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Playa de Covacho: escondida entre acantilados perfecta para quienes reclaman privacidad

Este lugar es un tesoro escondido que, como todos los grandes hallazgos, se entrega solo a quienes saben esperar

Playa de Covacho: escondida entre acantilados perfecta para quienes reclaman privacidad

Playa de Covacho: escondida entre acantilados perfecta para quienes reclaman privacidad | Turismo Cantabria

La playa de Covachos no es una playa cualquiera: se trata de un rincón muy singular en la costa cántabra. Está situada en la pedanía de Soto de la Marina, perteneciente al municipio de Santa Cruz de Bezana, a solo unos 3 km de Santander. A la izquierda, se extiende un coqueto arenal de unos 100 metros, con arena fina y dorada, escoltado por altos acantilados que refuerzan su carácter íntimo y resguardado. Justo frente a este tramo se encuentra la Isla de Castro, un islote que aporta un toque casi cinematográfico al paisaje.

El arenal derecho, de mayor tamaño, se abre más hacia el mar y permite una mejor distribución de los visitantes, aunque sigue siendo poco concurrido. Durante la bajamar, ocurre uno de los fenómenos más curiosos de la zona: un banco de arena emerge del agua y forma un tómbolo que conecta a pie la playa con la isla. Es un paso efímero que solo se puede cruzar cuando el mar lo permite, y que simboliza la armonía perfecta entre tiempo, mareas y paisaje.

Un entorno virgen y sin artificios

Covachos carece de infraestructuras turísticas, no hay chiringuitos ni servicios de alquiler. Lo que ofrece es algo más valioso: un espacio natural sin alteraciones, donde el silencio y la calma son la norma. Su acceso, a través de una bajada empinada y algo complicada, actúa como filtro natural para visitantes, garantizando una experiencia tranquila y sin aglomeraciones. Este aislamiento la ha convertido en un enclave predilecto para quienes practican el nudismo, atraídos por la privacidad que brinda y por el respeto mutuo que caracteriza a quienes frecuentan la cala.

Playa de Covacho | Tripadivisor
Playa de Covacho

Clima atlántico con sabor a verano

La playa de Covachos se disfruta mejor en los meses de verano, cuando las temperaturas rondan los 22 a 25 grados durante el día. El agua, propia del litoral cantábrico, suele estar fresca, con una media de entre 18 y 20 grados en los días más cálidos. Son cifras que invitan más a la contemplación y al baño breve, pero que no desaniman a los valientes que buscan la reconexión con el entorno.

Un lugar para detener el tiempo

Pero Covachos es, sobre todo, una experiencia. Su ritmo marcado por las mareas, su inaccesibilidad que disuade al visitante casual, su paisaje que se transforma según la hora y la luz, todo en ella parece querer decirnos algo. En un mundo que nos empuja constantemente al movimiento, al ruido y a la conexión digital, esta cala nos invita a detenernos, respirar y simplemente estar. Es un recordatorio de que lo valioso rara vez se encuentra en la prisa. Como escribió Ralph Waldo Emerson, «La naturaleza nunca se apresura. Átomo a átomo, logra su obra». Covachos encarna esta filosofía. Es un lugar donde el tiempo parece ralentizarse y donde cada detalle, la textura de las rocas, el murmullo del mar, la silueta de la isla, adquiere un nuevo significado.

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