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Gastronomía

Consejos para montar una bodega en casa

Unas pocas recomendaciones que mantendrán el vino en las mejores condiciones antes de consumirlo. Imprescindible, elegir bien el lugar de reposo y una temperatura estable

Consejos para montar una bodega en casa

Hermes Rivera (Unsplash)

La bodega particular de cada cual está condicionada por el espacio del que uno disponga y por supuesto por la afición que uno tenga. A partir de aquí, la cantidad de botellas reunidas variará al igual que el lugar en el que se puedan ubicar. Como persona interesada seguro en algún momento ha surgido la pregunta de si el vino está almacenado de la manera más adecuada para que se conserve en perfectas condiciones. Esto no debe ser un problema para quien guste de reunir alguna etiqueta en su bodega o bodeguita porque son sencillas las prácticas en pro de una mejor conservación. 

Estupendo si se tiene la posibilidad de disponer de una cava o armario, de mayor o menor tamaño, porque están climatizadas (con dispositivos de control de humedad y temperatura en muchos casos) para mantener el vino en el mejor estado. En este caso, lo importante es escoger el mejor sitio para ubicarlo evitando radicales cambios térmicos que afectarán negativamente a las botellas que contenga. Por esta razón, si tienen puerta de cristal lo ideal es que dispongan de filtros para los rayos UVA, aunque el recurso más sencillo es evitar la luz natural directa y el calor. 

No obstante, lo más habitual entre el común de una bodega es disponer de un botellero, del tamaño que se pueda, aunque tampoco es extraño encontrar botellas repartidas por los huecos disponibles de la cocina. En la situación que sea hay una serie de requisitos fundamentales para que el vino se encuentre en óptimas condiciones cuando decidan abrirlo: temperatura, humedad, luz, lugar de almacenaje y posicionamiento de las botellas. Claves porque un buen reposo resulta positivo para que ofrezcan sus mejores virtudes. No se puede olvidar que el vino es un ser vivo que va cambiando con el tiempo por lo que favorecer que su evolución transcurra con normalidad va a suponer para nosotros un disfrute mayor. 

Como norma general, lo ideal para una bodega es buscar una habitación orientada al norte para que sea lo más fresca posible y convenientemente aislada del exterior. Si no tiene ventanas, mejor aún, si bien es verdad que esto, tal vez, es pensar muy a lo grande… La temperatura media ideal serían unos 12 grados, sin oscilaciones, con una humedad ambiental que ronde el 75%. Pero como hablamos de domicilios, importantísimo que el lugar elegido no supere los 20 grados en verano. 

Dónde guardar el vino en casa

Dónde. Si bien es bastante normal recurrir a la cocina y el salón hay que decir que son de los peores sitios por ruidos, vibraciones, luz y calor, sin olvidar los olores. Lo mejor un espacio oscuro –y estupendo si las paredes son gruesas–, bien ventilado, donde las entradas y salidas sean poco habituales, y por tanto los movimientos, y la temperatura no sufra grandes oscilaciones. ¡Las botellas no hay que exhibirlas sino cuidarlas para que llegado su momento hagan el mejor papel! Es malo que reciban de manera constante y directa luz natural pero tampoco es recomendable tenerlas en un lugar donde se encienda habitualmente una lámpara, por ejemplo, pues se puede oxidar (luz y sol son los mayores oxidantes).

Por tanto, si no se dispone de un espacio para tal fin una buena opción es un trastero, el interior de un armario o debajo de la cama (sobre corcho o envueltas en telas)… por loco que suene. Pero es que es un espacio frío, con cierta humedad y temperatura bastante constante. También la nevera es buen aliado si el vino no va a permanecer allí durante mucho tiempo y siempre que se coloque alejado de alimentos que puedan transmitirle olores; por tanto, lo suyo es el cajón de las verduras.

A qué temperatura tiene que estar la bodega

Temperatura estable. Como referencia se puede decir que los cambios de temperatura no deben superar el grado y medio durante el día ni tampoco ser mayores de tres grados al año. Y es que las oscilaciones bruscas afectan negativamente al líquido y cuanto más calor el vino se oxida más rápido. La horquilla de temperatura: no menos de 8º y tampoco más de 15-16ºC.  Por tanto, ¡nada de temperatura ambiente! si estamos superando los grados indicados. Luego, es verdad que cada tipo de vino tiene sus condicionantes: los espumosos, blancos y rosados jóvenes mejor entre 6 y 8 C. 

La humedad. Como ya se ha adelantado, si la humedad relativa está por debajo de 60% el corcho se puede secar y encogerse lo que supone que se deteriore, permita la entrada de aire y el vino se oxide. Por eso hay que intentar que se mantenga en torno al 75% pues por encima del 80% también tiene efectos muy negativos: puede provocar el desarrollo de mohos o bacterias que ataquen al corcho transmitiendo olor a humedad al interior de la botella. 

Mucha calma y en posición horizontal. Hay que evitar cualquier vibración continuada y fuerte porque esto llega a ‘fatigar al vino’. Requiere calma, tranquilidad, estabilidad, que se le mueva lo mínimo posible hasta el momento de su consumo. Porque al igual que la luz directa, las vibraciones pueden acelerar o causar ciertos procesos químicos que afectan a su manera de expresarse una vez abiertos, verse modificados y no mostrar lo que a priori se espera de la etiqueta elegida. 

Respecto a la posición de las botellas, lo más acertado es que estén tumbadas y ligeramente inclinadas para que el líquido se mantenga en contacto constante con el corcho y éste permanezca mojado, hinchado y no pierda flexibilidad. Por supuesto que tumbadas no quiere decir amontonadas; hay que almacenarlas de tal manera que el acceso sea fácil evitando tener que mover el resto de botellas cuando vayamos a coger una.

Consejos para tener una bodega en casa

Hechas las recomendaciones, vamos con unos apuntes que merecen ser recordados. El primero, que no todos los vinos están elaborados para guardarse el mismo tiempo porque no todos se hacen pensados para envejecer. Dicho esto, es verdad que hay casos de jóvenes que dan gratísimas sorpresas pasados los años lo cual tiene una estrecha relación con la uva empleada y con la manera en que son elaborados, entre otros condicionantes. Pero en líneas generales, cada etiqueta nace con una ‘limitación’ temporal en lo que a su crecimiento respecta. Y después, que si abierta la botella no se termina hay que tener en mente que puede aguantar unos poquitos días en el frigo (2 ó 3), máximo y como norma general. En estos casos es recomendable contar con alguno de los artilugios pensados para sacar el aire que queda en la botella porque ayudan a retrasar la oxidación del líquido sobrante. 

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