Así es la 'Capilla Sixtina' que se encuentra en una iglesia de Guadalajara
La capilla Luis Lucena, construida íntegramente en ladrillo, recuerda a una fortaleza, con torreones y almenas

Capilla Luis Lucena. | Los escritos de herrera casado
Escondida a las afueras de Madrid, en la ciudad de Guadalajara, se alza una joya arquitectónica que desafía el paso del tiempo. La capilla de Luis de Lucena, un enigma renacentista, te invita a descubrir sus secretos por tan solo un euro.
Construida como una fortaleza en el siglo XVI, esta capilla combina elementos mudéjares y manieristas de forma sorprendente. Sus muros albergan frescos de incalculable valor y una historia que te transportará a otra época.
¿Cómo es la capilla?
El interior de la capilla, una auténtica joya del Renacimiento, se ve embellecido por las vibrantes pinturas al fresco de Rómulo Cincinato. Realizadas a finales del siglo XVI, estas obras maestras representan un compendio de la iconografía cristiana, con escenas bíblicas y alegorías que invitan a la reflexión.
La influencia de Erasmo se percibe en el rico simbolismo que impregna cada rincón de la capilla, convirtiéndola en un verdadero tesoro artístico. La capilla de Luis de Lucena, a menudo comparada con la Capilla Sixtina por la exuberancia de su decoración y la profundidad de su mensaje espiritual, es un testimonio del florecimiento del arte y la cultura en la España del siglo XVI.
¿Cuál es su historia?
Luis de Lucena, un hombre de gran erudición y con una destacada carrera en Roma al servicio de varios papas, decidió erigir esta capilla como su lugar de descanso eterno. Su deseo era crear un espacio sagrado que reflejara su amor por el arte y la cultura, y así lo hizo.
La capilla, construida íntegramente en ladrillo, presenta un aspecto exterior que recuerda a una pequeña fortaleza, con torreones y almenas. Esta peculiar arquitectura, que combina elementos mudéjares y manieristas, le confiere un carácter único y distintivo. Sin embargo, es en su interior donde se esconde la verdadera joya de este edificio: los frescos que adornan sus paredes y bóveda.
Estos frescos, realizados por artistas de gran talento, representan escenas bíblicas y alegóricas, y son un testimonio del alto nivel artístico de la época. Los colores vibrantes, la riqueza de los detalles y la maestría en la composición hacen de estos frescos una obra de arte de gran belleza.
A lo largo de los siglos, la capilla ha sufrido diversas vicisitudes. La iglesia de San Miguel, a la que estaba adosada, fue demolida en el siglo XIX, pero afortunadamente la capilla logró sobrevivir. Tras un proceso de restauración, este monumento ha recuperado todo su esplendor original y se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Guadalajara.
El proceso de su restauración
Gracias a una meticulosa labor de restauración, la capilla ha recuperado todo su esplendor original. Las intervenciones realizadas han permitido conservar los valiosos frescos, consolidar las estructuras y adaptar el espacio para garantizar su preservación a largo plazo.
Hoy en día, este monumento histórico alberga una fascinante colección de piezas arqueológicas y funerarias, procedentes de otras iglesias de la región, que enriquecen aún más su valor histórico y cultural. Los paneles informativos, diseñados con rigor y claridad, guían al visitante a través de la historia de la capilla, revelando los secretos de su construcción y la vida de su fundador, Luis de Lucena.

Este proyecto de restauración no solo ha salvado un tesoro del patrimonio arquitectónico español, sino que también lo ha convertido en un espacio vivo y dinámico, accesible a todos aquellos que deseen sumergirse en la rica historia de Guadalajara.
¿Dónde comer en Guadalajara?
Si buscas sumergirte en la esencia de la cocina castellana, no puedes perderte restaurantes como Casa Pedro o El Cardenal. Estos establecimientos, ubicados en edificios históricos, ofrecen platos elaborados con productos de primera calidad y recetas que han pasado de generación en generación. El cochinillo asado, el cordero lechal y los guisos tradicionales son algunas de sus especialidades.
Si prefieres picar algo y probar diferentes sabores, el Mercado del Val es tu lugar ideal. Este mercado cubierto alberga una gran variedad de puestos donde podrás degustar tapas, embutidos, quesos y otros productos locales. Además, existen numerosas taperías como El Rincón de Julián que ofrecen una amplia selección de tapas creativas y deliciosas.
Si buscas sabores más innovadores y una experiencia gastronómica diferente, te recomendamos restaurantes como La Fábrica o El Taller. Estos establecimientos ofrecen propuestas culinarias vanguardistas, elaboradas con productos de temporada y presentaciones originales.