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Diego Rueda, 'booker' en moda: «La clave es el instinto y saber leer personas»

Descubrir tu verdadera vocación no es fácil, pero cuando lo logras, todo cobra auténtico sentido

Diego Rueda, ‘booker’ en moda: «La clave es el instinto y saber leer personas»

Diego Rueda | The Objective

Empezó organizando desfiles en campamentos escolares y terminó fundando su propia agencia de modelos masculinos, Dear Society Model Management, con apenas 23 años. Diego Rueda, booker y director de talento, no solo representa a modelos, también transforma sus trayectorias con una visión humana y estratégica. En un sector tan competitivo como el de la moda, su apuesta va más allá de las métricas: se basa en el instinto, en leer a las personas y en anticiparse a lo que aún no se ve. En esta entrevista con THE OBJECTIVE, conversamos con él sobre vocación, visión, la evolución de la industria y los desafíos de trabajar con lo intangible: el potencial.

PREGUNTA. – Tu primer acercamiento al mundo del modelaje fue muy joven. ¿Qué recuerdas de esa primera experiencia y qué hizo que te enamoraras de este mundo?

RESPUESTA. – Siempre digo que todo empezó en sexto de primaria. Nos fuimos de campamento con el colegio y los monitores nos pidieron organizar una actividad. A mí se me ocurrió montar un desfile. Llamé a dos compañeras, que no eran modelos ni nada, y empezamos a jugar. Ahí me di cuenta de que me gustaba meterme en líos, en “saraos”. Me atraía el espectáculo, la estética, la moda. Luego empecé a ver anuncios en televisión, a fijarme en campañas como las de Charlize Theron… También me influyó mucho la cultura pop: era el raro de mi generación, mientras otros escuchaban reggeton yo estaba con Madonna y Lady Gaga. A los 19 años ya sabía que quería dedicarme a esto, empecé como redactor y acabé metido de lleno en eventos y PR, que es lo que más me apasiona.

P.-¿Y tu formación? ¿Cómo se cruza lo académico con tu experiencia?

R.- Me saqué la carrera con veintipico años. Estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero yo ya estaba trabajando desde mucho antes. No creo que necesites un título para entrar en este mundo, lo importante son los contactos, las tablas y saber moverte.

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P.-¿Por qué decidiste no seguir el camino del modelaje y convertirte en booker?

R.- Porque vi cosas que no me gustaban. En España, muchas veces se trata al modelo como un número, como si fueran ganado. Y no. Son personas, sienten, padecen, tienen inseguridades. Si queremos que sus carreras sean largas, hay que cuidarles, no exigirles cambios físicos sin tacto ni empatía. Me di cuenta de que lo que quería era estar en la parte invisible, la que realmente mueve los hilos: la figura del booker. Ahí encontré mi sitio.

«La moda me salvó. Es mi forma de vida»

P.-¿Qué significa para ti la moda más allá de pasarelas y campañas?

R.- Para mí es todo. Me salvó en la adolescencia. En el instituto no tenía muchos amigos, pero esperaba cada mes la nueva edición de Vogue como si fuera un regalo. Me gusta porque es cambiante, porque me permite expresarme sin tener que hablar. No sigo tendencias ni estilos, yo fluyo. Y eso me da libertad.

«Ser ‘booker’ es ver lo que otros aún no ven»

P.-¿En qué momento descubriste tu vocación como director de talento?

R.- No fue de golpe. Fue algo que se fue despertando. Yo empecé como redactor, luego como estilista, toqué muchas ramas hasta que me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era encontrar talento donde nadie lo había visto antes. Veo una cara y a veces mi equipo me dice que no lo ve… les pido que me den un mes. Le cambio el pelo, la actitud, la energía, y lo tenemos. Es una intuición, una visión. Y se entrena, claro, pero también nace contigo.

@saraduque_____

En la moda, un booker es el enlace esencial entre modelos, marcas y proyectos. Diego Rueda comparte cómo transformó esa labor en su propia agencia. #booker #modelo #moda

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“Fundar mi agencia fue una locura… pero la mejor decisión de mi vida”

P.-¿Cómo fue dar el salto y montar tu propia agencia?

R.- En 2022, con 23 años. Sentía que no quería pasarme la vida trabajando para otros. Tenía ambición, sí, pero también una idea muy clara: quería una agencia de hombres. Me dijeron que estaba loco, que no tenía sentido en un mercado dominado por mujeres. Pero yo sabía que el nicho estaba creciendo. Y preferí arriesgarme a hacer algo diferente, aunque me estrellara. Tres años después, aquí estamos, y la satisfacción de ver cómo hemos crecido no me la quita nadie.

P.- ¿Quién estuvo a tu lado en ese proceso?

R.- Mis padres. Siempre han creído en mí. Me han apoyado en todo. Cuando ven cómo funciona la agencia, cómo se mueve el equipo, los modelos… mi madre alucina. Están orgullosos y eso para mí lo es todo.

“Aquí no hay jefes, hay equipo”

P.-¿Cómo es tu día a día como booker? Desde fuera parece glamuroso, pero imaginamos que hay mucha carga invisible.

R.- Muchísima. Me levanto a las seis de la mañana y ya estoy con el ordenador encendido. Planifico, respondo mails, organizo la semana. La gente ve el resultado final: los eventos, las producciones. Pero no ve las horas de oficina, los “no” que recibimos, la presión constante. Representar modelos es competir cada día a nivel nacional y europeo. Y cuando un modelo no entra en ningún casting, el golpe es para él, pero también para mí. Es una profesión dura, muy emocional también.

P.-¿Qué diferencia a Boutique Modelos de otras agencias?

R.-Somos muy selectivos. Prefiero tener 30 modelos bien representados que 100 parados. Aquí no hay banquillo. Cada talento es único y se trabaja su carrera con mimo. Por eso somos una agencia boutique. Lo nuestro no es volumen, es calidad y trato humano.

P.-¿Cómo cultivas la calidad humana dentro de un sector tan competitivo?

R.- Escuchando, acompañando, entendiendo que trabajo con personas muy jóvenes a las que hay que educar rápido en el mundo de la moda, porque esta industria es dura y bastante injusta a veces. Yo siempre les digo que no soy su jefe, soy su representante. Si tú ganas, yo gano. Nos necesitamos. Hay días duros, claro, y tengo que ponerme firme. Pero también acabamos sesiones y nos vamos a tomar algo juntos. Y eso crea vínculos de verdad. Cuando te llaman después de una campaña solo para contarte cómo les ha ido, sabes que estás haciendo las cosas bien.

«El booker es el gran olvidado de la moda. Pero sin él, nada sucede»

P.- ¿Qué le dirías a alguien que quiera ser booker?

R.-Que se lo piense. Es un mundo estresante, muy exigente. Vas a estar pegado al teléfono 24/7, atendiendo a clientes, modelos, marcas. Y muchas veces no vas a salir en la foto. Es una figura muy invisible, pero esencial. Sin el booker no hay campaña, no hay carrera, no hay estrategia. No todo el mundo sirve para esto, y hay que saber dejar el ego fuera.

P.- ¿Y qué hay que estudiar?

R.- No hay un único camino. Yo hice primero Turismo, luego Publicidad y RRPP. Pero esto va más de instinto, de estrategia, de saber leer personas y de lanzarte aunque no haya red. Y cuanto más completo seas, mejor. Haber tocado todos los palos te da una visión brutal del sector.


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