Qué ha pasado con Anna Wintour y por qué deja la dirección de 'Vogue'
El sucesor deberá equilibrar tradición e innovación para mantener un legado de casi cuatro décadas en el periodismo de moda

Anna Wintour | Redes sociales
Anna Wintour, la figura icónica que ha definido el rumbo de la industria editorial de la moda durante casi cuatro décadas, ha anunciado que dejará su puesto como directora de la edición estadounidense de Vogue tras 37 años al frente. Anna Wintour confirmó su renuncia el pasado jueves 26 de junio en una reunión interna con el equipo de la revista, según informaron ella misma y medios especializados como Women’s Wear Daily.
Wintour asumió la dirección de Vogue en 1988, y desde entonces impuso una visión que rompió moldes, mezclando celebridades, cultura pop y moda de alta costura. Entre sus portadas más emblemáticas destacan la de Madonna en bañador en 1989, la inclusión de hombres como Richard Gere junto a Cindy Crawford en 1992, y la controversial portada con Kim Kardashian y Kanye West en 2014. Bajo su liderazgo, Vogue se convirtió en mucho más que una revista: pasó a ser una plataforma cultural con influencia global.
Cambio estratégico, no retiro
Pese a que deja el cargo operativo más visible, Wintour no se retira de la industria. Según un comunicado oficial publicado en la cuenta de Instagram de Vogue, Anna Wintour está cambiando su enfoque dentro de Condé Nast, pero seguirá siendo directora de contenidos de la compañía y directora editorial global de Vogue. En sus propias palabras, «Cualquiera que trabaje en un campo creativo sabe lo esencial que es no dejar nunca de crecer en su trabajo». Añadió que ahora lo que más le satisface es «ayudar a la nueva generación de editores apasionados a irrumpir con sus propias ideas».

Se mantendrá también como directora global de contenidos de Condé Nast, salvo en el caso de The New Yorker, y continuará dirigiendo la Met Gala y los eventos Vogue World, su gran apuesta de los últimos años. La decisión forma parte de una estrategia para alinear las ediciones internacionales de la revista bajo una estructura común.
Una figura tan admirada como temida
Wintour ha sido objeto de admiración y crítica a partes iguales. Su figura inspiró el personaje de Miranda Priestly en El diablo viste de Prada, una jefa exigente y distante que se ha convertido en símbolo del poder en la moda. No obstante, colegas y diseñadores han reconocido su visión y su capacidad para detectar talento emergente. Su estilo inconfundible, melena geométrica y gafas oscuras, es parte de su leyenda, pero también de su estrategia de control de la imagen pública.
Desde 2020, Wintour ha impulsado una transformación en la cultura editorial de Condé Nast, promoviendo valores de diversidad, equidad e inclusión. Apostó por la contratación de editores racializados, diseñadores negros en portadas y cambios estructurales dentro de la empresa. Aunque al principio muchos recibieron estos movimientos con escepticismo, ellos marcaron una evolución en su liderazgo y consolidaron su voluntad de adaptarse a los nuevos tiempos.
El legado permanece
El adiós de Anna Wintour como directora de Vogue US marca el fin de una era, pero sobre todo el inicio de un nuevo capítulo para la publicación más influyente del periodismo de moda estadounidense. Su legado no solo reside en la estética que impuso o en la agenda cultural que promovió, sino en la capacidad de convertir a Vogue en un referente global con impacto más allá de las páginas impresas. Por eso, aunque ya no estará al mando día a día, su visión seguirá guiando las grandes decisiones y proyectos que definan el futuro de la marca.
En este momento crucial, el próximo líder de la edición estadounidense enfrenta un reto complejo y exigente: continuar renovando el contenido sin perder la sofisticación y el prestigio que tanto caracteriza a la revista. Se espera que la persona que tome el relevo tenga la habilidad de interpretar no solo las tendencias de moda, sino también las transformaciones sociales y culturales que están redefiniendo al público lector, especialmente en un entorno digital que demanda formatos y narrativas más ágiles y auténticas.