El maquillaje semipermanente es la solución para ahorrar tiempo y esfuerzos cada mañana
Estas técnicas permiten resultados que duran muchos meses y se pueden llevar a cabo en párpados, cejas o labios

El maquillaje semipermanente hace posible abandonar la rutina diaria de maquillarse | Stradivarius
Aunque el mundo del maquillaje avanza cada día y contamos con excelentes productos que garantizan unos resultados increíbles, las técnicas de maquillaje semipermanente siguen siendo la mejor alternativa para lucir siempre perfecta de la forma más rápida y sencilla. Cada vez es más popular recurrir a ellas y, desde las celebrities más importantes a las influencers más seguidas, es uno de los secretos de belleza más habituales.
Simplemente por el hecho de evitar maquillarse a diario, estos métodos semipermanentes ya cuentan con una enorme ventaja. Pero su diferencia no se queda simplemente en el ahorro de tiempo. En los últimos años, las técnicas, las herramientas y las tintas han evolucionado mucho y ahora tenemos la posibilidad de conseguir resultados muy realistas. Este cambio ha producido que el maquillaje semipermanente esté perdiendo su mala fama y que hoy no nos demos cuenta cuando alguien ha confiado en esta práctica.
Si eres de las que cada mañana viven como una condena los minutos dedicados a maquillarse, deberías de estar muy atenta a este artículo. Desde THE OBJECTIVE te contamos todo lo que necesitas saber sobre los diferentes sistemas de maquillaje semipermanente, así como las zonas más habituales donde poder utilizarlo. ¿Ha llegado el momento de jubilar tus brochas?
El maquillaje semipermanente
Comencemos definiendo claramente a qué nos referimos cuando hacemos mención al maquillaje semipermanente. Se trata de un tratamiento estético por el que un especialista inserta un pigmento de larga duración en la piel que recrea la estética del maquillaje. Depende mucho del procedimiento y de la zona tratada, pero los efectos suelen durar entre uno y tres años, de ahí que siempre le acompañemos con el adjetivo de semipermanente.

Por su definición, nos daremos cuenta que es muy similar a realizarse un tatuaje. Sin embargo, existen algunas diferencias. La primera de ellas es que es una técnica menos dolorosa. Además, la mayoría de los técnicos aplican una crema anestésica durante la sesión que alivia las molestias. Otra de las principales diferencias es que su resultado no dura para siempre ya que irá desapareciendo con el paso de los meses haciendo necesario llevar a cabo un mantenimiento.
Microblading y micropigmentación
Cuando hablamos de maquillaje semipermanente, normalmente englobamos dos métodos que son los más habituales. Son el microblading y la micropigmentación, dos técnicas muy similares y alternativas. Recurrir a una o a otra dependerá de cada caso y será recomendado por el especialista.

El microblading es un sistema en el que el experto utiliza una microcuchilla para aplicar pigmentos de color. Lo más habitual es que el resultado sea similar a pelos reales así que es la técnica favorita para utilizar en el diseño de cejas. Aunque depende mucho del tipo de piel, su duración suele ser de entre ocho y doce meses.
Por su parte, la micropigmentación es una fórmula en la que se insertan pigmentos de color en la piel. Aquí no se utilizan cuchillas sino un dermógrafo que inserta pequeñas agujas bajo la piel. Esta técnica es más profunda que la anterior por lo que la duración de los resultados es mayor y puede llegar hasta los tres años. Se suele utilizar en zonas como las cejas, los labios y el eyeliner o para colocar pecas falsas por el rostro.
Los cuidados posteriores
Estos métodos de maquillaje semipermanente no dejan de ser una herida en la piel por lo que necesitan unos días para restablecerse. Hay que seguir al pie de la letra las instrucciones del especialista. No solo es importante para recuperarse, sino también hará que los resultados sean más visibles y duraderos.
El tiempo de recuperación varía de unos pacientes a otros dependiendo de varios factores. Los primeros diez días suelen ser los más importantes y, durante este periodo, debes de evitar al máximo que la zona se moje o se exponga al sol ya que los rayos pueden hacer que el color desaparezca o se modifique.

