Sastrería a medida: cómo se realiza, qué es necesario y cuánto cuesta vestir un traje único
Confeccionar un traje personalizado fiel a tu complexión y tus gustos es mucho más sencillo (y barato) de lo que imaginas
En un mundo en el que todo sucede tan deprisa y en el que el ahora forma parte del pasado, la artesanía nos hace parar, reflexionar y entender lo que sucede delante de nosotros. La moda no vive ajena a esta manera de vivir contrarreloj lo que ha producido que las tendencias cada vez sean más efímeras y que las prendas cada vez tengan una vida más corta. En el lado opuesto nos encontramos con la sastrería a medida, una forma de invertir en moda de lo más tradicional que se mantiene en buen estado en plena época del low cost y el fast fashion.
Realizarse un traje a medida sigue siendo real a día de hoy y, tanto las firmas que se dedican a ello como sus clientes, alaban las grandes ventajas de invertir en prendas realizadas de manera personalizada. Las sastrerías trabajan de manera meticulosa, con materiales de primera calidad y ofrecen la posibilidad de realizar diseños que tienen en cuenta el estilo personal de cada cliente.
Su finalidad no es hacer ropa, sino crear una prenda cuidada y personalizada mediante un trabajo artesanal que respeta lo tradicional. Eso no significa que vivan ajenos a las modas porque los trajes a medida son modernos y se adaptan a las tendencias del momento. ¿Alguna vez te has planteado realizarte un traje de chaqueta a medida? Desde THE OBJECTIVE te contamos cómo es la experiencia de confiar en este tipo de sastrerías para que sea la prenda la que se ajuste a ti y no al contrario.
Fases de un traje a medida
Para que los trajes se ajusten a la perfección, lo primero que se hace es conocer al cliente para saber sus gustos y deseos. Consiste en la escucha activa para entender las necesidades, el tipo de traje en el que está interesado, dónde lo va a vestir, el estilo y la fecha en la que lo necesita. Una vez se tiene clara la idea y el concepto, se toman las medidas, «un trabajo fundamental que realizamos de forma meticulosa para entender su físico», comentan desde la Sastrería Fernández Prats.
A la hora de confeccionar el traje, el tejido cobra un gran protagonismo. Las sastrerías disponen de muestrarios de las mejores casas internacionales con una amplia variedad de tejidos que se adaptan a cualquier necesidad. «Por ejemplo, para un uso a diario en entornos laborales, buscaremos tejidos con gramajes altos . En eventos de verano, podemos optar por tejidos de lino o algodón. Para bodas, seleccionaremos tejidos de gramaje intermedio», recomienda Álvaro Torres, director creativo de Mansolutely.
Una vez definido el tejido, empieza el proceso de personalización. «En Mansolutely disponemos de infinidad de opciones para crear un traje a medida único. El tipo de solapa, número de botones, tipo de bolsillos, aberturas, forro interior…hasta el bordado interior con un texto personalizado, son solo un ejemplo del sinfín de opciones disponibles», informan desde la firma.
El sastre se encargará de cortar todas las piezas, cortando de más para que la prenda evolucione con nuestra morfología. Después se pasará a la fase en la que comienzan las pruebas con el cliente hasta dar con la prenda final.
Citas en la sastrería
La primera diferencia con una compra habitual es que en la sastrería no vas a tener el traje al momento. Para un traje de dos piezas, algunas firmas apuestas por realizar dos citas. Una vez escogido el tejido, se monta sobre las entretelas para arrancar la primera prueba. En esta visita se delimita a grandes rasgos las medidas de la prenda final y se eligen algunos detalles como dónde se colocarán los botones o los bolsillos y el cruce. Más tarde se lleva a cabo la segunda prueba, donde se define el escote y los hombros, así como la posición de las mangas. Cuando el traje ya se ha terminado, se realiza otra prueba que puede terminar en la entrega final del traje pero aún pueden realizarse algunos retoques finales.
Cuando repites, el proceso se puede concentrar en una sola cita ya que las medidas se quedan registradas de la anterior compra. El cliente solo asiste a la prueba final y, si se necesitase algún pequeño ajuste, se realizan modificaciones. «Solo en un 30% de los casos, es necesario algún ajuste mínimo para obtener un fit impecable», aseguran desde la firma de sastrería Mansolutely. Para mayor precisión, algunas firmas recurren a una tecnología de escáner 3D con la que obtienen más de 150 medidas corporales para crear un patrón perfecto que se ajuste al cuerpo.
Normalmente, para la realización de un traje a medida, se necesitan unas 60 horas que se pueden traducir en torno a un mes o mes y medio. «Si tienes algún evento, recomendamos comenzar el proceso como mínimo con dos meses de antelación», indican desde Mansolutely. Sin embargo, hay empresas que, por un pequeño coste adicional, cuentan con un servicio exprés que reduce los tiempos a dos o tres semanas.
Las principales ventajas
Una de las principales ventajas que tienen las prendas hechas a medida es que se adaptan por completo a cada cliente, tanto a sus proporciones como a su estilo. Eso significa que son prendas únicas y que estaremos seguros que ninguna otra persona utilizará la misma prenda porque no se ha fabricado en serie. «Cada prenda se confecciona meticulosamente a medida para asegurar que es totalmente personalizable en cada detalle. No hay dos trajes iguales. Incluso cuando se confeccionan con el mismo tejido, cada traje emerge como una creación distinta», confirman desde la firma Lanieri.
La sastrería a medida es totalmente artesanal y trabajan con los mejores y tejidos y una atención al detalle máxima. Estos elementos aseguran que las prendas van a durar muchos años perfectas en nuestro armario. además, la elección de tejido es mucho más variada que en una tienda habitual. «Disponemos de más de 12.000 referencias, lo cual sería inviable tenerlo disponible en trajes confeccionados y en distintas tallas», confirma Álvaro Torres de Mansolutely.
Además, al estar diseñadas para adaptarse a las preferencias de cada cliente, estos trajes tienen el ajuste adecuado lo que garantiza la comodidad. «Solo el 20% de hombres pueden vestir dignamente con un traje estándar. El otro 80%, por su constitución, no encaja con los estándares de patrón de mercado y por ende necesitan vestir a medida», aseguran desde la firma de sastrería.
El perfil del cliente
Hay muchos perfiles diferentes de hombres que recurren a la sastrería a medida. Joaquín Fernández Prats, de Sastrería Fernández Prats, los agrupa en dos tipos: los que aman la sastrería y están acostumbrados a este tipo de servicios y los que quieren una prenda única para una ocasión especial. Esto hace que estos locales sean visitados por ejecutivos que visten uniformados en su día a día o novios que buscan un traje único para el día de su boda.
El perfil business suele buscar un producto de calidad, cómodo y que saque la mejor versión de sí mismo. Como va a hacer un uso muy continuado de él, quiere un traje que tenga gran durabilidad. El cliente que quiere el traje para una ceremonia busca una prenda especial que esté diseñada para vestir bien en eventos. Desde Mansolutely señalan un tercer tipo de cliente, el creativo, que quiere prendas más informales como trajes casual, blazers, pantalones con cinturilla elástica o abrigos. Su prioridad son la comodidad y un diseño único que represente su estilo personal.
En cuanto al precio, suele venir marcado por el tejido que se elija. «Un traje de vicuña, por ejemplo, puede llegar a costar hasta 30.000€», informan desde Sastrería Fernandez Prats. Pero tampoco hay que invertir tales cantidades ya que entre 600€ y 650€ ya podríamos contar con nuestro traje a medida. Un diseño más especial, con un tejido más lujoso, oscilaría entre los 1.700 y los 2.800 euros.