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La arquitecta Treviño revela el tipo de casas que mejor conservan el calor en invierno

Las ventajas de este tipo de viviendas van más allá del ahorro y la ostentación estética sino que está en la sostenibilidad

La arquitecta Treviño revela el tipo de casas que mejor conservan el calor en invierno

Una casa. | Canva

En tiempos en los que el coste de la energía sube, y el confort térmico en el hogar se convierte en una prioridad, cada vez más familias buscan soluciones que les permitan vivir con calidad sin disparar la factura. Entre las opciones más prometedoras destaca un modelo de vivienda, las conocidas como casas pasivas.

Según las declaraciones de la arquitecta Lourdes Treviño en la revista Interiores, lo importante no es añadir más tecnología, sino diseñar mejor desde el principio. Así según Treviño: «Si la envolvente está bien diseñada, la casa se autorregula. No hace falta climatización». Y es que tal y como afirma la arquitecta, en algunas construcciones en España los habitantes «no ponen calefacción en invierno» y, no obstante, mantienen temperaturas confortables.

Una casa pasiva. Canva
Una casa pasiva. Canva

Qué son las casas pasivas

El término casa pasiva se refiere a un estándar de construcción orientado a maximizar la eficiencia energética y el confort, minimizando al máximo el uso de sistemas de climatización activos. Una casa pasiva se basa en un enfoque que prioriza la calidad del aislamiento, la hermeticidad, la colocación de ventanas y puertas, la eliminación de puentes térmicos, y un diseño bioclimático adaptado al clima y orientación del edificio.

El estándar exige cumplir una serie de métricas exigentes, que la carga térmica máxima sea limitada, que la estanqueidad del aire alcance ciertos valores, y que el consumo energético global se mantenga por debajo de ciertos umbrales definidos.

Ventajas de las casas pasivas

Para la arquitecta Treviño, estas ventajas van más allá del ahorro. Sino que, se apoya en tres principios el confort ambiental, la salud, el bienestar y la sostenibilidad, no en la ostentación estética. Y es que, adoptar el estándar de casa pasiva ofrece un mayor confort:

  • Las casas pasivas pueden consumir entre un 75% y un 90% menos de energía para calefacción y refrigeración que una vivienda al uso.
  • Gracias a su aislamiento y diseño, la temperatura interior se mantiene homogénea, sin la existencia de corrientes de aire.
  • La ventilación con recuperación de calor garantiza un aire renovado, filtrado y saludable.
  • Al consumir muchísima menos energía, su construcción emite menos CO₂.
  • Un buen aislamiento térmico evita los cambios bruscos de humedad o temperatura.
  • El aislamiento contribuye a que la temperatura se mantenga constante.

Por qué no es necesaria la calefacción

La clave, según Treviño, está en el aislante térmico. Si el aislamiento es hermético y cuenta con ventanas de alta eficiencia y una ventilación controlada. La casa mantendrá la temperatura interior sin necesidad de climatizarla. Incluso con temperaturas exteriores muy frías, se puede conservar un interior entre 20 y 22ºC sin encender los radiadores.

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Ese confort continuo depende de un diseño inteligente que evita pérdidas de calor y maximiza la captación solar, el aislamiento y el intercambio controlado del aire. Además, Treviño señala que la inversión en una ventilación mecánica con recuperación de calor, suele amortizarse rápidamente. Y se compensa con creces con la reducción de la factura energética.

De una casa normal a una casa pasiva

La respuesta es sí, aunque con matices. No siempre será posible obtener la certificación completa del estándar más estricto. Pero sí es factible acercarse bastante al comportamiento de una casa pasiva mediante una rehabilitación profunda. No obstante, lograr un rendimiento similar al de una casa nueva diseñada como pasiva requiere una total hermeticidad, un aislamiento continuo y la ausencia de puentes térmicos. Así como, la renovación de ventanas y la instalación de ventilación mecánica con recuperación del calor.

@jordimartix

Una vivienda pasiva donde se ha cuidado la elección de materiales para conseguir un ambiente interior sano. Slow Studio

original sound – jordimartix

Cómo convertir una casa en pasiva

Transformar una vivienda convencional en una casa con comportamiento pasivo implica, generalmente, un proceso integral de rehabilitación basado en varios pasos clave:

  • Mejora del aislamiento térmico: se añaden capas aislantes continuas buscando una envolvente que retenga el calor. Es fundamental para reducir las pérdidas térmicas.
  • Sellado y estanqueidad del edificio: se eliminan fugas de aire, filtraciones o corrientes mediante sellado riguroso de juntas para impedir la entrada de aire frío o la salida de aire caliente.
  • Sustitución de ventanas y puertas por elementos de alta eficiencia: utilizar ventanas y puertas con vidrio doble o triple, marcos con rotura de puente térmico, y buen sellado, mejora considerablemente la eficiencia.
  • Eliminación de puentes térmicos: reorganización estructural de muros, suelos, techos y uniones para evitar puntos por donde se escape el calor.
  • Instalación de ventilación mecánica con recuperación de calor: se instala un sistema de ventilación controlada que renueva el aire interior, pero recupera el calor del aire saliente para precalentar el aire entrante.
  • Estudio bioclimático: orientación, captación solar y diseño pasivo.

    Las casas pasivas representan, así, una oportunidad real de sumar confort, ahorro, salud y compromiso ambiental. Por eso, son una alternativa inteligente, confortable, sostenible y orientada al bienestar de sus habitantes y del planeta.

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