Los cuidados de la piel tras el verano: desmontamos diez mitos muy populares
La piel necesita una puesta a punto para borrar los excesos y la solución está en algunos tratamientos estéticos

Tratamiento facial | Freepik
Los meses de verano son especialmente negativos para nuestra piel. Durante estas últimas semanas ha tenido que luchar a diario con grandes enemigos. El principal de todos ellos es la exposición prolongada al sol, pero tampoco hay que perder de vista otro factores como el cloro de las piscinas, la sal del mar o el aire acondicionado. A todo ello hay que sumar que durante las vacaciones nos relajamos y las rutinas de belleza suelen ser menos constantes y completas. Ahora, al llegar septiembre, nos damos cuenta frente al espejo de los resultados y ampliamos los cuidados pero en ocasiones caemos en mitos muy extendidos que no tienen ningún tipo de fundamento.
Durante el verano, nuestra piel se ha enfrentado a muchas agresiones que han ido debilitando su barrera protectora y ha sufrido un desgaste que ha acelerado la aparición de signos de envejecimiento. Este cambio en nuestro aspecto no solo hace que incrementemos nuestros cuidados en casa, también aumentan las visitas a centros de belleza buscando tratamientos con los que recuperarse de los excesos veraniegos.
La Dra Elena Caride, experta en medicina estética antiaging, destaca cómo al terminar los días de verano son muchos los pacientes que acuden a las consultas y que preguntan acerca de algunos mitos populares sobre cómo regenerar la piel correctamente. «Aunque muchas de estas creencias y hábitos están muy extendidos, no todos son efectivos ni verdaderos. De hecho, incluirlos en nuestra rutina puede llegar a generar complicaciones tanto para nuestra salud como para la de nuestra piel», explica la doctora. Si quieres saber si los nuevos cuidados que has incorporado a tu rutina este septiembre son correctos o negativos, desde THE OBJECTIVE te confirmamos los mitos más extendidos sobre el cuidado de la piel tras las vacaciones.
1) Con hidratar es suficiente
La hidratación es uno de los pasos de la rutina facial más importantes en casi todos los tipos de piel. Sin embargo, no lo podemos confiar todo a ella porque es necesario complementar con otro tipo de acciones. Lo más normal es que tu piel necesite una combinación de exfoliación suave y antioxidantes. En este terreno, confiar en los beneficios de la vitamina C puede ser un gran acierto.

En algunos casos, la aplicación de productos tópicos como cremas hidratantes tampoco será suficiente. Para reparar todo el daño que los rayos solares han ido produciendo a lo largo de los últimos meses puede que sea necesario recurrir a tratamientos regeneradores profesionales que complementen a los cuidados domésticos. Si no sabes por qué tipo de procedimiento decidirte, la doctora Carine nos recomienda las infiltraciones de ácido hialurónico no reticulado. También son una buena alternativa otros tratamientos no invasivos que nos ayuden a mejorar la flacidez facial como un HIFU Liftera que se trata de un lifting de última generación que no requiere de cirugía.
Ante este panorama debemos de sentenciar que este mito es falso. Nuestra piel no se va a recuperar de los excesos del verano simplemente con aumentar los cuidados referentes a la hidratación.
2) Si no me he quemado, mi piel no ha sufrido
Aunque durante todo el verano no hayamos tenido quemaduras visibles o rojeces que evidencien que nos hemos pasado con la exposición solar y que no nos hemos protegido lo suficiente, el daño del sol está presente en la piel. La radiación ultravioleta puede causar un daño celular invisible que se va acumulando con el tiempo.
Uno de los grandes inconvenientes del sol es que sus consecuencias en la piel pueden ser silenciosas y que se van acumulando año tras año. Es por ello que recuperar adecuadamente la piel tras el verano es un proceso fundamental si queremos frenar el proceso de envejecimiento facial.
Esto significa que la sentencia es nuevamente falsa. Aunque no te hayas quemado, los expertos recomiendan una puesta a punto en la piel para la vuelta a la rutina porque así podremos detener los efectos negativos del sol.
3) Esperar al otoño para recurrir a los tratamientos
Muchas personas piensan que septiembre aún es pronto para acudir a un centro de medicina estética para utilizar un tratamiento de cuidado post verano y prefieren dejarlo para octubre cuando el calor nos haya abandonado por completo. En este caso, todo dependerá del proceso que queramos llevar a cabo.

