Vitamina C: todas las claves para saber elegir el producto adecuado para tus imperfecciones
No todas las vitaminas C son iguales y tenemos que saber para qué problemas sirven y si son aptas a nuestro tipo de piel

Mujer utilizando un sérum con vitamina C | Freepik
Si le preguntamos a algún experto en el cuidado de la piel, como un dermatólogo o un farmacéutico, sobre los ingredientes imprescindibles para una rutina de belleza, seguro que la vitamina C estaría siempre en el podio entre los tres activos fundamentales. La razón de este éxito es que nos encontramos ante un componente que no tiene un solo beneficio para la piel, sino que son varias las ventajas que puede ofrecernos.
La exposición al sol, los cambios bruscos de temperatura o la alteración de la rutina habitual hacen que en verano la piel empeore su aspecto y se muestre apagada, deshidratada y con signos de fatiga. La vitamina C es uno de los secretos para combatir todas estas imperfecciones por lo que nos encontramos en un momento muy bueno para descubrir en primera persona todas sus bondades.
Puede que ya la hayas probado y te haya desencantado. ¿Te ha ocurrido alguna vez que has probado alguna vitamina C y te ha dado granitos? ¿Has tenido la sensación de que te ha manchado? ¿Te deja tacto pesado? El secreto para evitar estas y otras incomodidades es saber exactamente el tipo de producto con vitamina C que necesitas. Para ayudarte, desde THE OBJECTIVE te mostramos en qué debes de fijarte de la mano de expertas en el sector.
Los beneficios de la vitamina C
Comenzaremos con un breve resumen de los beneficios que puede traer para la piel el uso de vitamina C en la rutina de belleza. Es uno de los activos más importantes para los cuidados de la mañana ya que su capacidad antioxidante protege de los radicales libres procedentes del sol, la contaminación, la luz azul o el estrés.

Al estimular la producción de colágeno y elastina, también previene los signos de envejecimiento mientras que mantiene la firmeza y la elasticidad. Además, la vitamina C también es muy utilizada para tratamientos anti manchas por su poder despigmentante y su capacidad para aportar luminosidad a la piel. Con su uso, lograremos un tono más uniforme y radiante.
Todos estos beneficios convierten a la vitamina C en un verdadero imprescindible en cualquier rutina facial.
¿En crema o en sérum?
Seguramente, la primera duda que nos surja es si aportar la vitamina C a través de una crema o de un sérum. La respuesta va a depender de tu estilo de vida y tu forma de cuidarte. «Si somos de pocos pasos y perezosas, la crema puede ser nuestra mejor apuesta», apuesta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD. En cambio, «un sérum será más eficiente para tratar cuestiones como las manchas, las arrugas y la pérdida de luminosidad. Suelen llevar una cantidad de activos y sistemas que optimizan la efectividad», defiende Marta Agustí, directora dermocosmética de Omorovicza.
Si te decantas por una crema hidratante con vitamina C, las expertas nos recomiendan utilizarla por la mañana para aprovechar su acción antioxidante. «Será ideal si son fórmulas que también incluyen SPF. De este modo, haremos un escudo tanto solar como antioxidante», aconseja Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8.

Si no sabes por cual decantarte, también podrías hacer uso de ambos sistemas. «Puedes usar un suero y crema y que ambos incluyan vitamina C sin problema. Ahora bien, es mejor optar por usar una crema con otros activos que complementen otras funciones o preocupaciones de tu piel, especialmente en materia de hidratación. Así, hacemos la rutina más completa, abarcando más necesidades», recomienda Isabel Reverte, directora dermocosmética de Ambari.
Dependiendo de tu tipo de piel
En lo que insisten mucho las expertas es en usar formas de vitamina C estables. El ácido ascórbico, la versión pura de la vitamina C es altamente inestable. Se oxida fácilmente y puede alterar la piel o manchar los poros. «Es mejor apostar por derivados de este principio que estén estabilizados y que permitan que esa oxidación se retrase», añade Lara González, cosmetóloga de Byoode. Para saber localizarlo en los cosméticos, busca en el listado de ingredientes ascorbic acid y evita su compra. «En cambio, si ves ingredientes que incluyen palabras como ascoryl o ascorbic pero vienen acompañados de otras palabras, son alternativas mucho más estables».

