Un estudio de Medicina Clínica revela que el cáncer de tiroides predomina en mujeres de 30 a 50 años
La mayoría de los casos terminan con un desenlace positivo gracias a los avances médicos que existen hoy en día

Cáncer de tiroides | Canva pro
El cáncer de tiroides está creciendo de manera significativa en las últimas décadas y tiene un claro predominio femenino. Así lo recoge un estudio publicado en la revista Medicina Clínica (English Edition), que señala que este tumor representa ya el 3% de los diagnósticos oncológicos en el mundo y afecta sobre todo a mujeres de entre 30 y 50 años, que concentran el 75% de los casos.
Más mujeres afectadas
El informe, liderado por el especialista Jordi L. Reverter, confirma que el cáncer de tiroides se diagnostica en una proporción tres veces mayor en mujeres que en hombres. El motivo no está del todo claro, aunque se relaciona con factores hormonales, genéticos y ambientales. Lo que sí se sabe es que el tipo más común es el carcinoma papilar, que supone entre el 80 y el 85% de los casos y que, afortunadamente, presenta una tasa de supervivencia a diez años superior al 90%.
Uno de los puntos que explica este aumento de diagnósticos es el uso generalizado de la ecografía. Cada vez se detectan más nódulos tiroideos de forma incidental, durante pruebas médicas realizadas por otros motivos. El estudio recuerda que apenas un 30% de los pacientes llega a consulta porque detecta un bulto en el cuello, mientras que el resto son hallazgos casuales.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Entre los factores de riesgo más estudiados aparece la exposición a radiaciones ionizantes. Tras el accidente nuclear de Chernóbil, por ejemplo, se dispararon los casos en la población más joven expuesta, con un incremento del riesgo relativo de más del 5 por cada gray recibido. También influyen los niveles elevados de TSH, la hormona estimulante de la tiroides, que aumentan la probabilidad de malignidad en los nódulos tiroideos.

A pesar del aumento de diagnósticos, los especialistas insisten en que este tipo de cáncer suele tener un pronóstico favorable si se trata a tiempo. Los microcarcinomas papilares, de menos de un centímetro y sin factores de riesgo, pueden vigilarse sin necesidad de cirugía. De hecho, en Japón se han realizado seguimientos de más de veinte años que avalan la seguridad de la vigilancia activa.
Nuevos tratamientos menos agresivos
La investigación destaca que el enfoque médico ha cambiado. Frente a las tiroidectomías totales que eran habituales hace unos años, ahora se opta en muchos casos por intervenciones más conservadoras o por técnicas mínimamente invasivas como la ablación térmica guiada por ecografía. Procedimientos como la radiofrecuencia o el láser han demostrado que pueden eliminar el tumor con un bajo índice de complicaciones y tasas de recurrencia mínimas.
El tratamiento con radioyodo sigue siendo una de las terapias estándar, aunque con dosis más bajas y aplicadas de manera selectiva según el riesgo de cada paciente. En los casos más complejos o refractarios al yodo, los avances en terapias dirigidas han abierto la puerta a opciones más efectivas, adaptadas a las características moleculares de cada tumor. El estudio publicado en Medicina Clínica insiste en la importancia de evitar el sobretratamiento, un riesgo creciente debido al alto número de diagnósticos. Para los especialistas, la clave está en individualizar cada caso, consensuar las decisiones con los pacientes y aplicar terapias menos agresivas cuando la situación lo permite.
Aunque la mayoría de los cánceres de tiroides se curan o se controlan, aún persisten grandes desafíos. El carcinoma anaplásico, por ejemplo, continúa siendo uno de los tumores más agresivos y con peor pronóstico, con una supervivencia media de apenas seis meses. En estos casos, el abordaje requiere un equipo multidisciplinar que combine cirugía, radioterapia, tratamientos dirigidos y cuidados paliativos.