Es cierto que existen algunos tratamientos estéticos que deben esperar al otoño. Entre ellos nos podemos encontrar los peelings químicos profundos o el láser. Sin embargo, existen otros cuidados que forman parte de la llamada belleza silenciosa que se pueden llevar a cabo a lo largo de todo el año. En este segundo grupo nos encontraríamos con algunas propuestas como el HIFU o la radiofrecuencia facial.
4) Las manchas desaparecen solas
Otro de los mitos más extendidos es aquel que piensa que las manchas solares son propias del verano y que, como el bronceado, desaparecen después de las vacaciones cuando dejamos de tomar el sol. Esta creencia es completamente falsa. Las manchas o el melasma no desaparecen por sí solas al dejar de exponerse a la radiación solar.

Si al terminar el verano detectamos que las manchas han hecho acto de presencia en nuestro rostro, es hora de ponernos manos a la obra. Podemos recurrir a los cosméticos diseñados especialmente para ello aunque, en esta categoría, resultan mucho más efectivos los tratamientos específicos como despigmentantes tópicos, peelings suaves o la luz pulsada. Eso sí, estas soluciones siempre se deben de llevar a cabo bajo supervisión médica en centros especializados.
5) La alimentación no afecta a la piel
Nuestra dieta en verano suele contener más azúcares, grasas y alcohol. Estos componentes van a acelerar la oxidación de las células lo que va a dañar el colágeno y la elastina que son los principales responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
Otro de los procesos unidos a la alimentación es la llamada glicación. Se produce por los picos de glucosa y es una reacción que endurece y debilita las fibras responsables del soporte de la piel. El resultado es una aceleración de la flacidez y los signos de envejecimiento prematuro.
Por todos estos motivos, es importante cuidar la alimentación y dejar cuanto antes atrás los excesos veraniegos para retomar las buenas costumbres en la mesa. Para poder contrarrestar los efectos del verano, se recomiendan los tratamientos de medicina estética que están enfocados a mejorar la flacidez facial.
6) La flacidez solo se corrige con cirugía
Esta afirmación solo es correcta para aquellos casos en los que la flacidez es más severa. Antes de llegar a ella, existen otras opciones menos invasivas con las que podemos tratar la piel flácida propia del final del verano. Dentro de estos cuidados especiales nos podemos encontrar con tratamientos como la radiofrecuencia, la radiofrecuencia fraccionada o los ultrasonidos micro focalizados.

Otra opción más doméstica para los casos menos graves son los cosméticos especializados. Son recomendables los productos que apuestan por activos reafirmantes como el DMAE, péptidos, silicio orgánico o la vitamina C.
7) Los cuidados post verano son iguales para todos
A estas alturas ya deberías de saber que cada piel tiene unas necesidades diferentes. Influyen factores como la edad, el estilo de vida o el fototipo. Además, antes de elegir un cosmético o un tratamiento, habrá que fijarse si tenemos alguna patología como acné, rosácea, manchas solares, etc.
Lo más recomendable para acertar con los cuidados especiales que ofrezcamos a la piel tras el verano es consultar con un especialista. Nadie como él para que nos oriente, nos muestre las ventajas de las diferentes posibilidades y nos explique las necesidades de recuperación que define nuestro caso.
8) Ya se puede abandonar el protector solar
No paramos de repetir que la protección solar debe de estar presente en nuestra rutina de belleza los 365 días del año. Aunque hayan terminado los días de playa y piscina, el sol sigue siendo un factor a tener en cuenta por lo que hay que mantener una rutina de protección.

La doctora Marta Vilavella, directora y fundadora del centro de dermatología y estética Idermic, señala que uno de los grandes problemas que tenemos en el uso de la protección solar es que no la reaplicamos todo lo que sería necesario a lo largo del día. «Esto genera daño acumulativo, manchas y una pérdida progresiva de luminosidad en la piel», explica.
9) Podemos rebajar el nivel de hidratación
La mezcla de sol, cloro y sal produce un fuerte impacto en nuestra piel que va a quedar deshidratada y debilitada. Por este motivo, no podemos frenar los cuidados de hidratación después de las vacaciones. Tenemos que mantener una rutina nutritiva para reparar de manera profunda los efectos del verano. «La hidratación debe ser un básico en nuestro día a día a pesar de que disminuya la sensación de calor», aclara la doctora Vilavella.
10) Confiar en tratamientos caseros agresivos
Para renovar la piel después del verano, muchas personas recurren a cuidados domésticos demasiado fuertes que pueden comprometer la barrera cutánea y producir una sensación de irritación o sensibilidad.
En casa podemos hacer uso de cosmética complementaria, pero lo más recomendable para una buena puesta a punto es acudir a un tratamiento no invasivo. Uno de los más recomendados es el HIFU Liftera con el que conseguiremos estimular la producción de colágeno. El resultado será una mejora significativa de la firmeza, la luminosidad y la textura de la piel. Una de sus principales ventajas es que actúa desde dentro por lo que no corremos el riesgo de dañar o deshidratar la piel.