Descubre el Parador de Aiguablava: refugio con vistas y arte en la Costa Brava
Este lugar ofrece el equilibrio ideal entre descanso, gastronomía, arte y naturaleza con un lujo mediterráneo discreto y auténtico

Costa Brava | Canva pro
Imagina despertar con el murmullo de las olas y la brisa marina acariciando tu rostro, mientras el horizonte se tiñe de tonos dorados y azules. El Parador de Aiguablava, situado en la Punta d’es Muts, en Begur, Gerona, rodeado del mar Mediterráneo, se convierte en el refugio perfecto para una escapada en septiembre, donde la tranquilidad del verano se mezcla con paisajes de ensueño y momentos que invitan a desconectar del ritmo diario.
El Parador se encuentra suspendido sobre acantilados y rodeado de pinares que descienden hacia calas de aguas cristalinas. La arquitectura del edificio, inspirada en el estilo mediterráneo, se integra de manera armoniosa en el paisaje y, tras su reinauguración en 2020, ha incorporado soluciones modernas que garantizan confort y elegancia sin perder la esencia del lugar. Cada habitación, la piscina exterior y el spa están orientados hacia el mar, de manera que los huéspedes puedan disfrutar de panorámicas que parecen sacadas de un cuadro, desde el amanecer hasta el ocaso.
Un museo mediterráneo en cada rincón
Uno de los aspectos que distingue al Parador de Aiguablava es su valor artístico. Más de 200 obras de reconocidos artistas decoran sus espacios, transformando la estancia en un auténtico museo mediterráneo. La colección incluye piezas de Salvador Dalí, Joan Miró, Antoni Tàpies y Rafael Durancamps, así como óleos y grabados de José Beulas, Modest Cuixart o Joan Hernández Pijuán. Cada obra parece dialogar con el entorno, estableciendo un vínculo único entre la creación humana y la naturaleza que se observa desde las ventanas del Parador. Caminar por sus pasillos o descansar en sus terrazas se convierte así en una experiencia cultural que va más allá de la simple contemplación de la belleza del paisaje.

Sabores que conquistan frente al mar
La propuesta gastronómica del Parador está basada en productos locales y en la tradición culinaria catalana. Entre los platos más destacados se encuentran los arroces de Pals, el suquet de pescados de roca, la gamba roja de Palamós o las anchoas de l’Escala, todos ellos preparados con especial cuidado en la frescura y calidad de los ingredientes. Hasta el 14 de septiembre, el restaurante Mar i Vent permite degustar estas delicias a pie de playa, creando un escenario gastronómico único frente al mar, donde la brisa marina y el murmullo de las olas completan la experiencia. Además, el Parador de Aiguablava también ofrece un espacio de bienestar con vistas al mar. La sauna y el spa permiten relajarse mientras se contempla el horizonte, ofreciendo un momento de introspección y calma que se complementa con la piscina exterior rodeada de naturaleza. Este equilibrio entre actividad y reposo hace que la visita no solo sea un viaje de placer, sino también una oportunidad para reconectar con uno mismo y con el entorno.
¿Por qué septiembre es el mejor mes para ir?
Septiembre se presenta como el mes ideal para descubrir la Costa Brava, cuando la región comienza a mostrar su lado más sereno y auténtico. Las temperaturas suaves invitan a pasear por sus acantilados, recorrer los pueblos con encanto de la costa catalana y explorar calas escondidas sin las multitudes del verano. En este contexto, el Parador de Aiguablava se convierte en un refugio perfecto. La combinación de arte, confort y naturaleza que ofrece el Parador permite sumergirse en la esencia de la Costa Brava, donde cada rincón, desde Begur hasta sus calas más recónditas, invita a desconectar, relajarse y vivir la región con estilo y autenticidad.