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La Fontana de las Ranas: el rincón de los Beatles que casi nadie conoce

Un rincón que Roma reserva a los ojos curiosos, a quienes saben ver historia en los pequeños detalles

La Fontana de las Ranas: el rincón de los Beatles que casi nadie conoce

La Fontana delle Rane | Gabriele Sorrentino

Todo el mundo que llega a Roma tiene una lista de lugares imprescindibles: la Fontana di Trevi, el Coliseo, el Vaticano o el Panteón. Sin embargo, muy pocos turistas saben que en el corazón del barrio Trieste se esconde uno de los rincones más fascinantes y enigmáticos de la ciudad: el Quartiere Coppedè. Dentro de este conjunto de edificios fantásticos se encuentra la Fontana delle Rane, un lugar que no solo deslumbra por su belleza arquitectónica, sino también por una curiosa anécdota que lo conecta con los mismísimos Beatles.

La fantasía arquitectónica de Gino Coppedè

El Quartiere Coppedè no es un barrio en el sentido estricto, sino un conjunto arquitectónico que parece sacado de un cuento. Gino Coppedè diseñó el Quartiere Coppedè entre 1915 y 1927, rompiendo todos los esquemas de la época para crear un espacio que combina lo imposible: influencias del Art Nouveau, elementos barrocos, toques góticos y pinceladas medievales. Así surgió un microcosmos donde la fantasía arquitectónica cobra vida y cada fachada, cada balcón y cada puerta parecen contar una historia secreta.

Barrio Trieste

El acceso al conjunto se realiza por un gran arco coronado por una lámpara de hierro forjado que parece salida de una novela de misterio. Una vez dentro, el visitante se encuentra con un espacio que desorienta tanto como maravilla. Las decoraciones incluyen figuras mitológicas, animales, caras talladas, símbolos ocultos y mosaicos que brillan con la luz del sol romano. Coppedè, que fue tan excéntrico como visionario, logró construir un universo arquitectónico que parece ajeno al tiempo y al espacio, una especie de sueño urbano que desafía las normas del racionalismo.

Barrio Trieste

La Fontana delle Rane y la noche de los Beatles

En el centro de este conjunto se encuentra la famosa Fontana delle Rane, la Fuente de las Ranas, una pequeña joya de piedra y mármol que suele pasar desapercibida para quienes no saben qué buscar. Su diseño, elegante y ligeramente caprichoso, representa un grupo de ranas que rodean la base de una fuente circular. Puede parecer un detalle menor en una ciudad repleta de monumentos, pero esta fuente guarda una historia que la convierte en un lugar de culto para los amantes de la música: aquí, en 1965, los Beatles se dieron un baño improvisado tras ofrecer uno de sus conciertos en Roma.

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La anécdota, que ya forma parte del folclore urbano romano, se remonta a la época dorada del grupo. Después del concierto, los cuatro de Liverpool, John, Paul, George y Ringo, decidieron celebrar su paso por la ciudad con un gesto espontáneo: se sumergieron en la fuente, provocando la sorpresa de los pocos que pasaban por allí. Fue un momento breve, casi cinematográfico, que hoy se recuerda como una estampa de libertad y juventud en una Roma todavía marcada por la solemnidad de sus monumentos clásicos.

Pese a este episodio tan singular, la Fontana delle Rane sigue siendo un secreto bien guardado. No aparece en la mayoría de las guías turísticas, y pocos visitantes llegan hasta el Quartiere Coppedè, quizás porque se encuentra fuera de las rutas habituales. Sin embargo, quien decide aventurarse hasta este rincón descubre una Roma distinta: una ciudad que no solo vive de su pasado imperial, sino también de la imaginación de quienes la soñaron. Hoy, casi un siglo después de su construcción, la Fontana delle Rane sigue invitando a los curiosos a descubrirla. No tiene la majestuosidad de la Fontana di Trevi ni la fama del Coliseo, pero posee algo mucho más valioso: la autenticidad de lo oculto.

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