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El calentamiento global influye en tu armario: los efectos del cambio climático en la moda actual

El aumento de las temperaturas altera el tipo de prendas que demandamos y las firmas deben adaptarse para sobrevivir

El calentamiento global influye en tu armario: los efectos del cambio climático en la moda actual

Camisa blanca de tejido orgánico | Freepik/pvproductions

El cambio climático está obligando a transformar nuestro día a día. Somos conscientes de algunas de estas acciones, como el reciclaje o el ahorro de agua, pero también existen alteraciones menos visibles como la que sucede en el armario. Las temperaturas cada vez son más altas y eso ha tenido su respuesta dentro de las tendencias que han tenido que adaptarse a estos nuevos tiempos que son resultado del calentamiento global del planeta.

Una de las demostraciones de esta evolución en el campo de la moda se traduce en la alteración de las estaciones. Nos estamos acostumbrando a que, en lugar de cuatro, nos encontremos con dos estaciones. Pasamos del invierno al verano (y viceversa) sin que haya periodos de transición en el que usaríamos la llamada ‘ropa de entretiempo’. ¿Cuál es el resultado? Cada vez utilizamos menos prendas típicas de la primavera o el otoño como las chaquetas o cazadoras.

Además, los inviernos son cada vez más suaves y este cambio en las temperaturas producido por el calentamiento global hace que haya disminuido la demanda de prendas de invierno. Ahora, incluso en los meses más fríos, buscamos diseños con tejidos más ligeros como el algodón. Si quieres saber otros cambios que se están produciendo en la moda actual debido al nuevo clima, desde THE OBJECTIVE te vamos a demostrar como tu forma de vestir no tiene nada que ver a cómo era hace tan solo unos años.

Temperaturas cada vez más altas

Según explica Clara Tomé, embajadora del Pacto Europeo por el clima, activista y experta en derecho medioambiental, en muchos lugares del planeta podemos constatar que el invierno ya no es tan frío como era y que el verano cada vez viene acompañado de temperaturas más extremas. El calentamiento global ha empujado a la industria de la moda a adaptarse, tanto en los diseños como en la manera de producir.

Prendas fruto del calentamiento global
Prendas de verano de la firma Sumissura

El verano de 2024 se convertía, según la red de monitorización por satélite Servicio de Cambio Climático de Copernicus, en el más caluroso a nivel mundial desde que se tienen registros. Esta es una de las aristas del cambio climático que, poco a poco, está cambiando nuestro estilo de vida. Uno de los resultados es que estamos cambiando la forma en la que consumimos la ropa y eso trae como consecuencia que las empresas estén transformando su forma de producir.

Las temperaturas cada vez son más altas y eso está produciendo que las temporadas tradicionales en el sector de la moda de primavera-verano y otoño-invierno estén perdiendo su sentido. Los periodos de entretiempo son cada vez más cortos y estamos empezando a vivir en épocas en las que solo vivimos unos meses de frío y otros de calor extremo. «Estas temporadas podrían perder sentido cuando los climas cambian de forma impredecible», explica la experta.

Cambios de tejidos y diseños

Los cambios en las temperaturas no solo están afectando a nuestra demanda de ropa, también está teniendo sus consecuencias a la hora de producir. El calor extremo produce el encarecimiento de algunas materias primas básicas para fabricar prendas lo que se nota en los precios que nos encontramos finalmente en las tiendas. Una de los tejidos que más están sufriendo el cambio climático es el algodón. Se trata de una materia que es muy vulnerable a las sequías y las temperaturas extremas. El nuevo clima afecta a su coste y a su disponibilidad, por lo que se buscan alternativas que puedan encajar mejor en el nuevo mercado.

El algodón es uno de los materiales más vulnerables ante el calentamiento global. (Fuente: Freepik)
El algodón es uno de los materiales más vulnerables ante el calentamiento global. (Fuente: Freepik)

Si nos fijamos en la evolución de los tejidos, también podemos comprobar cómo el cambio de clima está afectando a las nuevas colecciones. Ahora hay una mayor predisposición a fabricar prendas ligeras y versátiles ya que son las más solicitadas. Por el contrario, las prendas diseñadas para resistir a los climas más fríos están viendo como su demanda baja rápidamente en aquellos lugares más afectados.

