¿Cómo llevar zapatillas y vestidos? Esta es la tendencia
Este conjunto refleja el espíritu de un siglo XXI marcado por el ritmo acelerado de la vida diaria y la necesidad de ‘confort’
Sara Baceiredo | @sarabace
Elegir qué ponerse en otoño puede ser un auténtico desafío. Con temperaturas que varían durante el día y cambios inesperados en el clima, encontrar el equilibrio perfecto entre estilo y comodidad no siempre es fácil.
Aun así, hay dos trucos que las expertas en moda recomiendan seguir: contar con un buen fondo de armario y apostar por combinaciones seguras que nunca fallan.
Entre estas, destaca una favorita indiscutible para el entretiempo: combinar vestidos con zapatillas. Es una fórmula estilosa, práctica y sobre todo cómoda.
1. Con vestido lencero
El vestido lencero es un básico imprescindible por su versatilidad. Puedes llevarlo a una fiesta con tacones o adaptarlo al día a día combinándolo con zapatillas y una chaqueta de punto o americana. Para este look relajado, pero chic, las MEGA T WHITE LEOPARD son ideales.
2. Con un vestido de punto
Cuando las temperaturas empiezan a bajar, un vestido de punto es una de las opciones más acogedoras. Para completar este look cálido, elige las ALOHAS en marrón chocolate y burdeos. Su estructura añaden estilo y funcionalidad, perfectas para el otoño.
3. Con un vestido de flores
El estilo bohemio también tiene cabida en otoño. Un vestido vaporoso de estampado floral cobra vida con estas zapatillas de Massimo Dutti en color blanco desgastado.
5. Con un ‘LBD’
El clásico Little Black Dress nunca pasa de moda. Para darle un toque más desenfadado y actual, acompáñalo con las MILOS MU-17 de Mu The Brand . Este modelo en tonos metalizados es ideal para transformar un vestido negro en un look diario chic.
El combo versátil que triunfa en el siglo XXI
La combinación de vestidos con zapatillas se ha consolidado como uno de los looks más prácticos, cómodos y versátiles del momento.
No importa si se trata de un día agitado o de una ocasión más relajada, esta fórmula estilística permite lucir arreglada sin complicarse demasiado.
Su encanto reside en la simplicidad: basta con elegir un vestido, ya sea en tonos neutros o estampados llamativos, y combinarlo con un par de zapatillas que complementen el look.
Este estilo, que hasta hace unos años podía considerarse atípico o exclusivo de ciertas subculturas urbanas, hoy se ha convertido en un imprescindible del armario. Y no es casualidad: refleja a la perfección el espíritu de un siglo XXI marcado por el ritmo acelerado de la vida diaria, donde la funcionalidad y el confort son tan importantes como la estética.
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