¿Valen todas las vitaminas C para todas las pieles? Algunos derivados de vitamina C tienen un componente oleoso, como el tetraexildecil ascorbato, que no se recomienda a las pieles grasas o con tendencia al acné. Sin embargo, «será muy buena propuesta para pieles maduras o secas», explica Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
Las pieles grasas preferirán otras alternativas. «Debemos decantarnos por derivados de vitamina C que sean a partir de sales o de glucosa, como el ascrobyl grlucoside o el sodio ascorbyl fosfato. También son perfectos para pieles sensibles porque son altamente calmantes», concluye Lara González, cosmetóloga de Byoode.
Qué tipo de vitamina C elegir
Hay muchas formas de vitamina C y cada una puede servir para un problema determinado. «Cada una de ellas se especializa en una tarea concreta y, saber cuál hace qué, nos ayuda a elegir la que más nos sirve personalmente», defienden desde Medik8.
1) Para las arrugas y la firmeza. Para que la vitamina C consiga sintetizar colágeno y elastina, debe penetrar muy bien en la piel. La mejor en este campo es la Tetraexyldecyl Acorbato. «También conocida como vitamina C Ester, tiene una base oleosa que le permite penetrar fácilmente la barrera haciendo que sea la forma más eficaz para reafirmar y reducir arrugas», explica Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD.

2) Para las manchas. La vitamina C consigue tratar las manchas porque influye en la bajada de producción de melanina y tiene capacidad de regeneración. «Hay un derivado, el ácido ascórbico etilado, que tiene propiedades súper específicas para despigmentar», recomienda Fernández.

3) Para las que no toleran la vitamina C. Hay reacciones ante este activo como la aparición de granitos o brotes parecidos a la rosácea. Se da, sobre todo, en pieles grasas o sensibles que necesitan propuestas con capacidad calmante, seborreguladora y antibacteriana. «Estas propiedades las encontraremos en derivados a partir de sales (magnesio ascorbyl fostado y sodio ascorbyl fostado) y de azúcares (ascorbyl glucósido)», añade la experta que concluye: «quienes suelen tener malas experiencias con vitamina C, con estas opciones ven la luz».
Otros aspectos en los que fijarse
El porcentaje de vitamina C es muy importante, ya que cantidades inferiores al 10% no suelen ser del todo efectivas porque no logran penetrar al interior de la célula. «Pueden ser buenas para unificar el tono, iluminar… pero no serán igual de efectivas como tratamiento antiedad», explican desde Perricone MD. Si la vitamina C aparece en últimas posiciones dentro del listado de ingredientes es porque su porcentaje es pequeño y su función está más ligada a ser un conservante del producto.
Una de las desventajas de la vitamina C es que suele ser muy sensible a la luz y al aire, por eso el envase resulta fundamental. Es importante que sean envases que aseguren un cerrado perfecto para impedir la entrada de oxígeno y opacos para que no entre la luz.

Normalmente, la vamos a encontrar transparente, amarillenta o anaranjada. Si en casa notamos que cambia de color, se habrá producido una oxidación y habrá perdido su eficacia. Si aún no hemos comprado el producto, «que sea de un color más cobre o marrón que anaranjado o amarillento es un claro indicio, o de que el producto ya está oxidado, o de que se oxida rápidamente y el fabricante lo tiñe de este tono para que el consumidor no identifique el cambio cuando suceda», aconseja la directora dermocosmética de Perricone MD.
Las expertas recomiendan siempre acudir a puntos de venta autorizados o de confianza para asegurar la trazabilidad del producto y su estabilidad. «Cuando vamos a tiendas que suelen vender con demasiado descuento, esto responde muchas veces a una corta fecha de vencimiento del producto», añade Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour.
Ahora ya cuentas con toda la información necesaria para saber elegir el producto con vitamina C que más te conviene sin temor a equivocarte.