Los jesuitas abren un "proceso canónico" para investigar los abusos a dos alumnos en un colegio de Cataluña
Los abusos se produjeron en 1982 y 1984 en el colegio jesuita Sant Ignasi de Sarrià.
La orden religiosa de los jesuitas ha abierto este martes un proceso canónico para investigar los abusos sexuales denunciados por dos exalumnos de uno de sus centros en Cataluña. Así lo ha anunciado en rueda de prensa el director general de Jesuitas Educación, Enric Masllorens, quien también ha asegurado que dependiendo del resultado de la investigación, el caso se trasladará a la justicia ordinaria.
Masllorens ha calificado los hechos de «horrorosos» y ha asegurado que los jesuitas siempre estarán siempre del lado de las víctimas. Asimismo, ha explicado que el proceso canónico queda ahora en manos de la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, aunque «si fruto de la investigación propia se deducen delitos», los propios jesuitas podrán llevar el caso a los juzgados. Hasta el momento no se han destapado más casos que involucren a algún clérigo de los jesuitas, aunque Masllorens no descarta que «pueda salir más gente afectada».
Los abusos se produjeron en 1982 y 1984 en el colegio jesuita Sant Ignasi de Sarrià, según han denunciado ante los Mossos d’Esquadra los dos antiguos alumnos del centro, Jordi de la Mata y Oriol de la Mata. Los hermanos han señalado como culpables al padre Luis Tó y al padre Pere Sala.
El director general de Jesuitas Educación ha afirmado que mantiene contacto telefónico con los hermanos De la Mata, que ahora residen fuera de España, desde el pasado 21 de febrero. Desde el primer momento «hemos manifestado a ambos nuestro apoyo» y «les informaremos de los avances en la investigación que hemos abierto para saber qué ocurrió», ha añadido Masllorens.
En la denuncia, Jordi de la Mata explica que el padre Luis Tó fue quien empezó a abusar de él en los años 80: «Me pegaba con la regla en las manos, me levantaba la bata, me bajaba los pantalones, me volvía a pegar y, después, me tocaba». Después, fue el padre Sala quien continuó con los abusos aprovechando la confianza que la familia había depositado en él para quedarse a solas con los hermanos De la Mata e incluso llevarlos de excursiones de fin de semana, según relata la denuncia.
En la actualidad, el padre Pere Sala tiene 94 años y vive en una residencia de la congregación. El clérigo ha sido informado de las acusaciones y, según ha explicado Masllorens, podría enfrentarse a la expulsión de la vida canónica si es hallado culpable. El otro denunciado, el padre Luis Tó, falleció en Bolivia, donde fue trasladado tras ser condenado por los abusos ocurridos en el colegio Sant Ignasi en 1992, informa Efe.