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La grasa abandona su papel de villana para ser clave en tratamientos de rejuvenecimiento facial

El lipofilling es una intervención que usa la propia grasa del paciente para recuperar los volúmenes perdidos por la edad

La grasa abandona su papel de villana para ser clave en tratamientos de rejuvenecimiento facial

Estudio facial por parte de un especialista | Clínicas Esquivel

Eliminar la grasa del cuerpo es uno de los objetivos más habituales cuando hablamos de belleza. Sin embargo, ahora esa grasa puede sernos de mucha utilidad. Todo se debe al lipofilling que es un tratamiento de rejuvenecimiento facial que se aprovecha de la propia grasa del paciente y que es una de las soluciones más eficaces para conseguir un aspecto más joven.

El lipofilling se basa en el uso de grasa en las zonas faciales donde se ha perdido volumen. Con este tratamiento lo que se logra es recuperar los rasgos de cuando éramos más jóvenes lo que produce un rejuvenecimiento facial. Es una forma de ganar la batalla al paso de los años y es que, debido a la edad, el cuerpo tiende a perder la grasa profunda y superficial del rostro.

Si te has sentido identificada con este cambio estético y la flacidez ha hecho acto de presencia en tu rostro, debes de saber que puedes encontrarte ante tu tratamiento ideal. Desde THE OBJECTIVE contamos con toda la información ofrecida por expertos en medicina estética para que puedas conocer en qué consiste el lipofilling. Ha llegado la hora de darle una segunda oportunidad a la grasa acumulada en otras áreas del cuerpo.

En qué consiste el procedimiento

El rejuvenecimiento facial con grasa propia o lipofilling se trata de un procedimiento que se realiza en quirófano. «Es una cirugía menor en la cual vamos a realizar la toma de grasa de una zona específica, que hemos determina previamente con el paciente, con unas cánulas que son más pequeñas que las que se utilizan en la liposucción tradicional», detalla la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic. 

Extracción de grasa. (Fuente: Imaxis Barcelona)
Extracción de grasa. (Fuente: Imaxis Barcelona)

Estas cánulas cuentan con unos agujeritos especiales que raspan un poco más para obtener la grasa necesaria. Esta grasa, una vez obtenida, debe de procesarse a través de un decantado o un centrifugado. Este proceso puede consistir en una especie de malla que sirve para purificar la grasa antes de volver a ser inyectada en nuestro organismo.

Existen tres tipos diferentes de grasa. El primero sería la grasa normal que se va a reintroducir mediante unas cánulas muy finas con agujeritos de un milímetro. Después, existe la grasa SNIF que está ya procesada a través de un trasvasador especial con el que se obtiene una grasa más fina que se puede colocar por encima de la anterior. Por último, Nanofat es la grasa que ha pasado por un filtro pequeño y con la que obtenemos un líquido que se puede inyectar con mesoterapia. 

Valoración del paciente 

El primer paso antes de someterse a la intervención es la valoración por parte del especialista. Esta fase es igual a la que se sigue con cualquier tratamiento de rejuvenecimiento facial y consiste en estudiar el rostro por tercios centrándose en aquellas zonas donde es más habitual que exista una pérdida de grasa y volumen. Tras este estudio, se conocerá el tipo de grasa a utilizar y en qué zonas se puede llevar a cabo.

El primer paso es la valoración facial por parte del médico. (Fuente: Freepik)
El primer paso es la valoración facial por parte del médico. (Fuente: Freepik)

Para el estudio, la doctora considera que hay que hacer una valoración de frente y de perfil y además recomienda solicitar al paciente fotos de cuando tenía entre 20 y 30 años. «Si consigues volver a esa imagen, para el paciente es un rejuvenecimiento facial muy positivo», aclara. Es un trabajo arduo porque si en algún punto se coloca más volumen, el paciente no se va a sentir identificado con el resultado.

