La biblioteca más grande del mundo: dentro de un monasterio y con más de 70.000 libros
En una era de información digital, Admont recuerda la belleza del libro físico y el valor del saber preservado con paciencia

La biblioteca más grande del mundo | iStock
En el corazón de Austria, entre montañas imponentes y valles verdes, se encuentra una joya arquitectónica y cultural que parece sacada de un cuento: la Abadía de Admont, hogar de la biblioteca monástica más grande del mundo. Situada en la localidad de Admont, en el estado de Estiria, este monasterio benedictino es mucho más que un lugar de recogimiento espiritual. Es un santuario del conocimiento, el arte y la historia que deslumbra a todo aquel que cruza sus puertas.
Historia del monasterio
La historia de la Abadía de Admont se remonta a casi mil años atrás, cuando en 1074, por deseo póstumo de Santa Emma de Gurk, los primeros monjes benedictinos llegaron desde Salzburgo para fundar un convento junto al río Enns. Muy pronto, este lugar se transformó en un centro de irradiación cultural, gracias a su escuela de copistas y la recolección de manuscritos que abarcan saberes teológicos, filosóficos, médicos y literarios de toda Europa. Hoy en día, este monasterio sigue siendo un referente espiritual y cultural en Austria, no solo por su historia, sino por su compromiso con la obra social, la preservación del patrimonio y la difusión del saber.
La biblioteca que asombra al mundo
El mayor atractivo de la abadía —y motivo de peregrinación para bibliófilos, arquitectos y amantes del arte— es su biblioteca barroca, considerada una de las más bellas del planeta. Construida entre 1764 y 1776 bajo el diseño del arquitecto Josef Hueber, el espacio fue concebido para reflejar los ideales ilustrados de luz, razón y armonía entre fe y ciencia. Con 79 metros de largo, 14 metros de ancho y 13 de altura, la sala principal es un espectáculo visual. Está dividida en tres secciones cubiertas por siete cúpulas decoradas con frescos del artista Bartolomeo Altomonte, realizados cuando contaba con 80 años. Cada cúpula representa una alegoría del conocimiento humano, desde la Revelación divina hasta las ciencias y las artes.
Las estanterías blancas y doradas, los suelos de mármol con efecto óptico y las esculturas de madera de tilo del artista Josef Stammel completan este entorno que parece sacado de una película. No en vano, la biblioteca ha sido comparada por medios internacionales con la Capilla Sixtina de Miguel Ángel por su valor artístico y simbólico.

Un biblioteca con historia
La sala alberga 70.000 volúmenes, aunque el fondo total del monasterio asciende a más de 200.000 libros. Entre ellos, destacan 1.400 manuscritos —algunos del siglo VIII— y más de 530 incunables, libros impresos antes del año 1500. Entre sus tesoros se encuentra incluso una copia de una obra de Ramon Llull. Esta riqueza documental convierte a Admont en un archivo vivo de la historia del pensamiento occidental, una cápsula del tiempo que sigue viva y accesible.
Más que libros: un complejo cultural en expansión
Pero la Abadía de Admont no es solo biblioteca. Desde 2003, el complejo alberga cuatro museos: el Museo de Historia del Arte (con obras desde el románico hasta el barroco), el Museo de Arte Contemporáneo (con más de 350 piezas actuales), el Museo Gótico (único en su género en Austria) y el Museo de Historia Natural, que alberga la mayor colección de insectos del país y otros tesoros biológicos recopilados por el monje Gabriel Strobl.
Además, la abadía conserva jardines botánicos y medicinales con más de mil especies de plantas, una tradición vinícola heredada desde hace 800 años (con viñedos en Eslovenia) y forma parte de una ruta de peregrinación que conecta con la catedral de Gurk, donde descansa Santa Emma.
Una visita inolvidable
La biblioteca y los museos están abiertos al público de abril a diciembre, y cada año miles de visitantes recorren sus salas con asombro. La experiencia se puede complementar con audioguías, degustaciones de vino y caminatas por el cercano Parque Nacional Gesäuse, haciendo de Admont un destino único que combina espiritualidad, arte, naturaleza y conocimiento.