Los delitos de odio conocidos por las fuerzas de seguridad del Estado siguen creciendo en España y, en concreto, han aumentado un 9,3% en el primer semestre del año con respecto al mismo periodo de 2019 (el ejercicio anterior a la pandemia), hasta los 610, que en su mayoría fueron por racismo, ideología y orientación sexual.
Las cifras: pese al descenso de 2020 por la pandemia, el informe presentado por el Ministerio del Interior constata un aumento en ese año de los delitos contra personas con discapacidad (69,2%), de discriminación por razón de enfermedad (62,5%), discriminación por razón de sexo/género (43,5%) y antigitanismo (57,1%). Mientras, disminuyeron los de ideología (-45,3%), racismo/xenofobia (-5,8%), contra la orientación sexual e identidad de género (-0,4%) y antisemitismo (-40,0%). De todos modos, el mayor porcentaje de los hechos registrados se concentra en los ámbitos de racismo/xenofobia e ideología, con casi el 56% del total, seguido del ámbito de orientación e identidad sexual (el 19,8%).
Son datos facilitados este miércoles por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha presentado el informe sobre la evolución de los delitos de odio en España durante 2020 y los resultados de una encuesta en la que se refleja que un 89% de las víctimas de estas infracciones penales no denuncia.
Respecto a los datos de 2020, los delitos conocidos ascendieron a 1.401, con un descenso del 17,9 por ciento respecto a 2019 debido a las medidas de confinamiento y las restricciones a la movilidad con motivo de la pandemia. Por ello, Marlaska ha considerado más relevante el balance de este primer semestre de 2021, que solo se puede comparar con el de 2019 y que confirma que desde hace años se viene produciendo «un aumento objetivo y constante de las conductas penales de odio».
Respecto a las tipologías que se incluyen en la definición de los delitos de odio destacan como en años anteriores las amenazas y las lesiones, que representan cuatro de cada seis de los incidentes de odio conocidos. Según el balance, el índice de esclarecimiento de los hechos en 2020 se mantiene en un nivel elevado, con el 66,2% del total.
Marlaska no ha querido pronunciarse sobre los últimos asesinatos que podrían haber contado con algún componente de odio, ya que están judicializados, pero ha hecho hincapié en la necesidad de denunciar estos hechos. Asimismo, y sin querer «individualizar», ha dejado claro que muchas de estas conductas tienen su origen en el discurso de odio que ampara la violencia la discriminación. Sin él, «es mas difícil que haya un colectivo que cometa estos delitos», ha precisado.
El informe saca algunas conclusiones, como que entre las víctimas de delitos por identidad sexual son las de sexo masculino las que más denuncian, con un 59,5% del total. El principal grupo de edad de las víctimas que han denunciado se sitúa entre los 26 y los 40 años (34,3%), que es la misma franja de los autores conocidos de estos hechos delictivos. Otro dato destacado es que los menores de edad víctimas acumularon en 2020 una cifra superior (9,4% del total) a la registrada en 2019 (6,7%).
Con relación a los hechos relacionados con el discurso de odio (189), los principales hechos, cometidos de manera constante en el tiempo a través de Internet y las redes sociales, fueron las amenazas, injurias y promoción/incitación pública al odio. El uso de Internet (45%) superó al de las redes sociales (22,8%) y a la telefonía/comunicaciones (14,3%).
En cualquier caso, estos delitos no se denuncian en la medida que Interior quisiera. así se desprende del análisis de la Dirección General de Coordinación y Estudios del Ministerio sobre las 437 respuestas cumplimentadas a un formulario/encuesta sobre delitos de odio gestionado por la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio (ONDOD).
Uno de los resultados más relevante es que, a pesar de haberse sentido víctimas, un porcentaje muy elevado de las personas encuestadas (89,24%, es decir, 390 de 437) no denunció. Respecto de las personas que interpusieron denuncia en dependencias policiales (47), algo mas de la mitad calificó la información facilitada por las fuerzas de seguridad sobre los derechos que les asisten como víctimas como «buena» o «regular». Asimismo, un 70,21% respondió que la respuesta policial fue «rápida» o «regular» y la mayoría contestó que se les respetó su intimidad durante la actuación policial y que se sintió protegida por los agentes policiales «mucho» o «regular».