La presión que sienten tantos hombres en la cama: cuando el sexo no va tan bien como debe
Cada vez más hombres están preocupados por su desempeño sexual, lo que les mete en un círculo vicioso

Un hombre que lo está pasando mal
Hablar de sexo suele ser sinónimo de placer, diversión y conexión, pero para muchos hombres, la experiencia puede estar repleta de ansiedad, presión y miedo al fracaso. En lugar de disfrutar el momento, se sienten atrapados en una especie de examen constante, donde cada encuentro sexual parece ser una prueba que deben aprobar para sentirse validados, deseables o suficientes. Esta presión puede transformar algo natural y placentero en una fuente de angustia profunda.
La raíz del problema muchas veces no está en el cuerpo, sino en la mente. Las expectativas irreales impuestas por la cultura, el porno y los mitos sobre la masculinidad generan un peso que no debería existir en la intimidad. «Muchos hombres experimentan esta presión porque sienten que cada encuentro sexual es una especie de examen que deben aprobar para no ser juzgados o rechazados», asegura la sexóloga Ana Lombardía.
«Veo frecuentemente a hombres preocupados porque sienten que tienen que estar a la altura siempre en el sexo»

«Vivimos en una sociedad donde el sexo se idealiza constantemente. La televisión, el porno y las redes sociales muchas veces ofrecen una imagen irreal y distorsionada de cómo debería ser un encuentro sexual. Esta imagen genera expectativas irreales que, cuando no se cumplen, llevan a la frustración y a la presión excesiva, especialmente en los hombres», detalla la experta, que cuenta que en su consulta ve «frecuentemente a hombres preocupados porque sienten que tienen que estar a la altura siempre. La presión es tal que si no logran mantener la erección, o si eyaculan antes de lo que desean, creen que su pareja los va a rechazar, que ya nunca nadie los va a desear, y esto les causa una enorme angustia».
Esta es una inquietud que muchos hombres tienen presente de forma constante. Y aunque es verdad que enfrentar una dificultad como la disfunción eréctil o la eyaculación precoz puede ser frustrante o incómodo, eso no define tu valor ni te hace menos deseable, atractivo o capaz en el plano sexual.
«Sin embargo, muchas veces esta sensación va más allá del simple temor momentáneo y se convierte en una angustia existencial. He escuchado con frecuencia en consulta frases como ‘si no lo soluciono, voy a acabar solo’, ‘ninguna mujer va a querer estar conmigo’, o incluso ‘todo el mundo se va a enterar de que no soy lo suficientemente hombre’. Esta percepción errónea genera una ansiedad tan fuerte que, paradójicamente, dificulta aún más mantener una erección o controlar la eyaculación, creando así un círculo vicioso difícil de romper», detalla Lombardía.
Cómo afecta esta presión a la vida del hombre
«Esta presión no solo afecta a tu vida sexual, sino que también puede extenderse a otros ámbitos de tu vida cotidiana. Puede generar problemas de autoestima, inseguridades profundas y estrés constante, llegando incluso a afectar tus relaciones personales, laborales y sociales. Cuando sientes que tu valor como persona depende únicamente del rendimiento sexual, estás poniendo toda tu autoestima en manos de algo muy variable y circunstancial. Es normal que entonces cualquier problema en este ámbito te genere un bloqueo tan grande que empiece a limitarte», apunta la sexóloga.
¿Y qué se puede hacer?

La experta asegura que es importante «entender que el sexo no debería ser un examen constante ni una prueba que tienes que superar cada vez. Es esencial reeducar tu forma de ver el sexo: no como un acto de rendimiento, sino como una experiencia para disfrutar, conectar y compartir placer con la otra persona. Es importante también aprender a gestionar la ansiedad, porque cuando te encuentras relajado y confiado, es mucho más probable que la erección y la eyaculación ocurran de forma natural y satisfactoria».
Asimismo, es vital «reducir la presión es tener una comunicación abierta con tu pareja. Explicarle cómo te sientes y qué te preocupa puede ayudar mucho. Descubrirás que la mayoría de las veces tu pareja no tiene unas expectativas tan exigentes como las que tú mismo te has impuesto. Además, esto fomentará un ambiente más relajado y cómodo en los encuentros sexuales. Recuerda, una pareja adecuada te apoyará y entenderá perfectamente tus preocupaciones, ayudándote a gestionar mejor esta situación».
Qué hacer (al margen del sexo) si la cosa no mejora
Si esta presión está afectando seriamente su vida sexual o emocional, es importante saber que no tiene que lidiar con ello solo. Acudir a un especialista en sexología puede ser de gran ayuda para recuperar la seguridad, el disfrute y la conexión en sus relaciones íntimas.
En consulta, se trabajan herramientas prácticas para manejar la ansiedad, mejorar la erección o controlar la eyaculación, además de revisar esas ideas que hacen que el sexo se viva como una prueba constante. Con el acompañamiento adecuado, superar esta etapa puede ser mucho más fácil de lo que se imagina.
Así que, como ves, no estás solo en esto. «La próxima vez que te preguntes ¿por qué siento tanta presión en el sexo?, recuerda que el sexo debe ser una fuente de placer y diversión, no una prueba que debes superar para demostrar tu valía. Liberarte de esa presión te permitirá tener encuentros sexuales mucho más relajados, auténticos y, sobre todo, placenteros».