Tipos de arrugas faciales: aprende a distinguir para encontrar la solución ideal a cada caso
No todas las arrugas del rostro son iguales así que identificarlas es el primer paso para saber cómo tratarlas
Dicen que la cara es el espejo del alma y todos queremos que ese espejo esté lo más limpio y pulido posible lo que significa retrasar al máximo la aparición de las arrugas y otras líneas de expresión. Sin embargo, una vida llena de emociones, tanto positivas como negativas, se refleja en nuestro rostro con la llegada de estas imperfecciones que reflejan las experiencias vividas con el paso de los años.
Para combatir las arrugas, ya sea adelantándonos a su aparición o intentando disimularlas, lo más importante es saber clasificarlas. De esta manera podemos identificarlas, conocerlas y saber cómo tratarlas. En general, las arrugas se clasifican en dos grandes grupos. Por un lado están las estáticas que son aquellas que aparecen debido a la pérdida natural del volumen y la elasticidad. Para saber identificarlas, son aquellas que siempre están presentes en el rostro, no hace falta que gesticulemos para que aparezcan. El segundo grupo lo componen las arrugas dinámicas que, esta vez sí, aparecen cuando hacemos movimientos faciales como sonreír o fruncir el ceño.
Es irremediable tener arrugas. El paso del tiempo, los movimientos musculares constantes o el adelgazamiento de la piel y la pérdida de elasticidad son algunas de las causas más frecuentes de su aparición. Hoy en THE OBJECTIVE vamos a conocer exactamente qué tipos de arrugas pueden aparecer en nuestro rostro para poder así ponerles remedio de la manera más eficaz.
1) Líneas de expresión
Muchas veces usamos el término líneas de expresión como un sinónimo de arrugas pero, realmente, se tratan de un tipo de arrugas específicas. Las líneas de la sonrisa, que también se conocen como arrugas de la risa o líneas de marioneta, son aquellas que se extienden desde los lados de la nariz y se curvan alrededor de la boca. Si sonríes en el espejo, son las líneas que aparecen como un par de paréntesis cerrados y estirados.
Son un tipo de arrugas de expresión que se forman de manera natural cuando sonreímos y también por los movimientos constantes de los músculos que nos permiten hablar. Lo que sucede es que, con el paso de los años, la piel que protege estos músculo se va estirando y pierde su elasticidad juvenil por lo que los pliegues aumentan y son más visibles.
También entra en juego la gravedad y es que las almohadillas de grasa facial que tenemos en las mejillas tienden con la edad a caer hacia la papada. «Esta transición ahueca la parte inferior y contribuye a la aparición de las líneas de marioneta y a los hoyuelos laterales de las mejillas», explica Esperanza Sáenz, responsable de la firma sevillana Nezeni Cosmetics.
2) Patas de gallo
Unas de las arrugas más famosas, y que más asustan, son las llamadas patas de gallo. Son un tipo de línea de expresión que aparecen cada vez que sonríes, te ríes o entrecierras los ojos. Se asemejan a las garras de un gallo, como si éste se hubiera posado en las comisuras de los ojos, de ahí su particular nombre.
Las patas de gallo pueden ser una líneas muy finas y delgadas o, por el contrario, estar muy marcadas y profundas. Lo que las identifica no son su aspecto sino su ubicación. Aparecen en las esquinas de los ojos formando unos bordes de aspecto arrugado que aportan muchos años a la mirada.
3) Arrugas bajo los ojos
Las patas de gallo no son las únicas arrugas que aparecen alrededor de la mirada. Las líneas se extienden por debajo de los ojos en toda la zona orbital. Esto se debe a que nos encontramos una piel muy fina y, como consecuencia, es una de las primeras en mostrar los signos de envejecimiento.
También influye la gran actividad que tienen los músculos que se encuentran en esta zona. Alrededor de los ojos existen más de diez músculos que trabajan constantemente porque son los encargados de que parpadeemos o que entrecerremos los ojos para adaptarnos a la iluminación del espacio. También hay que señalar que se mueven con cada expresión o con cada sonrisa. Por eso, no es de extrañar que con todas estas contracciones constantes se formen pliegues en la piel.
