Los distribuidores independientes piden ayuda al Gobierno y denuncian las presiones de las multinacionales del cine
La Asociación de Distribuidoras Independientes ha convocado este miércoles su primera rueda de prensa en 25 años porque los tiempos son los que son y la situación de la industria del cine es cada vez peor. Pongamos un par de datos para comprender la gravedad del asunto. La taquilla española cayó un 73% en 2020. Las distribuidoras de esta asociación, que agrupa a 14 empresas –como Wanda Vision, Avalon, B Team, Caramel Films o Filmax–, han bajado su facturación alrededor del 40%, y esto implica que algunas han perdido mucho más. Así que se han reunido telemáticamente y nos han invitado a los periodistas a preguntar y han dibujado un escenario donde es preciso, más que nunca, un plan del Gobierno para salvar el cine español o ajeno a Hollywood.
Por qué es importante: las distribuidoras independientes han cargado con el 93% de los estrenos en salas, mientras las majors –las multinacionales– han guardado en un cajón sus películas, han apostado por el streaming o han entrado en un bucle de aplazamientos por el miedo a no cumplir con las expectativas económicas de sus inversiones. Eso ha tenido como consecuencia que, de acuerdo con los números de la Federación de Cines de España, el 96% de las salas estén en peligro de quiebra.
Es más: una voz autorizada, como la de Enrique González Macho –expresidente de la Academia y distribuidor de Alta Films–, anticipó que, si de aquí a marzo no cambian las circunstancias, la mayor parte de los cines van a echar el cierre. De modo que así está el panorama y aquí se reúnen cinco representantes de la asociación –el presidente Miguel Morales (Wanda), el vicepresidente Enrique Costa (Avalon) y los vocales Lara P. Camiña (BTeam), Enrique González Khun (Caramel) y Carles Rojano (Filmax)– para recalcar que su futuro está en juego y que el Gobierno –a través del ICAA– debe mover ficha, con ayudas económicas directas y con la compra de películas a través de Televisión Española –algo que llevan demandando desde mayo–.
La voluntad de fondo es que las salas se mantengan a flote y las películas lleguen porque es la única manera de sostener una industria diversa y variada; no olvidemos que el sector vive fundamentalmente de los ingresos en taquilla. En un comunicado, la asociación sintetiza este discurso. «Creemos firmemente en la importancia de mantener una fuerte presencia del cine independiente como garantía de la diversidad cultural, imprescindible para promover la libertad de elección y la imaginación del espectador. Nos comprometemos a seguir trabajando en esta línea para que la oferta continúe creciendo en beneficio de la pluralidad, actualmente más necesaria que nunca. La distribución independiente estará con las salas mientras haya un solo cine abierto».
Y las salas, esperan, corresponderán este apoyo incondicional cuando los grandes estudios decidan volver. «Nosotros hemos estado ahí», recuerda Rojano. «Nos deben tener en cuenta porque saben todo el esfuerzo que hemos hecho: hemos arriesgado y hemos sacrificado películas». Esta correspondencia, está claro, vendría acompañada de una presencia más amplia en las programaciones de cartelera.
Un hecho que han denunciado los distribuidores al comentar las negociaciones con el ICAA es que no es tan sencillo que arrimen el hombro, pese a la buena sintonía, y tiene que ver con las presiones que reciben de las multinacionales. Sin embargo, por cuestiones de discreción, no han querido revelar detalles: «Lo que podemos decir es que, salvo la séptima flota desembarcando en España, estamos hablando de presiones muy fuertes». Kuhn va más allá y entiende que hay una voluntad de los grandes estudios norteamericanos de hacerse con el control de la industria al completo –producción, distribución y exhibición–, que la dependencia actual a estos grandes estudios ya ha provocado que las salas españolas hayan tenido esta ausencia de estrenos, y agrega que Francia –donde 76 de las 77 películas nacionales en los cines están distribuidas por compañías de allí– es un modelo a seguir: «Aquí las multinacionales han secuestrado las películas y se ha notado muchísimo. Si ese cine estuviese en nuestras manos, estaría ahora mismo en cines. Ahí está la diferencia». El compromiso de estas distribuidoras con nuestro cine (y el cine menos comercial) se comprueba en un dato: han distribuido en 2020 un 50% más de películas españolas que el año pasado.
Puedes ver la rueda de prensa completa en este vídeo.