Pilar Dalbat, diseñadora española: «La identidad granadina no limita, potencia»
En un mundo donde la moda efímera convive, diseñadoras como Pilar marcan la diferencia entre lo artesanal y lo pasajero

Pilar Dalbat | Cedida
Granada late en cada puntada, en cada tejido y en cada gesto que se transforma en moda. Pilar Dalbat rinde homenaje al acerbo más puro de su ciudad, la Zambra, tradición enraizada en el folclore granadino y uno de los palos más emblemáticos del flamenco, reinterpretada desde su universo contemporáneo. En la primera jornada de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la diseñadora reconvirtió su espacio emblemático, el COAM, en la Zambra de María la Canastera, creando un diálogo entre tradición, arquitectura y cultura.
Apodada “la granadina” y tras haber sido la primera diseñadora española en desfilar en la nieve de Sierra Nevada, Dalbat utiliza la moda como vehículo para abrir el universo cultural de Granada al mundo, siempre inspirada por la artesanía y la figura de la mujer. En esta colección presenta, por primera vez, una línea de joyería junto a la artesana María Soto, mientras las prendas reinterpretan la silueta y el gesto de la danza flamenca a través de volúmenes contemporáneos, tejidos nobles y bordados minimalistas. Con más de dos décadas llevando la esencia de Granada más allá de sus fronteras, Dalbat demuestra que la identidad local no limita, sino que potencia la visibilidad global de su marca. Desde THE OBJECTIVE hemos querido profundizar en este enfoque y conocer de primera mano cómo traduce la tradición y la cultura granadina a la moda contemporánea, y para ello mantuvimos una charla con la diseñadora.
«La moda es un medio de expresión artística y social»
PREGUNTA.- ¿Qué significa para ti reinterpretar una tradición tan enraizada en Granada como la zambra desde un lenguaje contemporáneo de moda?
RESPUESTA.- Reinterpretar una tradición tan enraizada es para mí un acto de resignificación cultural y diálogo entre pasado y presente. Hemos tomado los elementos de una manifestación artística y festiva profundamente ligada a la identidad granadina y hemos traducido sus raíces moriscas y flamencas sin perder su esencia, pero actualizándolos para que dialoguen con el público contemporáneo y con el contexto de la moda internacional.
El objetivo era respetar la esencia de la zambra, su música, movimiento, estética y simbolismo, pero alejándonos del folclore literal. Transformar códigos tradicionales como los volantes, los tejidos, los colores o las siluetas asociadas al baile en elementos de diseño con un enfoque moderno y conceptual ha sido un ejercicio maravilloso. Además, “Zambra” reivindica la cultura local desde una visión global, mostrando cómo una tradición granadina puede tener eco y relevancia en una pasarela. La moda es un medio de expresión artística y social, donde historia y contemporaneidad se encuentran en nuestras colecciones temporada tras temporada. Reinterpretar la zambra no ha sido solo una cuestión estética, sino un acto de creación con conciencia cultural, que busca preservar la memoria desde la innovación y ofrecer una visión renovada de la identidad granadina.
P.- En un país con tanta riqueza cultural como España, ¿cómo es el proceso de trasladar ese patrimonio al diseño de una colección sin caer en el folclorismo?
R.- Llevamos décadas reinterpretando el patrimonio en todas sus formas. La zambra es patrimonio cultural inmaterial, y esta colección ha sido un reto: hemos dado una nueva lectura al poderoso lenguaje visual del flamenco a través de un proceso de reinterpretación contemporánea, evitando la reproducción literal. Conozco bien el contexto histórico, social y emocional de la zambra, su vínculo con la comunidad gitana, la transmisión oral y la relación con el territorio. Esto me ha permitido extraer códigos y símbolos que van más allá del “traje típico”. En lugar de trasladar directamente los elementos tradicionales, los hemos deconstruido. Trabajamos el bordado del clásico refajo o transformamos la caída de una falda de baile en un patrón innovador.
P.- Tu desfile convierte el COAM en la Zambra de María la Canastera, ¿qué retos y qué libertades implica transformar un espacio en un universo cultural propio?
R.- Transformar el COAM en la Zambra de María la Canastera ha supuesto un ejercicio de escenografía cultural con retos importantes, sobre todo porque llevamos muchos años presentando en la que ya es nuestra casa. Al mismo tiempo, el COAM nos otorga libertades creativas muy potentes, es un lugar de arquitectura. El desafío estaba en crear una atmósfera que evocase la esencia de la zambra sin vaciarla de significado ni caer en la caricatura.

Desfile Pilar Dalbat Zambra
La zambra nace en un espacio íntimo, la cueva, con su acústica y proximidad física. Reproducir esa intimidad en un lugar como el COAM, amplio, urbano y neutral, es todo un reto. Pero la moda tiene una capacidad infinita para recrear y generar sensaciones que pueden ser idénticas en ambos espacios. Eso es lo que buscábamos y creo que lo hemos conseguido, no solo con la colección, sino también con la música, la coreografía y la regiduría.
«Hay mayor previsión y estandarización en la producción, pero a veces menos espacio para lo emocional y lo local»
P.- Has trabajado tanto dentro como fuera de España, ¿qué particularidades encuentras en el ecosistema de la moda española a la hora de producir y presentar un desfile?
R.- En Andalucía hay un enorme valor en la tradición textil y artesanal, lo que nos da a los diseñadores un acceso privilegiado a oficios de gran calidad y a talleres de proximidad. Trabajé muchos años en París y, en general, fuera de España, el ecosistema suele estar más profesionalizado en producción, logística, sponsors y medios especializados. Hay mayor previsión y estandarización en la producción, pero a veces menos espacio para lo emocional y lo local. En España, los desfiles están más conectados con la identidad cultural y con el territorio, lo que aporta una diferenciación única en un mercado global en el que cada vez se valora más la identidad.

P.- La colección apuesta por talleres locales y materiales reciclados, ¿cómo conviven en tu trabajo la sostenibilidad, la artesanía y la proyección internacional?
R.- Llevamos décadas apostando por la producción local y la colaboración con artesanos, pero también incorporamos técnicas modernas de confección y acabados. Esa tensión entre tradición y contemporaneidad nos permite mantener la raíz cultural proponiendo colecciones muy deseadas a nivel internacional. Respecto a la sostenibilidad, siempre hago hincapié en el hecho de que las marcas de moda de autor, por el modelo de negocio que tenemos, somos intrínsecamente sostenibles; la pequeña escala es una de las claves.

P.- Es tu primera colaboración en joyería con María Soto, ¿qué te ha aportado trabajar con otra artesanía en tu colección?
R.- Ha sido una experiencia maravillosa, nos entendimos desde el principio y el resultado está ahí. Son piezas que parten de un boceto, en concreto le envié varias ideas de una chumbera deconstruida, y ella ha hecho una lectura y un trabajo impresionante. Los pendientes, peinas, brazaletes y peinetas en oro rosa, cobre vitrificado y esmalte son espectaculares, y ya estamos viendo cómo y dónde introducirlas en el mercado para que tengan el posicionamiento perfecto y respondan a la demanda que ya existe. Son una joya.
«Para mí Granada es raíz y motor»
P.- Granada es tu raíz y tu sello, ¿qué papel juega la identidad local a la hora de situar a tu marca en un escaparate internacional?
R.- Para mí Granada es raíz y motor. No solo alimenta mi creatividad, sino que posiciona la marca como una propuesta con alma y territorio, capaz de dialogar con lo global sin perder la singularidad. A diferencia de lo que piensan algunos, la identidad local no limita, sino que potencia la visibilidad en el exterior.