La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, será juzgada este miércoles por haber publicado en Twitter fotos de ejecuciones cometidas por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), un caso que ella denuncia como una violación a la libertad de expresión.
Por qué te lo contamos: la finalista de las elecciones presidenciales de 2017 es acusada por la difusión de mensajes violentos que pueden socavar la dignidad humana y ser vistos por menores, lo cual puede conllevar una pena de hasta tres años de cárcel y una multa de 75.000 euros (90.000 dólares).
Le Pen colgó las imágenes en diciembre de 2015, unas semanas después de que yihadistas que se reivindicaban de ese mismo grupo mataran a 130 personas en los atentados de París. Lo hizo en respuesta a un periodista que había comparado a su partido (Frente Nacional, ahora bautizado Agrupación Nacional) con el grupo yihadista.
«¡Eso es el EI!», escribió Le Pen en un tuit acompañado de imágenes de algunas de las atrocidades cometidas por los yihadistas, como la de un soldado sirio aplastado vivo por un tanque o la de un piloto jordano quemado vivo dentro de una jaula.
También publicó la foto del cadáver decapitado del periodista estadounidense James Foley, con la cabeza colocada sobre su espalda, antes de retirarla a petición de la familia del reportero estadounidense. La publicación de estas imágenes provocó una condena generalizada en el país.
Junto a ella en el banquillo de los acusados se sentará el eurodiputado Gilbert Collard, miembro del mismo partido, que publicó mensajes similares. El juicio debía celebrarse inicialmente en 2019 pero fue pospuesto dos veces debido a la pandemia de covid-19.
Este juicio se suma a otros problemas legales de Le Pen, que ya se enfrenta a denuncias de que ella y otros funcionarios del partido gastaron indebidamente millones de euros en fondos públicos para pagar a sus asistentes mientras servían en el Parlamento Europeo.
Los investigadores calculan que se desviaron casi siete millones de euros del Parlamento Europeo entre 2009 y 2017. Todavía no se ha fijado la fecha del eventual juicio.
Le Pen estima que está siendo perseguida por haber «denunciado los horrores» del Estado Islámico. «En otros países esto me habría valido una medalla», dijo en 2018 a AFP, después de que un juez le imputara por la publicación.
A raíz de este caso la Asamblea Nacional aceptó la petición de la justicia francesa de retirarla la inmunidad parlamentaria de la que gozaba en su calidad de diputada, lo que abrió la vía para el juicio. Un tribunal ordenó también, en el marco de la investigación, que se sometiera a un examen psiquiátrico, algo a lo cual se negó.
Marine Le Pen, de 52 años, es la hija de Jean-Marie Le Pen, cofundador del Partido ultraderechista francés. Desde que tomó el control del principal partido de extrema derecha de Francia en 2011 de manos de su padre, la candidata antiinmigración y antieuropea se ha presentado dos veces a la carrera presidencial, y los últimos sondeos la muestran más cerca que nunca del Elíseo.
Si la primera vuelta se celebrara hoy, Le Pen llegaría primera con entre 25% a 26,5% de votos, por delante del presidente Emmanuel Macron que recabaría entre 24% a 27% de los sufragios, según un sondeo del instituto Ipsos Sopra-Steria. Macron, no obstante, ganaría con 56% de los votos en el balotaje.