2. Lactoferrina: defensa natural con efecto antimicrobiano
La lactoferrina, una proteína presente en la leche materna y en nuestras propias mucosas, actúa como antimicrobiano natural. En un estudio clínico con mujeres que padecían candidiasis vulvovaginal recurrente, su combinación con probióticos redujo las recaídas de forma significativa: del 91,7 % al 33 % en tres meses, y al 29,2 % a los seis meses. «La lactoferrina tiene una capacidad única para inhibir el crecimiento de la Candida al captar el hierro que necesita para reproducirse, sin afectar a las bacterias buenas. Es una opción muy recomendable tras el uso de antibióticos o en casos de candidiasis repetitiva», señala la experta. Aunque es una proteína derivada de la leche, la lactoferrina es apta para personas con intolerancia a la lactosa, pero no debe tomarse en caso de alergia a las proteínas lácteas.
3. ‘Lactobacillus crispatus’: probiótico clave para la flora vaginal
El papel de los probióticos en la salud vaginal ha cobrado protagonismo en los últimos años. Entre ellos, Lactobacillus crispatus es una de las cepas más prometedoras. Un estudio reciente evidenció que su suplementación mejora el pH vaginal y reduce síntomas como picor, flujo e irritación en mujeres con disbiosis vaginal. «Esta cepa es esencial para mantener el equilibrio de la flora vaginal. No solo compite con la Candida por el espacio y los nutrientes, sino que también ayuda a crear un ambiente hostil para los hongos patógenos. Es ideal para mujeres que sufren candidiasis de forma recurrente o desequilibrios después de menstruaciones, relaciones sexuales o antibióticos», apunta Durán.