Las colecciones del futuro

El resultado, a nivel estético, podría girar hacia una moda más funcional y atemporal. Las colecciones se irán desvinculando de las estaciones y de las microtendencias más pasajeras. Esto significaría un cambio radical en el actual modelo de mercado en el que las tendencias que duran dos o tres semanas están a la orden del día apoyadas por plataformas como TikTok capaces de viralizar en cuestión de horas un producto.

«Esto tiene el potencial de reducir el consumo impulsivo y promover una moda más consciente y sostenible», explica Tomé. Según la experta, el consumo de prendas en el futuro va a estar más centrado «en la durabilidad y en adaptarse a la variedad de condiciones». Este camino puede ayudar, en parte, a realizar un consumo más sostenible.

La nueva consumidora prefiere prendas atemporales y versátiles. (Fuente: Freepik/Tirachardz)
La nueva consumidora prefiere prendas atemporales y versátiles. (Fuente: Freepik/Tirachardz)

Otra de las opciones que veremos cada vez de forma más habitual serán las prendas adaptadas a diferentes climas como pantalones o chaquetas desmontables o tejidos técnicos que regulen la temperatura corporal o dejen transpirar el sudor.

Una nueva sostenibilidad

Para estar al día en este nuevo futuro, las empresas tendrán que hacer un mayor esfuerzo para ser reconocidas como sostenibles. «Cambiar el envoltorio por uno biodegradable o de papel ya no es suficiente, ni tampoco hacer una colección de quince prendas de poliéster reciclado. Esa sostenibilidad superficial de hoy en día no basta», indica la experta. Su opinión apuesta por un cambio verdaderamente sistémico y estructural dentro de las empresas de moda que quieran sobrevivir.

Realizar productos de manera artesanal apoya la sostenibilidad del sistema. (Fuente: Freepik)
Realizar productos de manera artesanal apoya la sostenibilidad del sistema. (Fuente: Freepik)

Con temperaturas cada vez más elevadas, la sostenibilidad es una asignatura pendiente para las empresas de moda. Pasará a ser un requisito obligatorio basado en regulaciones oficiales como la Estrategia para textiles sostenibles y regulares o el Reglamento de ecodiseño para productos sostenibles que actualmente tenemos en la Unión Europea.

Implementar todos estos cambios requiere tiempo, recursos y un replanteamiento del modelo de negocio que puede que no resulte rentable a corto plazo. «Especialmente para marcas de moda rápida que se benefician de producir grandes volúmenes a bajo costo», añade Tomé, para quien el papel como consumidores también adquiere un peso esencial.

El papel del consumidor

El cambio obligado por el calentamiento global se nota desde el primer momento de la producción de una prenda de ropa. Arranca en la elección misma de los materiales donde el giro debe de ser drástico ya que actualmente la mayoría de las prendas que consumimos provienen de combustibles fósiles. El poliéster es uno de los mayores exponentes.

Evitar comprar en cadenas de moda rápida es alguno de los consejos que sugiere la experta.  Aunque los consumidores no tienen toda la responsabilidad en esta tarea, si que juegan un papel importante en el juego. «De alguna manera, cada vez que compramos estamos emitiendo un voto hacia las prácticas y valores de las empresas», explica Tomé.

Antes de comprar debemos de pensar en el futuro que vamos a ofrecer a esa ropa. (Fuente: Freepik)
Antes de comprar debemos de pensar en el futuro que vamos a ofrecer a esa ropa. (Fuente: Freepik)

Es importante tener en cuenta que hay que ser conscientes cada vez que hagamos una compra. Antes de pasar por caja debemos de preguntarnos si realmente necesitamos esa prenda, así como otras cuestiones como de dónde procede la prenda o cuánto uso la vamos a dar después. «Se trata de ser conscientes del proceso ambiental  que producen unos vaqueros hasta que llegan al armario para ponértelos solo dos veces», agrega la experta.

El último paso de una prenda también pasa por esta nueva realidad ya que el reciclaje adquirirá una dimensión mucho mayor de la actual. No es difícil porque hoy día solo reciclamos el 1% de la ropa que se fabrica. Hay otras soluciones como comprar prendas de segunda mano, reutilizar prendas de amigos, padres o abuelos o normalizar el repetir ropa de manera más habitual. Estas fórmulas despertarán además nuestra creatividad dando como resultados estilismos más personales que se escapan de las microtendencias que nos impone la sociedad.

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