4) En el escote
Aunque no se encuentre específicamente en el rostro, el escote también cuenta con una piel muy sensible a las arrugas y debemos de incluir esta zona del cuerpo en nuestros cuidados diarios. Las líneas que aparecen en esta zona son una mezcla de arrugas de compresión y atróficas, ya que la piel del escote es tan fina que es muy vulnerable a los rayos solares, al clima seco y a otros agresores ambientales. Por lo tanto, es una zona en la que se suelen formar pliegues y que normalmente queda en un segundo plano en las rutinas de belleza.
Pero, además, cuentan con un enemigo al que nunca prestamos atención ya que aparece mientras que dormimos. «Las arrugas del sueño también tienden a aparecer en esta zona, sobre todo si duermes de lado o boca abajo. La piel del pecho es arrastrada junto con el tejido mamario», explica Esperanza Sáenz. Para que lo entendamos mejor, es como cuando una prenda de ropa se dobla mal durante mucho tiempo y aparecen esas arrugas que cuesta mucho eliminar.
5) En la frente
Otra de las zonas donde más aparecen las arrugas de expresión es la frente. Aquí se manifiestan las líneas horizontales cuando se levantan las cejas y las verticales cuando fruncimos el ceño. Una vez más, el problema no es tanto el movimiento de los músculos, que pueden frenarse con la inyección de Botox, sino que los componentes estructurales de la piel empiezan a deteriorarse y hace que esas líneas tienden a mantenerse más allá de cuando realizamos los movimientos faciales.
6) Arrugas techneck
Terminamos nuestro repaso con las arrugas que aparecen en la zona del cuello. Se las conoce como techneck y son líneas horizontales muy profundas que se enrollan como una gargantilla. También pueden aparecer otro tipo de arrugas que son más finas, ligeras y pequeñas en las zonas laterales.
¿Cuál es la causa de su aparición? Se cree que una mezcla de arrugas de compresión, gravitacionales y atróficas o elásticas. Las líneas profundas horizontales que recorren la parte delantera del cuello se suelen deber a la flexión. Además, el cuello puede sufrir mucho por el daño solar, sobre todo en los laterales y en la parte inferior, lo que hace que sea muy propenso a los surcos.
«El movimiento también entra en juego, aparecen líneas horizontales debido a la flexión del cuello para mirar hacia abajo. De ahí nació la moderna expresión techneck. La gente lo nota más ahora que pasamos más tiempo mirando hacia abajo a nuestras pantallas», explica la experta.
Cómo tratar las arrugas faciales
Ahora que ya conocemos los diferentes tipos de arrugas que debemos de combatir en el área del rostro, cuello y escote, es momento de saber cómo poder prevenirlas y tratarlas para que su aparición no arruine nuestro aspecto. Un buen manual de cuidados sería seguir los siguientes cinco consejos:
- Usa protector solar todos los días: hasta el 80% de los signos del envejecimiento de la piel del rostro se producen debido a los daños causados por los rayos del sol.
- Protégete con antioxidantes: entre ellos podemos recomendar ingredientes como la vitamina C, la niacinamida o la coenzima Q10. Son capaces de neutralizar los daños de los radicales libres en las células que son los causantes de provocar los signos de envejecimiento y la pérdida de flexibilidad.
- Utiliza cosméticos antiarrugas: los productos especializados son los mejores para suavizar el aspecto de las arrugas. Puedes fijarte que tengan activos que estimulan la producción de colágeno como los retinoides, el ácido láctico o el glicólico.
- Suplementos de colágeno: si se toman de manera regular, pueden atenuar las arrugas porque proporcionan a la piel uno de sus ingredientes básicos para mantenerse firme y tensa.
- Opta por tratamientos medico-estéticos: existen varias alternativas como la microdermoabrasión que mejora la textura de la piel pinchándola con pequeñas agujas y activando la reparación del colágeno.
No tengas miedo a sonreír ni al paso de los años. Las arrugas de expresión pueden ser tratadas para que tu rostro no sea un fiel reflejo de tu edad.