Protégete contra el sol: los cuidados que debes dar a tu piel antes y después de la exposición
Los rayos solares producen envejecimiento prematuro que puedes prevenir siguiendo los consejos de los expertos
Mujer tomando el sol. | El Corte Inglés
Durante el verano, la exposición solar aumenta de forma sustancial. No solo crece el tiempo que pasamos expuestos a los rayos del sol, sino que también lo hacen su potencia. De esta manera, todos sus efectos negativos en la piel se multiplican en estas fechas. De hecho, según la encuesta europea WES, en España la dosis de radiación UV es de las más altas de Europa debido a su ubicación geográfica y su latitud. Además se estima que pueda seguir aumentando en los siguientes años.
Por este motivo, cada vez cobra más importancia tener en cuenta ciertos detalles a la hora de enfrentarse a la exposición solar. El principal efecto de la radiación en la piel es que causa un envejecimiento prematuro con la aparición de arrugas y líneas de expresión. Además, pueden producir las difíciles manchas faciales o incluso problemas mayores que pueden derivar en un cáncer de piel.
En verano es imposible no enfrentarse al sol. Estemos de vacaciones o no, la radiación solar está presente en el día a día por lo que tenemos que prevenir al máximo para luego no lamentarnos por las consecuencias. Estas precauciones se pueden dividir en dos, las que hay que tomar antes de la exposición y las que debemos de llevar a cabo después. Para que no se te pase ninguna, desde THE OBJECTIVE hemos consultado a los expertos para que nos informen de las medidas que debemos adoptar para disfrutar del sol con la máxima seguridad.
Consecuencias de la exposición al sol
Existen diferentes problemas en la piel como consecuencia de la exposición solar. Una de las más comunes es la rosácea, que es un enrojecimiento que empeora aún más al contacto con el cloro de las piscinas.
Por otro lado, también son muy frecuentes los hongos, ya que el aumento de las temperaturas favorece las infecciones. Se pueden manifestar mediante pequeñas manchas redondas en la zona de la espalda y el pecho. Son manchas de color blanco y rosado que, en la mayoría de los casos, vienen acompañadas de picazón.
Con la exposición al sol, también aumentan los casos de dermatitis seborreica, que se agrava debido al calor y el sudor. Tampoco nos olvidaremos de las manchas solares que son cambios en la pigmentación de la piel causados por la exposición al sol. «Las más comunes son el melasma y los léntigos. Suelen empeorar en esta época del año debido a una mayor exposición a los rayos ultravioleta, la radiación infrarroja y la luz visible», explica la Dra. Darlin Martínez, de la Clínica Médico Estética Ferraro.
Cómo utilizar la protección solar
A diferencia de lo que muchos creen, en verano la piel absorbe los rayos del sol todos los días, no solo en aquellos momentos en los que nos ponemos de manera consciente a tomar el sol. Por ello, para el cuidado correcto de la piel durante estos meses es imprescindible utilizar a diario un factor de protección solar superior a 30 y mantener la piel bien hidratada.
A la hora de elegir un buen protector debemos de tener en cuenta que sea capaz de bloquear los rayos UVA, que son aquellos que provocan daños en las capas más profundas de la piel, y UVB, que son los que broncean la piel y causan quemaduras solares. «Además de contar con un FPS de al menos 30, tienen que ser resistentes al agua, especialmente para que sea parte de la rutina de cuidado de la piel en la playa», recomienda la experta.
Es importante aplicar protector solar quince minutos antes de salir al exterior para que la piel tenga tiempo de absorberlo. Además, si se va a pasar el día en la playa, o tenemos previsto algún plan que conlleve una exposición mayor al sol, hay que protegerse con un sombrero o una gorra. También hay que aplicarse protección solar cada dos horas o después de salir del agua, especialmente en la cara y en los hombros.
Otros cuidados extra
Pero para tener la piel protegida y saludable durante los meses de verano no sólo hay que prestar atención a los momentos de mayor exposición solar. Según exponen desde Clínica Ferraro, estos son los principales consejos para mantener una piel intacta durante las vacaciones:
- Una rutina de belleza basada en limpiar, hidratar y aplicar protector solar.
- Evitar abusar de los exfoliantes excesivamente granulados. No hay que prescindir de la exfoliación, pero sí hacerla con un producto suave.
- Hidratar la piel con más frecuencia si nos bañamos en playas o piscinas. Las lociones o los aceites corporales pueden ser una buena opción.
- Evitar caminar descalzo en lugares públicos para prevenir infecciones.
- Aumentar el consumo diario de agua. Lo ideal es ingerir entre un litro y medio y dos.
- Evitar la exposición solar entre las 11:00 y las 16:00 horas.
La hidratación es uno de los puntos más importantes para mantener la piel sana ya que está compuesta en un 58% por agua y es un órgano fino y delicado. Al estar expuesta, sufre de forma directa los fenómenos climatológicos, entre ellos, el azote de las radiaciones solares en verano.
Además de beber más agua cuando hace calor, podemos mantener un nivel de hidratación óptimo y una piel protegida gracias a la dieta. Los alimentos más ricos en agua son las frutas, las verduras y las hortalizas, productos que también ayudan a prevenir el envejecimiento cutáneo por su alto contenido en vitaminas A, C y E. Además, todas ellas son muy antioxidantes y necesarias para combatir las radiaciones solares. Dentro de los alimentos, podemos destacar los cítricos, la manzana, el kiwi, el melón y la sandía. Las verduras de hoja verde, el tomate, la zanahoria y la patata, también serán muy bienvenidos.
Qué hacer en caso de quemaduras
Las quemaduras solares producen que nuestra piel se inflame, causan calor al tacto e, incluso, dolor con el roce. Las quemaduras hacen su aparición unas pocas horas después de haber estado expuesto al sol demasiado tiempo y sin la protección necesaria. Para aliviar estas quemaduras por el sol, se pueden utilizar analgésicos y también es recomendable enfriar la piel. Aun así, es posible que pasen varios días hasta que la quemadura solar desaparezca por completo.
Según la doctora Martínez, los principales síntomas de las quemaduras son más difíciles de ver en las pieles morenas que en las pálidas ya que en estas últimas se ve más rápido un aspecto inflamado y rosado. Aún así, otro de los síntomas es notar la piel más caliente de lo habitual y sentir picazón, mayor sensibilidad o dolor. En los casos más extremos, también pueden aparecer pequeñas ampollas llenas de líquido y podemos notar señales más allá de la piel como dolor de cabeza, fiebre, náuseas o dolor en los ojos.
Cuando aparecen ampollas o la hinchazón es grave, es importante acudir al médico. También habrá que hacerlo si persiste el dolor de cabeza, la fiebre y escalofríos o notamos cambios en la visión.
Tratamientos para después del sol
Por otro lado, existen diferentes tratamientos estéticos que pueden ayudar a cuidar la piel durante y después del verano. «Los tratamientos faciales más solicitados son aquellos que van dirigidos a devolver la luminosidad, firmeza, densidad e hidratación a la piel», señalan desde la clínica Ferraro. Una buena solución es un tratamiento de mesoterapia facial con el que se logra regenerar el colágeno y restablecer la elasticidad de la piel perdida por las agresiones del sol.
Por último, también es importante atender a qué ingredientes deben contener los cosméticos post-solares. El aloe vera, así como los aceites esenciales de lavanda, eucalipto o la vitamina E son los más indicados para recuperar la piel tras este tipo de exposiciones.
Cuida tu piel antes, durante y después de exponerte al sol para no tener que pagar las consecuencias de la imprudencia a la vuelta de las vacaciones.
