El tren de cinco estrellas que recorre el norte de España y funciona como un crucero
Esta aventura transforma cada kilómetro y parada en una experiencia que va más allá del confort

Tren | Canva pro
Viajar en tren de lujo ha resurgido como una de las experiencias más codiciadas entre quienes buscan algo más que desplazarse. En España, esta tendencia se materializa con una propuesta que combina paisaje, cultura y gastronomía, evocando la elegancia de los grandes expresos de la Belle Époque.
El Transcantábrico Gran Lujo es el emblema de este tipo de viajes en España. Su ruta clásica une San Sebastián con Santiago de Compostela en ocho días, pasando por ciudades y localidades como Bilbao, Santander, Santillana del Mar, la Neocueva de Altamira, Comillas, los Picos de Europa, Covadonga, Luarca, Ribadeo y la Playa de las Catedrales. Cada noche se pernocta a bordo y un autocar de apoyo acerca a los viajeros a los puntos de interés. Esta estructura permite recorrer lo mejor del norte de España sin tener que deshacer maletas cada día, ofreciendo un ritmo pausado y disfrutable.
Las Suites Gran Lujo son auténticos miniapartamentos con dormitorio, salón y baño privado completo. La climatización regulable, los acabados en madera, el minibar y el armario ropero buscan ofrecer silencio y confort absoluto. Los coches salón permanecen abiertos todo el día, ideales para socializar o contemplar el paisaje. La restauración combina menús elaborados a bordo con almuerzos y cenas en restaurantes seleccionados en ruta, incorporando ingredientes locales y técnicas tradicionales que acercan al viajero a la gastronomía del Cantábrico.

¿En qué consiste esta aventura?
El norte de España ofrece un marco incomparable para este tipo de experiencias. Acantilados verdes, villas marineras, cuevas prehistóricas y joyas modernistas se suceden a lo largo de un itinerario que combina naturaleza y cultura. Cada día alterna trayectos breves con visitas guiadas, mientras la gastronomía atlántica sirve de hilo conductor: anchoas de Santoña, quesos asturianos, sidra natural, mariscos frescos y vinos del Cantábrico crean un recorrido sensorial que acompaña al paisaje. Esta combinación permite al viajero sumergirse en la identidad del norte de España, donde historia y tradición se entrelazan con la belleza de sus paisajes costeros y montañosos.
A bordo, la experiencia se transforma. Los vagones, decorados con madera cálida y lámparas de época, ofrecen un ambiente elegante y relajado. Los coches salón están abiertos todo el día, perfectos para leer, disfrutar de una bebida o contemplar el paisaje a través de ventanales panorámicos. El coche-bar ofrece música en vivo algunas noches, creando un ambiente íntimo que recuerda a los grandes expresos del pasado. Los desayunos a la carta, las sobremesas prolongadas y las cenas cuidadosamente elaboradas convierten cada momento en una celebración del tiempo y del viaje lento.

Temporada y precios: planificación de un viaje prémium
La temporada del Transcantábrico suele concentrarse entre primavera y otoño, y los precios varían según la cabina, la duración del trayecto y las fechas elegidas. La experiencia incluye pensión completa, excursiones, entradas, guía multilingüe y actividades a bordo. Los viajeros que optan por semanas de temporada media encuentran un equilibrio entre clima, disponibilidad y tarifa, mientras que los que buscan exclusividad y fechas concretas deben reservar con varios meses de antelación.
España se suma a la oferta europea de trenes de lujo, compitiendo con itinerarios icónicos como el Venice Simplon-Orient-Express en Italia y Francia, el Belmond Royal Scotsman en Escocia o el Golden Eagle Danube Express en Europa Central. Cada uno tiene su estilo: mientras los trenes británicos y franceses se centran en la elegancia clásica y rutas internacionales, el Transcantábrico Gran Lujo destaca por combinar paisajes costeros, montañas y patrimonio histórico en un solo recorrido, con una fuerte apuesta gastronómica local que pocos competidores ofrecen. Este viaje es ideal para quienes buscan redescubrir el placer de viajar a ritmo lento, rodeados de interiores clásicos y paisajes que condensan lo mejor del norte de España sin la necesidad de deshacer maletas constantemente.
