Baeza: la ciudad que debes visitar este mes por su increíble catedral y gastronomía
En el Renacimiento, la ciudad alcanzó su máximo apogeo dejando un patrimonio arquitectónico de gran valor
Baeza, Jaén. | Sitios de España
Baeza, joya de la provincia de Jaén, es un viaje en el tiempo que nos transporta a épocas de esplendor y riqueza cultural. Sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos, pero fue durante el Renacimiento cuando la ciudad alcanzó su máximo apogeo, dejando un legado arquitectónico de incalculable valor. Iglesias, palacios y casas señoriales se erigen como testigos mudos de un pasado glorioso, convirtiendo a Baeza en un museo al aire libre donde la historia se palpa en cada rincón.
Baeza, un poema esculpido en piedra, nos susurra historias de siglos pasados. En cada rincón, una melodía medieval se entrelaza con ecos árabes, creando una sinfonía cultural única. Palacios y fuentes, iglesias y conventos, se erigen como testigos silenciosos de un pasado glorioso. Bajo un cielo bañado de luz, esta ciudad Patrimonio de la Humanidad nos invita a un festín de sentidos: arquitectura majestuosa, artesanía exquisita y sabores auténticos que deleitan el paladar.
¿Cómo es el casco antiguo?
El casco antiguo de Baeza es un laberinto de callejuelas empedradas que susurran historias de siglos pasados. Cada rincón, cada esquina, parece guardar un secreto. Más allá de sus sinuosas vías, son las plazas, auténticos salones al aire libre, las que concentran la vida y el alma de la ciudad.
La Plaza del Pópulo, corazón palpitante de Baeza, es un claro ejemplo. Dominada por la Fuente de los Leones, una joya renacentista que nos transporta a la antigua Cástulo, la plaza se convierte en un escenario donde se entrelazan historia, arte y leyenda. Los edificios que la rodean, testigos mudos de un pasado glorioso, nos invitan a sumergirnos en la atmósfera única de esta ciudad patrimonio de la humanidad.
La Plaza de Santa María, corazón palpitante de Baeza, se revela a los ojos del visitante como un espacio amplio y señorial. En su centro, la Fuente de Santa María, erigida en el siglo XVI, es testigo mudo del fluir de la vida y del paso del tiempo. A su alrededor, edificios emblemáticos como el antiguo Seminario de San Felipe Neri, hoy sede de la Universidad Internacional de Andalucía, hablan de un pasado glorioso y de un presente vibrante.
Las fachadas de esta institución educativa conservan aún las huellas de la alegría estudiantil, con los vítores de los futuros sacerdotes inscritos en letras de sangre en sus muros, un testimonio elocuente de una época dorada.
¿Qué hizo Antonio Machado en Baeza?
La figura de Antonio Machado está profundamente arraigada en la identidad de Baeza. El poeta sevillano, tras la trágica pérdida de su esposa, llegó a esta ciudad en busca de un nuevo comienzo. A pesar de sus reticencias iniciales, Baeza acabó cautivándolo y se convirtió en una fuente de inspiración para su obra.
La Antigua Universidad, donde Machado ejerció como profesor, es un lugar de gran valor histórico y cultural. El aula donde impartía clases, con su mobiliario original, es un auténtico museo que nos permite acercarnos a la vida cotidiana del poeta. Junto a la universidad, la Capilla Universitaria de San Juan Evangelista completa un conjunto arquitectónico de gran belleza.
Desde la Puerta de Úbeda, un portal que parece abrirse a un cuento medieval, se desvela un panorama que cautivó al mismísimo Antonio Machado. El Paseo que lleva su nombre se extiende como un manto verde hacia el Valle del Guadalquivir, inspirando versos y reflexiones.
Los pasos del poeta aún resuenan en estas calles, desde la rebotica de Almazán, donde se forjaron amistades y se tejieron sueños, hasta su antigua residencia. Incluso las murallas y la calle San Pablo guardan su memoria, con esculturas que parecen susurrar sus versos al viento.
¿Dónde está el Paseo de la Constitución?
El Paseo de la Constitución es el latido de Baeza. Esta larga plaza, abrazada por edificios porticados que susurran historias de siglos pasados, era antaño el bullicioso epicentro del mercado. Hoy, sigue siendo el alma de la ciudad, un lugar donde el tiempo parece detenerse. La Fuente del Triunfo, con su aire barroco, y la Fuente de la Estrella, testigo de revoluciones, conviven en armonía con el elegante quiosco de la música, creando una sinfonía visual que deleita los sentidos.
Bajo los soportales, el aroma del café recién hecho se mezcla con el de los platos tradicionales que salen de las cocinas de los bares y restaurantes. La Taberna el Pájaro, con su ambiente acogedor, es un imprescindible para los amantes del buen comer. Allí, la liga se convierte en un ritual, una excusa perfecta para disfrutar de manjares como el lomo de orza o las alcachofas al estilo de la casa, maridados con un vino de la tierra.
Mejores restaurantes en Baeza
En el corazón de Baeza, la oferta gastronómica es tan rica y variada como su historia. La taberna Ajedrea, con su aire moderno y atrevido, nos sorprende con propuestas como el taco de mole o el steak tartar, pero sin olvidar los clásicos como el bacalao a la baezana. Un poco más adelante, Mama Juana nos invita a un viaje culinario vanguardista con platos como el ochío de morcilla reinventado o su original magnum de paté.
Saliendo de los soportales, el restaurante Vandelvira, bajo la dirección del talentoso Juan Carlos García, nos deleita con una propuesta gastronómica de alta cocina. Su menú degustación, maridado a la perfección, es una experiencia única, especialmente si se disfruta en la barra, con el bullicio de la cocina como telón de fondo. Este rincón gastronómico se encuentra en un enclave privilegiado, junto a la Capilla de los Benavides y el Mercado de Abastos, que promete convertirse en un referente gastronómico de la ciudad.
Dulces típicos de Baeza
Si buscas un desayuno de auténtico lujo en Baeza, no puedes perderte la Pastelería Martínez. Fina y Pepe, con su maestría artesana, crean dulces que son una auténtica tentación para el paladar. Pero si prefieres un ambiente más clásico, la Pastelería Cafetería Virolo te espera con sus dulces míticos, esos que se deshacen en la boca con cada bocado.
Y para llevar, nada mejor que los rosquillos de vino o las magdalenas de las monjas del Convento de San Antonio, dos manjares que te transportarán a otro tiempo. Para rematar la jornada, el Café Teatro Central te invita a sumergirte en su ambiente animado. Ubicado en una casa solariega del siglo XIX, este lugar es el punto de encuentro perfecto para disfrutar de una copa, cantar al karaoke, bailar o simplemente charlar con amigos.
