El turrón: «Mientras más almendra menos azúcar tiene», según Luis Zamora
Se recomienda consumir los turrones tradicionales frente a las nuevas versiones, cargadas de azúcar y grasas saturadas
El turrón, un dulce emblemático de la tradición española, especialmente ligado a las festividades navideñas, es una delicia que conquista paladares generación tras generación. Elaborado a base de miel, azúcar y almendras, este manjar ofrece una amplia variedad de texturas y sabores, desde el crujiente turrón de Alicante hasta el suave y cremoso de Jijona.
Su versatilidad lo ha convertido en un producto gourmet apreciado en todo el mundo, adaptándose a nuevos ingredientes y presentaciones sin perder su esencia.
¿De dónde viene el turrón?
Aunque sus raíces se pierden en la antigüedad, con posibles conexiones con antiguas civilizaciones que combinaban frutos secos y miel, la teoría más aceptada apunta a la influencia árabe en la Península Ibérica.
Los árabes introdujeron la costumbre de mezclar frutos secos con miel y azúcar, sentando las bases para lo que conocemos hoy como turrón. Con el tiempo, esta tradición se desarrolló y perfeccionó en España, especialmente en las regiones de Alicante y Jijona, donde se elaboraban los primeros turrones similares a los actuales.
La combinación de ingredientes de calidad, un clima favorable y un proceso artesanal transmitido de generación en generación han consolidado al turrón como un dulce emblemático de la gastronomía española.
¿Es sano?
Según el nutricionista Luis Zamora, aunque el turrón es un dulce navideño muy apreciado, es importante consumirlo con moderación. Sin embargo, destaca que este dulce tradicional, gracias a su principal ingrediente, la almendra, aporta valiosos nutrientes a nuestra dieta.
Es una fuente de proteínas de alta calidad, ácidos grasos saludables como el omega 6, y un amplio abanico de vitaminas y minerales, entre los que destacan la vitamina A, E, del grupo B, hierro, magnesio y potasio.
Luis Zamora desmonta el mito de que las Navidades son sinónimo de excesos. Según el experto, podemos disfrutar del turrón sin perjudicar nuestra salud si elegimos correctamente. «Cuanto más almendra, menos azúcar», afirma Zamora, quien recomienda los turrones tradicionales frente a las nuevas versiones, muchas veces cargadas de azúcar y grasas saturadas. Un ejemplo claro es el de tarta de queso, que puede superar las 600 calorías por cada 100 gramos.
Almendra: el ingrediente estrella
La almendra es el alma del turrón. Para disfrutar de un sabor auténtico y una textura inigualable, elige un turrón de calidad suprema, que contiene al menos un 60% de almendra. Como nos explica Luis Zamora, «la cantidad de almendra marca la diferencia». Evita los que tienen rellenos artificiales o sabores extraños y apuesta por la calidad.
¿Cuál es la verdadera receta?
La elaboración del turrón es un proceso artesanal que requiere tiempo y paciencia. Los ingredientes principales son las almendras, el azúcar y la miel, aunque también se pueden añadir otros elementos como la clara de huevo o las frutas. El proceso incluye:
- Tostado de las almendras: para realzar su sabor y aroma.
- Cocción de la miel y el azúcar: se crea un almíbar que se mezcla con las almendras.
- Amasado: hasta obtener la textura deseada.
- Moldeado: se vierte en moldes y se deja enfriar.