Puede suceder que la persona no se encuentre contenta con los resultados obtenidos. También existe una solución para estos casos aunque no es una tarea sencilla, sobre todo si los pigmentos han penetrado más allá de las capas más superficiales. Se logra con productos despigmentantes o vasodilatadores, para corregir pequeños errores, o técnicas láser para casos más complicados.
Para los labios
Los labios son una de las zonas donde más nos fijamos y el maquillaje ayuda a embellecerlos porque es capaz de aumentar su volumen, corregir su forma o aportar más color. Por ello, cada vez son más las mujeres que prefieren recurrir al maquillaje semipermanente. Según los expertos de Druni, la micropigmentación es la solución más habitual. Se puede lograr un buen resultado en una o dos sesiones y la diferencia se nota al momento.

La micropigmentación en los labios aporta color por lo que hace que sea posible prescindir de labiales. Además, aunque no aumenta el volumen como lo haría una infiltración de ácido hialurónico, los labios se verán más gruesos mientras que podemos corregir algunas asimetrías. Con este maquillaje semipermanente se puede definir el contorno, lo que ayuda a los labios más finos o a aquellos que han perdido su definición por el paso de los años. El precio de esta técnica se encuentra entre los 300 y los 600 euros y los expertos recomiendan realizar un mantenimiento cada año para que los resultados siempre estén perfectos.
Otra opción es la llamada Aquarella lips. Esta técnica deja los labios coloreados y jugosos con un aspecto muy natural. A diferencia de las antiguas fórmulas de tatuajes, con este sistema se logra una apariencia muy sutil, similar a la que lograríamos con la aplicación de un labial o un bálsamo con color.
Para los ojos
El maquillaje semipermanente también es muy habitual para realizar un eyeliner duradero. Para conseguir esta línea en el párpado superior, el tratamiento más recomendable vuelve a ser la micropigmentación. Resulta perfecto para esas personas que no saben (o están cansadas) de hacerse el eyeliner a diario y buscan una solución a largo plazo que sea precisa y natural.
La duración del eyeliner semipermanente puede variar según el tipo de piel y el estilo escogido, pero suele mantenerse entre uno y dos años. «Con el paso del tiempo, el color se va suavizando de forma progresiva así que recomendamos hacer un retoque al año para mantener el diseño perfecto», explican desde Estética de la mirada.

Con este tipo de eyeliner se logra resaltar la mirada sin necesidad de usar maquillaje. Se realiza con anestesia tópica local para reducir las molestias y se puede elegir el tipo de trazado que más encaje con tu estilo. Desde un eyeliner clásico, hasta otro difuminado que quedará más natural o uno con rabillo para las que quieran un resultado más definido. «Nuestro equipo analiza tu forma de ojo y te asesora para conseguir el diseño más favorecedor», añaden los expertos.
Durante los primeros días después del tratamiento es normal sentir una ligera inflamación o picor que irá desapareciendo. Además, es importante seguir una rutina de cuidados para que la zona cicatrice bien como no mojar la piel durante los primeros dos días, no maquillarse en una semana o evitar saunas, piscinas o la exposición al sol.
Para las cejas
El maquillaje semipermanente de cejas con la técnica de shading o efecto polvo se ha puesto de moda en los últimos años. En este caso, el depósito del color se realiza de manera poco profunda dentro de la piel y las cejas quedan menos definidas, con un efecto sombra que resulta más natural. Sin embargo, no está recomendado para personas que tengan alopecia en las cejas puesto que es el vello el que aporta ese aspecto de sombra.

La micropigmentación de cejas es una técnica que evolucionó a partir del tatuaje y nos permite rediseñar la forma de la ceja, algo que se puede necesitar con los años por la caída natural del párpado debido al envejecimiento. Se requieren entre dos y tres sesiones, dependiendo de cómo cicatrice la piel y de los cuidados posteriores al tratamiento. Su duración aproximada va desde los ocho a los catorce meses y es muy importante llevar a cabo bueno hábitos, como el uso de protector solar, para mantener los resultados.