El gobierno marroquí ha llamado este martes a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, poco después de que esta fuera convocada a la sede del ministerio de Exteriores en España. De momento, se desconocen los detalles de la llamada, según han expresado fuentes diplomáticas marroquíes.
Por qué es importante: esta llamada –que se produce mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encuentra en la ciudad de Ceuta– eleva la tensión entre Rabat y Madrid a niveles desconocidos en la última década. La última llamada a consultas de un embajador marroquí a Rabat se produjo en 2007, al entonces embajador Omar Azziman, para protestar por el anuncio de la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla.
Poco antes de esta llamada, la embajadora había sido convocada a la sede del ministerio de Exteriores en España, donde la ministra Arancha González-Laya le expresó su «rechazo» y «disgusto» por la entrada masiva de unos 6.000 emigrantes en la ciudad de Ceuta en las últimas horas.
La ministra de Exteriores le recordó a Benyaich la «corresponsabilidad» en la gestión de las fronteras y expresó además el «deseo» del Gobierno de «mirar al futuro» y «evitar que actos como éstos puedan volver a repetirse».
De igual modo, le pidió el «compromiso (de su gobierno) de que se puedan seguir retornando todos aquellos ciudadanos que hayan entrado de manera irregular» en España, según ha explicado en declaraciones a los periodistas.
Según el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, España ha conseguido proceder a la devolución de 2.700 de los 6.000 que pasaron, cifra que podría aumentar, ya que esta tarde continuaba el goteo de devoluciones en la frontera
Laya ha expresado además el deseo de España de mantener «relaciones de buena vecindad» y «estrechas» entre ambos países, según ha relatado en una comparecencia ante los periodistas, en la que no ha aceptado preguntas y no se ha referido a la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logroño por coronavirus.