Cuatro vinos sauvignon blanc con buena acidez para sobrellevar los calores
Es una de las grandes blancas francesas que ha conquistado el territorio español desde hace décadas: potencia aromática y exotismo entre sus ‘armas’ de conquista
En su carta de presentación hay que recordar que es de origen francés, una de las uvas blancas principales del país vecino, aparte de ser protagonista en los viñedos de Chile, Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica o California. En nuestro país está muy asentada sobre todo en Penedés y Rueda, zona ésta, la castellana, donde su presencia es bien importante después de la verdejo, pues merece apuntar que fue la denominación española que primero la adoptó.
Se trata de una uva bien resultona, exuberante, potente en aromas, fresca (si se recoge en su momento óptimo, pues si madura en exceso ‘se aplatana’) y muy rica en boca donde la definen notas herbáceas y tropicales. Como dato curioso, cuentan que su nombre proviene de las palabras francesas sauvage (salvaje) y blanc (blanca) lo que puede avanzar una idea del tipo de uva que se trata. La diversidad de suelos y latitudes en las que crece le confieren matices de distinción pero en todo caso tiene un carácter bien reconocible. En zonas más frías resulta más notable la acidez junto a los aromas herbáceos, de flores y frutas tropicales. Unas notas estas últimas que ganan presencia en los climas más cálidos donde el riesgo está en la sobre maduración pues anula otros aromas. Pero en líneas generales hablamos de vinos muy aromáticos, frescos (notas cítricas predominantes), buena acidez, rasgos herbáceos, florales, cargados de vitalidad (nervio) y aromas de frutas exóticas como por ejemplo piña, maracuyá o guayaba. Hechas las presentación, cuatro etiquetas monovarietales que son una buena representación de esta variedad.
Abanderado destacado es Fransola 2021 (26,50 €) de Familia Torres, al amparo de la denominación catalana Penedès, un clásico de la casa y uno de los más reseñables sauvignon blanc del país. El nombre proviene del viñedo en el que nace, una finca histórica situada en una de las zonas más altas del Penedès. Elaborado con uvas a más de 500 metros de altitud sobre suelos arcillo-calcáreos, la mitad del vino fermenta en barricas donde luego envejece durante seis meses. Elegante, fino, intenso, aromático (melocotón, albaricoque, laurel, recuerdos de frutos secos), con estupenda acidez, sabroso, fluido y paso y final con frescura cítrica (pomelo).
En tierras castellanas pero ajenas a DO se elabora Menade Sauvignon Blanc 2021 (12,20 €), de Bodegas Menade, propiedad de los hermanos Sanz, y que sale como Vino de la Tierra Castilla y León. Richard como enólogo y su hermano Marco, técnico en viticultura, elaboran desde hace más de quince años en el pueblo de Rueda, donde se instala la propiedad. Este blanco sale con certificación ecológica, las uvas nacen sobre suelos arcillo-calcáreos y pedregosos y tiene una crianza con sus lías en acero inoxidable. Complejidad aromática con notas de hierbas aromáticas frescas, piel de naranja, fruta tropical de hueso y fondo mineral. Boca equilibrada, con estupenda acidez y muy afrutada.
También la extremeña Bodegas Habla elabora un blanco de sauvignon blanc entre sus muy distintas etiquetas. Se trata de Habla de Ti 2021 (10,45 €), procedente de los viñedos que rodean la bodega y que tiene una crianza sobre lías. De nuevo, intensidad de aromas, fruta fresca, tropical (mango), con una boca donde conviven acidez y ciertas notas golosas que lo hacen más fácil de beber si cabe. Persistencia con esos recuerdos de fruta exótica. Y como sucede con la gran parte de sus vinos, una imagen que llama la atención en cualquier lineal.
Y no puede faltar un representante de la DO Rueda, donde surgen cada vez más monovarietales de la uva francesa. Entre ellos está el José Pariente Sauvignon Blanc 2021 (9,90 €), de una casa con tradición en la zona (Bodegas José Pariente), defensora indiscutible de los vinos de verdejo pero que se ha rendido también a la exitosa sauvignon gala. Es más, tiene este blanco seco y después un dulce que llaman «Apasionado». El que nos ocupa procede de viñedos de más de 40 años sobre suelos calizos, pobres y con cantos rodados y se mantiene con sus lías hasta que es clarificado. El resultado es un vino intenso, con mineralidad, claras notas herbáceas y de frutas exóticas. Notas que contribuyen a su frescura junto a aromas cítricos de pomelo. En boca tiene estructura, cierta untuosidad y un paso largo y fresco.