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Marcas de ropa como Zara y H&M compran viscosa a fábricas contaminantes

Algunas de las principales marcas de ropa del mundo, incluidas Zara y H&M, compran viscosa ase abastecen de viscosa proveniente de fábricas asiáticas que están causando grandes estragos sociales y medioambientales. Así lo recoge el informe ‘Moda Sucia’ elaborado por la organización europea Changing Markets Foundation, en cuya versión española ha colaborado Ecologistas en Acción.

Marcas de ropa como Zara y H&M compran viscosa a fábricas contaminantes

Reuters

Algunas de las principales marcas de ropa del mundo, incluidas Zara y H&M, se abastecen de viscosa proveniente de fábricas asiáticas que están causando grandes estragos sociales y medioambientales, según recoge el informe ‘Moda Sucia’ elaborado por la organización europea Changing Markets Foundation, en cuya versión española ha colaborado Ecologistas en Acción.

En dicho informe se denuncia el impacto mortal que suponen los desechos de productos químicos peligrosos y los gases tóxicos de las fábricas asiáticas. Changing Markets Foundation ha recogido pruebas en algunas zonas de Indonesia, China e India que demuestran la contaminación en la producción de viscosa, sustancia muy utilizada en la cadena de suministros textiles. La organización ha lanzado una petición online para que las compañías dejen de contratar a proveedores y fábricas que utilicen estos métodos contaminantes en la producción de viscosa. Una semana después, la petición ya ha recogido 130.000 firmas de las 200.000 que pedía.

 

El estudio subraya las relaciones existentes entre fábricas contaminantes y las mayores cadenas de ropa europeas y norteamericanas, como H&M, Zara/Inditex, ASOS, Levi’s, United Colors of Benetton y Dockers, entre otras. Concretamente, señala que H&M compra directamente la viscosa a seis de las fábricas contaminantes de Indonesia y China que fueron investigadas y también a una fábrica situada en India. En cuanto a Zara/Inditex se abastece de tres empresas contaminantes de China y una de India.

Aunque varias de estas marcas se han comprometido a utilizar pulpa de madera ecológica para producir la viscosa, los procesos de fabricación que se utilizan siguen ignorándose en buena medida y apenas se tienen en cuenta a la hora de elegir a las empresas que abastecen el producto. Mientras tanto, el mercado de la viscosa aumenta. Se estima que crecerá de 13.450 millones de dólares en 2016 a 16.780 millones de dólares para 2021.

Según el estudio, la viscosa, una fibra artificial cada vez más demandada tanto por las principales cadenas de moda como por los diseñadores de gama alta, no es en sí misma insostenible, aunque fabricada de manera irresponsable, puede tener unos efectos devastadores sobre los trabajadores y las personas que viven en las áreas circundantes a los centros de producción. «Al estar hecha de fibra vegetal, la viscosa se presenta a veces como una opción ‘ecológica’ para los consumidores. Sin embargo, la mayor parte de la viscosa que se comercializa hoy se obtiene tras un proceso químico altamente contaminante«.

No obstante, el estudio plantea que la solución es relativamente fácil, ya que el sector industrial de la viscosa está tan concentrado y las grandes marcas de moda tienen un poder de compra tan grande que sería relativamente fácil presionar a los fabricantes irresponsables para que cambiaran sus modelos de producción y adoptasen prácticas más ecológicas. «Un pequeño grupo de 10 empresas controla alrededor del 70 por ciento de la producción mundial de viscosa, por lo que la transformación en el sector podría hacerse con rapidez y de manera profunda», se puede leer en el informe.

Ecologistas en Acción pide a los actores implicados las siguientes medidas:

– La producción de viscosa debe adoptar sistemas de ciclo cerrado y dejar de verter productos químicos tóxicos en los alrededores de las fábricas.

– Las marcas de moda deben imponer políticas de contaminación cero en todos los eslabones de la cadena de suministros (incluidos los suministradores de materias primas) y realizar auditorías regulares para asegurar su cumplimiento.

– Los actores políticos deben exigir transparencia en toda la cadena de suministros, así como introducir criterios ambientales en las regulaciones para el sector o reforzar las ya existentes.

– Las consumidoras y consumidores deben de tener la posibilidad de comprar prendas que demuestren claramente que en su elaboración no se ha utilizado viscosa contaminante.

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