En qué zonas utilizarlo

Una de las zonas donde más efecto tiene este sistema es la que se encuentra alrededor del ojo. Es aquí donde, además de recuperar el volumen perdido, se pueden tratar otro problemas estéticos como las ojeras. Otro punto clave son los pómulos ya que es una de las zonas faciales que más sufren de pérdida de volumen con el paso de los años. Su recuperación a través de la propia grasa del paciente hace mejorar incluso algunas arrugas como las patas de gallo. Hay que tener precaución para no sobrerellenar porque, si nos excedemos, se verá un aspecto muy artificial al sonreír.

También es una buena propuesta para personas con unos pómulos muy marcados en los que se note la zona del hueso por pérdida de grasa. Por último, tenemos que señalar la zona de los labios que es una piel muy fina donde aparecen las arrugas que solemos llamar código de barras. También es crítica la zona entre el labio inferior y el mentón. «Es una zona que tiende a hundirse y al colocar grasa mejoran mucho las arrugas y el aspecto  deshidratado», concluye la especialista. 

Postoperatorio y mantenimiento

Una vez realizado el tratamiento, el tiempo de recuperación suele ser de siete a diez días. Como las cánulas utilizadas en el procedimiento son muy finas, los hematomas son menores y disminuyen aún más con el uso de antiinflamatorios. La movilidad del rostro es normal y en la zona de la que se ha tomado la grasa se coloca un pequeño vendaje durante dos o tres días así que no se precisa de una faja como en la liposucción tradicional. Simplemente se debe tomar antibiótico local y antiinflamatorio durante los días posteriores.

Antes y después de un tratamiento con grasa propia
Antes y después de un tratamiento de lipofilling. (Fuente: Clínica García Dihinx)

Los resultados obtenidos no duran de por vida. «Para pacientes por encima de 50 años, o que ya han tenido un cambio hormonal, cada dos o tres años habría que hacer una reposición de volúmenes grasos», explica la doctora. En el caso de pacientes más jóvenes, se puede esperar por encima de cinco años para realizar una repetición del tratamiento. 

Lo más habitual es combinar, cada tres o cuatro años, una reposición de grasa con otros tratamientos inyectables. Los expertos opinan que es más favorable no utilizar solo productos ajenos al cuerpo y combinarlos con la transferencia de grasa propia.

A nivel corporal

El lipofilling también tiene sus usos en otras zonas del cuerpo más allá del rostro, como los glúteos o el escote.  Al utilizar la propia grasa del paciente extraída de zonas donde se encuentra de manera excesiva, los riesgos de rechazo por parte del organismo se minimizan así que se ha convertido en una alternativa cada vez más popular frente a los inyectables.

Según la ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética), el lipofilling en los glúteos es uno de los tratamientos estéticos cuya demanda ha aumentado más en la última década. Este procedimiento no solo permite aumentar sutilmente el volumen de los glúteos, sino que mejora la silueta general porque la grasa se extrae de zonas como el abdomen o las caderas. Pero aún hay más usos. Según la Dra. Alba Martínez, cirujana plástica de IML Clinic, «la lipotransferencia es una herramienta especialmente efectiva en la reconstrucción mamaria».

Preparativo para un lipofilling corporal con grasa. (Fuente: Dr. Nadir Salalues Hurtado)
Preparativo para un lipofilling corporal. (Fuente: Dr. Nadir Salalues Hurtado)

Este auge también se debe a que la técnica ha mejorado aumentando su eficacia y seguridad. Una de las novedades es que la grasa extraída se puede enriquecer con factores de crecimiento obtenidos de la propia sangre del paciente, lo que mejora la supervivencia de la grasa tras el injerto y asegura mejores resultados.

Otra de sus ventajas es que ofrece resultados estéticos muy naturales, tanto a la vista como al tacto. Sin embargo, es importante saber que no todas las personas son candidatas ideales para este procedimiento. «Es necesario tener un adecuado volumen de grasa transferible para que la intervención sea viable. Además de otros factores determinantes como el estilo de vida o expectativas del paciente, entre otros», puntualiza la Dra. Martínez.

El lipofilling es una opción cada vez más demandada dentro de la cirugía estética que permite que cada día nuevos pacientes consigan la apariencia que desean con resultados armoniosos y naturales.

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