Una coinfección de gripe y SARS-CoV-2 al mismo tiempo es poco probable, pero posible, y puede incrementar el riesgo de complicaciones y de muerte, según ha alertado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en una guía sobre cómo hacer frente a la epidemia de gripe en el contexto de la pandemia de coronavirus.
Por qué es importante: la mortalidad de la gripe se sitúa en alrededor de un 0,1% (un fallecimiento por cada 1.000 casos de gripe), mientras que la covid-19 alcanza al menos el 1%. Tras recordar que las medidas de prevención de la COVID-19 (mascarilla, distancia e higiene de manos) son también eficaces para prevenir la gripe, la guía aconseja vacunarse contra la gripe «para evitar la coinfección y para aliviar la tensión del sistema sanitario».
La guía, escrita por los médicos especialistas en medicina preventiva Anna Vilella, Gemina Santana, Marta Tortajada y Antoni Trilla, todos ellos también facultativos del Hospital Clínic de Barcelona, reconoce que «el futuro inmediato es incierto» porque se desconoce cómo se comportarán el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe compartiendo espacios y tiempos.
Los médicos aconsejan vacunarse contrala gripe especialmente a todas aquellas personas con factores de riesgo -mayores de 60 años, personas con enfermedades de base y embarazadas, entre otros- así como a los colectivos esenciales que pueden resultar transmisores de la gripe, como el personal sanitario o los docentes.
«La vacuna de la gripe no aumenta el riesgo de infección, complicaciones o muerte por COVID-19», subrayan los investigadores del ISGlobal, centro de investigación impulsado por La Caixa. «Este año, la situación con la que nos vamos a enfrentar al virus de la gripe será totalmente distinta a la de otros años. Estamos inmersos en una segunda ola de COVID-19, con un sistema sanitario muy tensionado y con los profesionales sanitarios muy cansados».
«Una epidemia de gripe destacable e incluso moderada -añaden- podría desbordar un sistema que ya está funcionando al límite, además de aumentar la morbilidad y mortalidad globales«.
En la semana en que está previsto que comience en Cataluña la campaña de vacunación de la gripe, el ISGlobal recuerda que la gripe causa cada año entre 290.000 y 650.000 muertes en todo el mundo, y afecta a entre 3 y 5 millones de personas, la mayoría con un cuadro clínico leve que se resuelve con pocos días de tratamiento sintomático.
Ambos virus, gripe y SARS-CoV-2, se transmiten de igual forma, a través de las secreciones respiratorias de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas respiratorias de más de cinco micras, capaces de transmitirse a distancias de hasta dos metros, y por el contacto con superficies u objetos que se han contaminado con las mismas, señala la guía. En la gripe, los niños son grandes diseminadores de la enfermedad, lo que al parecer no ocurre con el coronavirus que causa la covid-19.
Los especialistas explican que hay cuatro tipos de virus de la gripe: A, B, C y D, y los del tipo A y B son los responsables de las epidemias anuales de gripe estacional, que en el caso de España suele comenzar en noviembre y alargarse hasta febrero o marzo.
La guía indica que la vacuna de la gripe es «segura» y su efectividad estimada oscila entre el 25% y el 60% «condicionada por el tipo o tipos de cepas circulantes durante el periodo epidémico que se estudie».
Los médicos apuntan que algunas teorías indican que «la circulación simultánea de dos virus respiratorios comporta el desplazamiento de uno de ellos» y por ello temen que prevalezca «el más fuerte», el SARS-CoV-2, aunque reconocen que «hasta ahora no dejan de ser especulaciones, que no siempre se cumplen». Ponen como ejemplo que durante la pandemia de gripe de 2009 circularon de manera simultánea dos virus de la gripe, el H1N1 y el H3N2.
«No podemos predecir el futuro, y mucho menos qué pasará con el encuentro de los dos virus», reconocen los cuatro médicos del Clínic, aunque se remiten a lo que ha sucedido este invierno en el hemisferio sur, donde la temporada de gripe «ha pasado totalmente inadvertida y prácticamente no ha habido circulación del virus de la gripe», que podría explicarse porque las medidas anticovid adoptadas han impedido la transmisión de la gripe.
«Pero no podemos relajarnos, debemos estar preparados para lo peor», señalan los médicos, que ven otra dificultad en diferenciar cuadros clínicos similares entre la gripe y el SARS-CoV-2.